Muchacho con síndrome de down
Me llega un email desde su ordenador donde me confidencia:
Sí, ya estoy en el Nido. Ya tengo los doce pollos-poemas piando a los cuatro vientos de la Red de Redes o Inmensa y asombrosa Maraña. Al margen de mis versos, qué revolución en las comunicaciones ha supuesto este recientísimo, maravilloso invento. Y tú cómo te has metido de lleno en él, cultivando esta parcela de la belleza, que no está al alcance de cualquiera... Gracias por lo que a mí me toca. Has terminado conmigo. Ahora descansa. Amén.
Me gustaría presentar uno de los poemas de Mauleón: "Muchacho con síndrome de down" (cliquear). Generalmente, cuando escribe versos, Jesús no hace escapadas metafísicas sino aproximaciones bien físicas. Sus escritos se refieren tantas veces a gente concreta... Así, leímos en aquella pequeña historia de la invidenteque descifraba la Biblia en braille, el nombre de carne y hueso de "Tere Iturralde". Se llenan de gente los versos de Mauleón como el corazón de Casaldáliga:
Al final del camino me dirán:
–¿Has vivido? ¿Has amado?
Y yo, sin decir nada,
abriré el corazón lleno de nombres.
Aquí el pequeño protagonista se llama Genaro, Genaro Aguinaga. Para él, para todos los niños down y sus familias, redactó los siguientes piropos en clave de reverencia, con resonancias bíblicas del salmo 1:
MUCHACHO CON SÍNDROME DE DOWN
No cambiaré por mil cromos tu cara
ni por diez mil juguetes la bondad con que miras.
Prefiero tu sonrisa a un caballo de oro
y un gesto tuyo de felicidad a las fiestas.
Mejor es tu palabra confiada que el discurso de un sabio
y tu apretón de manos que el regalo de un príncipe.
Vale más tu gratitud que un botín fabuloso
y todo tú eres más feliz que un despertar de sol, con muchos pájaros
y un arroyo a los pies de tu casa.
Quien te cobija, cobija la bondad, y la luz, y la música,
y un espejo limpio en el que hasta los cielos se miran con agrado.
Y cuando sales a la calle, vuelves mejor el mundo
y haces más hondo el aire que respiras.
Pasado mañana más.