Según una encuesta, ocupan el 12º lugar en una lista de 365 oficios afectados ¿Sustituirá la Inteligencia Artificial también a los curas?
El sacerdocio es un oficio (servicio, diríamos hoy) que acompaña al ser humano desde los albores de la humanidad de una u otra manera. Han venido revoluciones de todo signo y los sacerdotes han sobrevivido a todas ellas, incluso a algunas que los ponían específicamente entre sus objetivos a batir. ¿Pero podrá también superar el reto que ahora la plantea la Inteligencia Artificial (IA)? ¿Serán finalmente sustituidos los servidores de lo sagrado por algoritmos?
El sacerdocio es un oficio (servicio, diríamos hoy) que acompaña al ser humano desde los albores de la humanidad de una u otra manera. Han venido revoluciones de todo signo y los sacerdotes han sobrevivido a todas ellas, incluso a algunas que los ponían específicamente entre sus objetivos a batir. ¿Pero podrá también superar el reto que ahora la plantea la Inteligencia Artificial (IA)? ¿Serán finalmente sustituidos los servidores de lo sagrado por algoritmos?
Pues así al menos lo afirma una encuesta publicada en un informe del Departamento de Educación del Gobierno británico -citada por la revista The Tablet- que analiza el impacto de los sistemas ChatGPT en el mercado laboral y que “clasifica a los sacerdotes y vicarios en el puesto 12 de una lista de 365 puestos de trabajo con mayor probabilidad de estar en riesgo debido a la IA”.
Los más afectados por el impacto de la IA en su profesión serían, en primer lugar, los vendedores telefónicos, seguidos por abogados y psicólogos, que encabezan este ranking “en base a las habilidades clave utilizadas en cada profesión, incluida la comprensión escrita y el razonamiento inductivo, y en la facilidad con la que la IA podría replicarlas”.
Los expertos refutan los augurios
Y aunque ocupar el puesto número 12 no resulta muy tranquilizador, los expertos consultados por The Tabletrefutan la idea de que la IA podría reemplazar a los sacerdotes, como por ejemplo, el religioso franciscano conventual, P. Alban McCoy.
“Decir que la IA reemplazará a los sacerdotes sugiere una visión muy truncada, post-reforma y secularista de lo que son los sacerdotes y para qué sirven, implicando que su papel fundamental es la predicación. Deja completamente de lado su papel sacramental, con lo que me refiero no sólo a administrar los sacramentos, sino a ser ellos mismos un sacramento, como lo somos todos de diferentes maneras, algunos más explícitos que otros pero no menos reales”, señala el también consejero editorial del semanario británico.
"Los seres humanos no son programables"
“Los sacerdotes ofrecen una interacción cara a cara que la IA no puede ofrecer. Está programado. Los seres humanos no son criaturas programables. Tienen alma. Un programa de IA nunca podrá aspirar a reemplazar los servicios espirituales y la empatía brindados por los sacerdotes. El sacerdocio tiene un lado sacramental”, señala por su parte John McManus, jefe de comunicación con los medios de los jesuitas en Gran Bretaña.
Lejos de estar preocupado, el P. McManus destila optimismo ante el reto que otros perciben como sombrío: “Más importante aún, la llegada de la IA hará que esos servicios, incluida la empatía y la escucha, sean aún más buscados. Incluso les otorgará una especie de prima, aunque, por supuesto, seguirán siendo gratuitos”.
En todo caso, esta cuestión de los efectos del impacto de la IA no es baladí, pues la Unión Europea ha logrado a pocos minutos de que acabara este pasado viernes, 8 de diciembre, tras más de 35 horas de negociación, cerrar un acuerdo histórico para fijar la primera ley del mundo con la que limitar los riesgos de la Inteligencia Artificial que previsiblemente podrá entrar en vigor a partir de 2026, tal y como informa Europa Press.
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