La ONU, Estados Unidos o la UE tildan la acción de "provocación inútil" "Inaceptable": crece la polémica tras el rezo de un ministro de Israel en la explanada de las Mezquitas de Jerusalén

Ben Gvir, en la explanada de las mezquitas
Ben Gvir, en la explanada de las mezquitas captura de pantalla

El ministro israelí de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, ha rezado este martes junto a unos 3.000 fieles judíos en la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén Este, levantando condenas de la comunidad internacional

En virtud de un statu quo decretado tras la conquista de Jerusalén Este por Israel en 1967, los no musulmanes están autorizados a visitar la Explanada de las Mezquitas, que alberga la Cúpula de la Roca y la mezquita de Al Aqsa, en horarios concretos y sin rezar, una norma cada vez menos seguida por algunos judíos nacionalistas

El ministro israelí de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, ha rezado este martes junto a unos 3.000 fieles judíos en la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén Este, levantando condenas de la comunidad internacional.

La ONU, la Unión Europea, Estados Unidos y varios países musulmanes han condenado la oración, que fue calificada de «inaceptable» o de «provocación inútil».

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Situada en el sector de la Ciudad Santa ocupado y anexionado por Israel, la Explanada de las Mezquitas, tercer lugar más sagrado del Islam, está construida sobre las ruinas del segundo templo judío, destruido en el año 70 d.C. por los romanos.

Ben Gvir se ha filmado en el lugar con ocasión de la conmemoración judía de la destrucción de los dos Templos, pidiendo en particular que se «derrote» a Hamás en lugar de negociar con el movimiento islamista palestino en la guerra en Gaza.

«Unos 2.250 judíos rezaron, bailaron e izaron la bandera israelí» en la explanada, ha afirmado en declaraciones a AFP un responsable del Waqf, la administración jordana de los bienes religiosos musulmanes en Jerusalén, que ha preferido mantenerse en el anonimato.

En virtud de un statu quo decretado tras la conquista de Jerusalén Este por Israel en 1967, los no musulmanes están autorizados a visitar la Explanada de las Mezquitas, que alberga la Cúpula de la Roca y la mezquita de Al Aqsa, en horarios concretos y sin rezar, una norma cada vez menos seguida por algunos judíos nacionalistas.

El lugar está administrado por Jordania, pero el acceso está controlado por las fuerzas de seguridad israelíes.

«Estamos en contra de cualquier esfuerzo por cambiar el status quo en los sitios sagrados (...) este tipo de comportamiento no ayuda y es una provocación inútil», dijo Farhan Haqel, portavoz de la ONU.

Condenas a nivel internacional

Lo sucedido ha sido condenado por diferentes países y organismos internacionales. Así, Estados Unidos lo ha calificado como «inaceptable», mientras que la Unión Europea ha denunciado las «provocaciones» de Gvir.

El Ministerio palestino de Relaciones Exteriores, por su parte, ha denunciado una «escalada», refiriéndose a «incursiones ilegales (...) en preparación para la imposición del control total israelí y la judaización» del lugar «en violación del derecho internacional».

Durante su visita, Ben Gvir se ha referido a la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza, afirmando que es necesario «ganarla».

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