“No vivieron la adolescencia, los primeros coqueteos…” señala un psicoterapeuta en ‘La Vie’ El caso Ricard y la "falta de madurez afectiva” de los sacerdotes de su generación
“Falta de madurez emocional de los sacerdotes de su generación”. Este es uno de los elementos que estarían detrás de la confesada agresión sexual del cardenal emérito de Burdeos, Jean-Pierre Ricard, con una menor hace 35 años, según reflexión del padre blanco y psicoterapeuta, Stéphane Joulain, en el semanario francés La Vie
Muchos de los sacerdotes de esta generación pasaron por la vía del seminario menor, donde los jóvenes ingresan a los 12 años. "Llamamos a esto el fenómeno de la congruencia: los agresores están en el mismo nivel de madurez y desarrollo emocional que sus víctimas”
“Falta de madurez emocional de los sacerdotes de su generación”. Este es uno de los elementos que estarían detrás de la confesada agresión sexual del cardenal emérito de Burdeos, Jean-Pierre Ricard, con una menor hace 35 años, según reflexión del padre blanco y psicoterapeuta, Stéphane Joulain, en el semanario francés La Vie.
El P. Joulain, que trabaja desde hace años por y para las víctimas de agresiones sexuales y violaciones, pero también ofrece apoyo psicológico a los agresores, “ve en el caso Ricard elementos a la vez emblemáticos y fuera de lo común”, según la información que recoge kath.ch
Entre esos elementos que estarían fuera de lo común está el hecho de que el purpurado galo haya hecho “una autodenuncia”, ya que "la mayoría de los autores de violencia sexual, en la Iglesia o fuera de ella, sólo hablan cuando han sido detenidos o denunciados".
Autodenuncia
Como añade Joulain, “un abusador que se denuncia públicamente corre el riesgo de que salgan a la luz otros posibles casos” y, sobre la afirmación del cardenal Ricard de que sólo había actuado una vez, asegura que, “aunque las autodenuncias son raras, generalmente no las hacen los multirreincidentes”.
El pasado 7 de diciembre, quien fuera presidente de la Conferencia Episcopal de Francia, confesó, a través de un comunicado que fue leído por el arzobispo de Reims, Éric Moulins-Beaufort que había tenido un comportamiento "reprobable" con una niña de 14 años cuando era párroco.
Esto "dice algo sobre la madurez de este sacerdote que, en ese momento, era bastante joven (alrededor de 40 años), y que entró en el seminario a los 18 años", añade el psicoterapeuta, que asegura que muchos de los sacerdotes de esta generación pasaron por la vía del seminario menor, donde los jóvenes ingresan a los 12 años. "Llamamos a esto el fenómeno de la congruencia: los agresores están en el mismo nivel de madurez y desarrollo emocional que sus víctimas”.
Una sexualidad fantaseada
La mayoría de estos jóvenes, prosigue el experto, "han tenido antecedentes que no los han expuesto a personas del sexo opuesto o del mismo sexo fuera del entorno de la Iglesia. (...) De repente, el objeto fantaseado durante la adolescencia se hace realidad... pero estos jóvenes no han vivido la adolescencia, la seducción, los primeros coqueteos, los rechazos, los síes, los noes, todo lo que constituye la maduración de la afectividad humana", recoge La Vie.
De esta manera, concluye el religioso, estos sacerdotes habrían tenido "una madurez afectiva adolescente y una actividad sexual únicamente masturbatoria, dominada esencialmente por la fantasía", en donde, como subraya el psicoterapeuta, “el objeto sexual está siempre disponible, porque es controlado por quien fantasea. Así que puede ocurrir que los jóvenes sacerdotes de hace 40 años lleguen a transgredir los límites”.
Hoy, en este sentido, los jóvenes que entran hoy en el seminario no lo hacen ya como hace cuatro décadas, según el P. Joulain. “Hoy en día, los jóvenes que entran en el seminario suelen ser más maduros. Llegan después de una experiencia en el mundo del trabajo o después de estudios universitarios (...) han tenido la posibilidad en el pasado de entrar en contacto con mujeres y hombres, de tener relaciones sexuales... ¡o no!”.
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