Imponente (y global) funeral de Estado en Westminster por la reina de Inglaterra Welby, en el funeral de Isabel II: "Ella era alegría (...). Ella siguió a Cristo"

Welby pronuncia el sermón en el funeral de Isabel II
Welby pronuncia el sermón en el funeral de Isabel II

"Era una persona alegre, que llegó a muchas personas, y hoy lloramos por su familia, que llora como tantas otras en un funeral"

"Dijo que nos volveríamos a ver. Eran palabras de esperanza. La esperanza cristiana implica una expectación de algo que no hemos visto"

Isabel II "estaba determinada a ver su trabajo como una manera de servir a otros, y mantuvo ese rumbo firme hasta el final de su vida”, dijo el moderador de la Iglesia en Escocia

Funeral de estado en la abadía de Westminster. Se entierra a Isabel II, la reina más longeva (hay que remontarse a Luis XIV, el 'Rey sol', para encontrar otro monarca que durara más de 70 años en el cargo), con la asistencia de líderes de todo el mundo. Londres se convierte en la capital del mundo, una vez más. Y en mitad de un ceremonial estudiado hasta el detalle, el factor religioso, con una sentida homilía por parte del arzobispo de Canterbury, Justin Welby.

Se entierra a la Reina y, también, a la cabeza de la Iglesia anglicana. No lo tendrá fácil, tampoco en esto, Carlos III. "Ella era alegría, presente para tantos, tocando una multitud de vidas", destacó Welby, quien asumió el "dolor" que siente todo un Imperio por la muerte de Isabel II, que "surge de su vida plena y su servicio amoroso". 

"Era una persona alegre, que llegó a muchas personas, y hoy lloramos por su familia, que llora como tantas otras en un funeral", glosó el arzobispo de Canterbury.

"Encomendamos el alma de Isabel, nuestra hermana aquí fallecida, a tu misericordioso cuidado, en esperanza segura y cierta de la resurrección a la vida eterna", subrayó Welby, quien hizo referencia al discurso de la Reina durante la pandemia, como un ejemplo de resiliencia. "Dijo que nos volveríamos a ver. Eran palabras de esperanza. La esperanza cristiana implica una expectación de algo que no hemos visto".

"Su majestad cuando cumplió 21 años afirmó que toda su vida estaría dedicada a la Nación y a la Commonwealth y lo hizo, (...) pocos líderes han recibido tanto amor como hemos visto", incidió Welby, quien insistió en que su ejemplo venía de una vida de fe, que comparte con su hijo, Carlos III, que "tiene el mismo espíritu de servicio y deber que su madre".

"Su lealtad a Dios comenzó antes de que cualquier otra persona le jurara lealtad a ella. (...) Ella siguió a Cristo", concluyó.

Por su parte, el moderador de la Iglesia de Escocia, Iain Greenshields, apuntó que “la mayoría de nosotros no puede recordar una época en la que ella no fuera nuestra monarca”.

“Comprometida con el papel que asumió en 1952 a la muerte de su querido padre, ella ha sido una constante en todas nuestras vidas por más de 70 años”, señaló el clérigo, quien insistió que Isabel II "estaba determinada a ver su trabajo como una manera de servir a otros, y mantuvo ese rumbo firme hasta el final de su vida”.

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