(Sir).- Un largo minuto de silencio frente a la "Estela de la Fraternidad" erigida junto a la iglesia de Saint-Étienne-du-Rouvray, en Rouen, en memoria del Padre Jacques Hamel, el sacerdote asesinado hace 4 años, el 26 de julio de 2016, por dos jóvenes extremistas.
Así que ayer los líderes religiosos de Francia - cristianos, musulmanes y judíos - rindieron homenaje al profesor de historia Samuel Paty, decapitado al grito de "Alá Akbar" en Conflans-Saint-Honorine, en las afueras al noroeste de París, de nuevo por un joven, esta vez de origen checheno. El domingo por la tarde, los líderes religiosos de la ciudad de Rouen se reunieron en la "iglesia" del padre Hamel para "expresar su consternación y su más firme condena por el asesinato de Samuel Paty".
En un comunicado conjunto emitido por la Arquidiócesis de Rouen, los líderes reafirmaron que "Dios no puede pedir que se mate" y aseguraron todo su compromiso, cada uno según su propia tradición, comunidades, de educar a los jóvenes sin odio, para que puedan construir una verdadera fraternidad con todos, "para que el diálogo sustituya a la violencia". El comunicado está firmado por el arzobispo Dominique Lebrun, los representantes de la Unión Musulmana y del Consejo de la Región de Culto Musulmán, la comunidad judía de Rouen y las Iglesias Protestante y Evangélica.
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