Guía para la protección de menores y personas vulnerables Carlos Olabarri: “Cualquier actuación realizada después de un solo caso de abuso en la Iglesia llega tarde, pero no quita valor al esfuerzo de evitar que se repitan”

Carlos Olabarri: “Cualquier actuación realizada después de un solo caso de abuso en la Iglesia llega tarde, pero no quita valor al esfuerzo de evitar que se repitan”
Carlos Olabarri: “Cualquier actuación realizada después de un solo caso de abuso en la Iglesia llega tarde, pero no quita valor al esfuerzo de evitar que se repitan” Diócesis Bilbao

"Olvidarnos de la persona puede ser algo de lo que más temprano que tarde podamos arrepentirnos" 

"Una concepción de la autoridad como autoritarismo; o de una sociedad con alto grado de opacidad, ...  ayudan a que estos delitos sean cometidos y que algunas personas o grupos que pueden conocer que se estaban dando ayuden a ocultarlo"

Esta semana se daba a conocer el documento que la Diócesis de Bilbao ha elaborado como “Guía para la protección de menores y personas vulnerables” elaborado por la comisión diocesana creada para el mismo fin en julio del pasado año 2019. 

Como se anunciaba desde el boletín diocesano este trabajo se ha hecho para el caso de que si esos episodios "lamentablemente pudieran producirse",  ofrecer a las víctimas un modo "definido y eficaz" para denunciar los hechos "ante las autoridades eclesiásticas y civiles".

El documento, firmado el pasado 2 de octubre, por Mons. Mario Iceta, ya ha sido presentado en los Consejos Pastorales (Consejo de Presbiterio y Consejo Pastoral Diocesano) y se ha enviado a todas los ámbitos pastorales con el objetivo de "crear espacios seguros para los menores y personas vulnerables" y para ayudar "en la prevención y en la respuesta a cualquier denuncia recibida en relación con este asunto" según informa el mismo obispado.

La diócesis de Bilbao, en sintonía con el Magisterio y la voluntad del Papa Francisco y el sentir unánime de la Iglesia Católica, viene desarrollando en los últimos años diversas actuaciones con una doble finalidad: en primer lugar, prevenir que se produzcan en su seno cualquier tipo de abuso a menores y personas vulnerables y, en segundo lugar, dar una respuesta adecuada a las víctimas de dichos abusos en el lamentable caso de que se hubieran producido.

La presente GUÍA se enmarca en dichas actuaciones y proporcionará a toda institución o persona que desarrolle cualquier tipo de actividad en el ámbito de la Iglesia diocesana, una normativa sencilla y clara en relación con la prevención, denuncia y actuación frente a los abusos sexuales a menores y personas vulnerables. Esta normativa es de obligado cumplimiento para todas las personas, grupos e instituciones que desarrollen su actividad en la diócesis de Bilbao.

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Para conocer con más detalle este trabajo hablamos con   Carlos Olabarri Director de la Comisión

¿ De qué fuentes bebe esta Guía?

Las fuentes utilizadas han sido diversas y variadas. En primer lugar, tanto como fuente como inspiración está, indudablemente, el extenso y muy apreciado magisterio del Papa Francisco. Otras fuentes utilizadas han sido el magisterio de Benedicto XVI y los diversos documentos que la Santa Sede ha publicado en los últimos años incluido el Vademécum sobre algunas cuestiones procesales antes los casos de abuso sexual a menores cometidos por clérigos. 

Junto a ello numerosos documentos, tanto eclesiales emanados de Conferencias Episcopales de todo el mundo, de distintas diócesis y otras entidades y movimientos, como civiles. 

¿De forma muy esquemática podría presentarnos el contenido de la Guía?

Se ha querido confeccionar una Guía comprensible, rigurosa y práctica. Se divide en siete apartados (Introducción; Valor Normativo y Principios Inspiradores; Algunos conceptos relevantes; Como Prevenir Abusos; Como responder ante un posible abuso; Garantizando ambientes seguros: Implementación y Seguimiento).  

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Los aspectos fundamentales se contienen en los apartados dedicados a la Prevención y al modo de actuar ante la noticia de un posible abuso. En relación con la Prevención se considera que son fundamentales la Formación de toda persona que va a estar en contacto con menores y personas vulnerables y de estos; la Selección de las personas que van a trabajar con menores desde los y las catequistas hasta los sacerdotes y la toma de medidas concretas que se contienen en la Guía y que buscan la creación de espacios seguros dentro de la Iglesia. Por su parte, en lo que a las actuaciones que se han de llevar cabo una vez que se tiene conocimiento de una denuncia, lo que se busca fundamentalmente es poder ayudar a la víctima y esclarecer la verdad de lo ocurrido respetando la dignidad y derechos de todas las personas implicadas. 

¿Este trabajo se va a ofrecer a otras diócesis? ¿Es, exportable, podríamos decir?

Lo cierto es que está a disposición de toda institución que crea que la Guía les pudiera ser de ayuda. Tenemos mucho respeto por lo que otras diócesis puedan publicar y, en ese aspecto, en la medida que se vaya viendo que en dichos documentos se incluyen aspectos que en este no están, sin duda que los incluiremos. De igual manera, quien crea que este es un documento que contiene aspectos que pudieran resultarles de ayuda, lo tienen a su entera disposición. Lo que pretendemos es tener el mejor documento posible para ayudar a las víctimas de la mejor manera posible.

Al final hay un documento de compromiso personal para quien lo firme ¿ qué validez tiene y frente a quién?

Se trata de un documento que complemente al Certificado de Delitos Sexuales que toda persona que trabaja con menores y personas vulnerables ha de presentar en la Diócesis. Lo que se busca con la firma de dicho documento, contenido como Anexo en la Guía, es asegurarnos que todo el mundo conoce y acepta la legislación civil y eclesial, así como la doctrina de la Iglesia y el contenido de la Guía. 

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¿Qué se puede decir a quienes opinen que esta guía llega tarde?

Cualquier actuación realizada después de un solo caso de abuso en el ámbito de la Iglesia llega tarde. Nunca se debieron producir estos delitos contra personas que pensaban que la Iglesia era el lugar en el que se les presentaría al Dios que sus corazones anhelaban. Un Dios que se hizo, Él también, víctima por nosotros. 

Entiendo a quien piense que llega tarde, pero me gustaría que eso no le quite valor al profundo esfuerzo que, las personas que componen la Comisión (María Fernández del Hierro, Julia Navarro, María Gómez y Teo Santos), hemos realizado para ofrecer un instrumento útil en la prevención de abusos a menores, buscando que aquello que nunca debió ocurrir no vuelva a producirse. 

¿Los criterios y valores sociales de cada época han sido claves para que estos abusos se diesen, se consintiese, se ocultase, ... o son comportamientos que se dan más allá del modelo social imperante?

Es una pregunta que requiere muchísima reflexión y profundidad y muchas son las personas con mayor capacidad que la mía para responder a la misma. Creo que entre los múltiples factores que están detrás de los abusos podemos encontrar los de una concepción del ministerio presbiteral y de la Iglesia como plataformas de poder; una concepción social en la que el varón está por encima de la mujer y el adulto por encima del menor; una sociedad en la que las personas más desfavorecidas económicamente tienen, solo por ello, menos dignidad o derechos;  una concepción de la autoridad como autoritarismo; o de una sociedad con alto grado de opacidad, ...  ayudan a que estos delitos sean cometidos y que algunas personas o grupos que pueden conocer que se estaban dando ayuden a ocultarlo. 

¿Sabría imaginar qué criterios y valores de la sociedad o de la Iglesia de hoy, o vigentes actualmente, pueden acabar pasando factura en el futuro y sobre los que haya que acabar haciendo una guía para evitar otros males?

También está es una pregunta que requiere una reflexión profunda. Más que de criterios o de valores creo que deberíamos hablar de realidades y, en ese aspecto, una de las realidades más relegadas hoy día es la de la persona que es desplazada o bien por la categoría de individuo o bien por la de la colectividad. 

Entiendo que el olvido de la persona desde su concepción hasta su final y el trayecto vital que en sociedad y en la Iglesia hace o desea hacer, incluidas las distintas opciones que toma en su vida personal, afectiva, familiar o social, pueden pasar factura, si no lo están haciendo ya, a la sociedad y a la Iglesia. Sinceramente creo que olvidarnos de la persona puede ser algo de lo que más temprano que tarde podamos arrepentirnos. 

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Non solum sed etiam 

Sin duda habrá voces que prefieran mirar hacia atrás y decir que todo llega tarde. También es cierto que yo no he vivido en carne propia ni cercana ninguna de estas realidades, y quizá por ello me resulte más fácil mirar hacia adelante. En todo caso, en estos temas como en otros muchos donde el dolor está muy presente, también ha quedado demostrado que la sanación se alcanza más mirando hacia adelante que hacia atrás. Para mí esta guía, mira hacia adelante.

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