La iniciativa está dirigida por Caritas Europa y cuenta con el apoyo de otras diez entidades Organizaciones cristianas piden a la UE que renuncie a las patentes de las vacunas COVID-19
Caritas Europa, junto a otras entidades cristianas, ha instado a la Unión Europea a suspender los derechos de propiedad intelectual de las vacunas COVID-19, en una carta enviada a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el 7 de julio.
La declaración responde a la propuesta de la UE de ampliar el acceso a las vacunas COVID-19 a nivel mundial, presentada a la Organización Mundial del Comercio (OMC) el 4 de junio
| Isabella H. de Carvalho, I.Media
“La protección de las personas en todas partes debe estar respaldada por la voluntad política y una decisión moral clara: priorizar las vidas sobre las ganancias económicas y suspender los derechos de propiedad intelectual sobre la producción de la vacuna COVID-19”, se lee en el comunicado. “Le instamos a que impulse las vacunas COVID-19 […] para beneficiar a todos”.
La iniciativa está dirigida por Caritas Europa, la rama europea de la organización caritativa católica internacional, y cuenta con el apoyo de otras diez asociaciones como Caritas África, el Consejo de las Provincias Anglicanas de África y las Organizaciones Cristianas Europeas para la Ayuda y el Desarrollo.
La declaración responde a la propuesta de la UE de ampliar el acceso a las vacunas COVID-19 a nivel mundial, presentada a la Organización Mundial del Comercio (OMC) el 4 de junio. El plan de acción alienta a los fabricantes de vacunas a expandir su producción y mantener el suministro. Al mismo tiempo, se pronuncia en contra de la renuncia a los derechos de propiedad intelectual de la vacuna, proponiendo en su lugar el uso de licencias voluntarias y obligatorias.
Las licencias voluntarias y obligatorias son características de los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio (ADPIC), un acuerdo legal internacional que rige los derechos de propiedad intelectual a escala mundial y se aplica a todos los miembros de la OMC. La licencia voluntaria se da cuando los propietarios de las patentes, en este caso las compañías farmacéuticas que poseen los derechos de las vacunas, permiten que otro fabricante fabrique su producto bajo un acuerdo de licencia.
La UE manifiesta en su propuesta que cree que esta medida es la herramienta más eficaz para asegurar la expansión de las vacunas COVID-19. El plan también establece que cuando falla la cooperación voluntaria, las licencias obligatorias son una opción en plena emergencia actual, ya que permiten a los gobiernos pasar por alto al propietario de la patente y autorizan a los fabricantes a fabricar el producto en cuestión sin el consentimiento del propietario.
Tanto en el caso de las licencias obligatorias como de las voluntarias, el propietario de la patente recibe una compensación por los productos creados. La UE ha alentado el uso de estas dos licencias como alternativa a la renuncia a los derechos de propiedad intelectual de las vacunas COVID-19, lo que permitiría a los países de bajos ingresos producir las inoculaciones localmente sin necesidad del consentimiento del propietario de la patente o del gobierno.
La propuesta de la UE reconoce que “no está convencida” de que renunciar a los derechos sea la forma más eficaz de aumentar la producción de vacunas, a pesar de que un número creciente de países apoyan esta medida.
En octubre de 2020, India y Sudáfrica presentaron al consejo de los ADPIC una propuesta para renunciar temporalmente a los derechos de propiedad intelectual de las vacunas contra la COVID-19 y otros productos médicos relacionados con la pandemia. Desde entonces, varios estados han expresado su apoyo a la medida, sobre todo los Estados Unidos. La administración Biden ha emitido una declaración en este sentio en mayo de 2021.
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