El movimiento de mujeres católicas considera urgente erradicar “la lacra” del clericalismo Philippa Rath e Irene Grassmann: hermanas en lucha por la igualdad de género en la Iglesia
Agrupadas en torno al movimiento Voice of Faith, mujeres como Philippa Rath e Irene Grassmann se hacen oír con fuerza para dejar claro al Vaticano que ha que afrontar de una vez por todas el papel de la mujer es una “cuestión de supervivencia para la propia Iglesia”.
| Jordi Pacheco
Las mujeres representan más de la mitad de los católicos del mundo pero el acceso a ciertos cargos de responsabilidad de la Iglesia sigue estando vetado para ellas. Pese a los avances que en este sentido se han podido dar a raíz de históricos nombramientos como el de de la catalana Núria Calduch al frente de la Pontificia Comisión Bíblica y la religiosa francesa Nathalie Becquart en la subsecretaría del Sínodo de Obispos, para muchas creyentes el clericalismo sigue pesando como una losa y consideran urgente erradicar lo que Teresa Forcadas dio en llamar “una lacra gravísima y frontalmente contraria al Evangelio”.
Movidas por la convicción de que las mujeres participen, cuenten y lideren en igualdad de condiciones que los hombres en la Iglesia, desde la plataforma internacional Voices of Faith crearon en 2019 la campaña #overcoming silence (romper el silencio) con el objetivo de sumar voces alrededor del mundo. Philippa Rath, abadesa benedictina de St. Hildegard, cerca de Rüdesheim, es una de ellas.
Portavoz de esta campaña internacional que ya agrupa a más de 1.500 personas, Rath se hace oír con fuerza para dejar claro al Vaticano el apremiante deseo de tantas mujeres del mundo religioso. “Es el momento de actuar, porque el papel de la mujer es una cuestión de supervivencia para la propia Iglesia", declaraba hace unos días al semanario digital Metropolitan Magazine.
En una conferencia en línea organizada el pasado mes de febrero por Voices of Faith, la abadesa incidió en la idea de que el futuro de la Iglesia peligra si no apuesta por la plena inclusión de la mujer. “La gente percibe el desfase entre los principios y su propia aplicación. Mi percepción es que mucha gente está enfadada, decepcionada, incluso furiosa", aseguró Rath, que explicó que cada vez encuentra más desafección hacia la Iglesia y personas que se desvinculan de ella por considerarla intransigente en materia de igualdad de género.
"La fe y la confianza de mucha gente se ven gravemente afectadas. Se preguntan cómo todo lo que están viviendo puede seguir siendo compatible con el Evangelio y qué pasó con el mensaje liberador de Jesús", afirmó.
Para Rath, estamos asistiendo a la “peor crisis de credibilidad de la Iglesia en décadas”. La frustración por las reformas estructurales diocesanas, el estado actual de la atención pastoral serían, para la abadesa, las razones de un descontento que genera “sentimientos de impotencia ante las anticuadas y rígidas estructuras de poder y una creciente insatisfacción con el papel de la mujer en la Iglesia". De esta situación son plenamente conscientes los Superiores Generales de las congregaciones de habla alemana, quienes recientemente hicieron, a través de un documento, un llamamiento a la participación y a la igualdad de género.
Voces que hablan en favor del cambio
Rath no está sola. Entre otras personalidades eclesiales adheridas a #overcoming silence también figura Irene Grassmann, priora del convento suizo de Fahr. “Mediante el bautismo, las mujeres y los hombres son iguales y miembros de pleno derecho de la Iglesia. Trabajando juntos en todos los ministerios y oficinas, pueden contribuir a una Iglesia que va hacia el futuro renovada”, resume la hermana Gassmann.
"Las mujeres católicas de todo el mundo —prosigue Grassmann— se han comprometido con esta campaña. Ya no aceptan que se permita a tan pocas mujeres participar en los procesos de toma de decisiones y de liderazgo en la Iglesia católica. Las palabras clave son participación e igualdad de género. Más de la mitad de los católicos del mundo son mujeres, pero el papel de estas en la toma de decisiones sigue siendo insignificante. Queremos levantarnos y hablar en favor del cambio".
Desde #overcomingsilence consideran que la Iglesia, “defensora de un conservadurismo desenfrenado”, siempre ha estado cerrada al progreso. Conscientes en una institución tan grande los cambios son lentos y nunca vienen impulsados desde arriba, estas mujeres, que han vivido siempre un cristianismo liberador, no están dispuestas a dar a torcer su brazo en el pulso que mantienen con el clericalismo.
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