Carta del obispo de Vitoria con motivo del 8M Elizalde: “Recemos por las valientes mujeres ucranianas que huyen del horror de la guerra salvando la vida de niños y ancianos”
El obispo augura una incorporación diocesana de la mujer con voz y voto
No olvida el problema de la trata ni la pobreza con rostro de mujer migrante
El Sínodo como foro de voz para hombres y mujeres
El Sínodo como foro de voz para hombres y mujeres
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
El Obispo de Vitoria, D. Juan Carlos Elizalde, escribe una carta por el Día de la Mujer centrándose en la guerra de Ucrania, la trata y la violencia contra la mujer. Además resalta la “voz, participación y presencia femenina en la Iglesia de Vitoria” como muestra de la “rica pluralidad diocesana”. En ella, Elizalde comienza felicitando a todos este día enmarcado en un momento en el que “mujeres y hombres por igual nos estamos escuchando mutuamente”, en clara referencia a los muchos diálogos frutos del Sínodo que la Diócesis y toda la Iglesia está celebrando en la actualidad. En estas reuniones, dice “estamos reconociendo la pluralidad de la Iglesia, donde nadie sobra, como una riqueza y signo de progreso”.
El Obispo resalta la "igualdad y la complementariedad” entre el hombre y la mujer, llamados ambos a sentirse “protagonistas de la historia de la salvación”. Haciéndose eco de las reflexiones del Papa Francisco sobre la figura de la mujer en el seno de la Iglesia, Juan Carlos Elizalde quiere seguir “escuchando y apoyando todas las iniciativas que en nuestra Diócesis se lleven a cabo para dar más presencia a la mujer en la vida de la Iglesia”. Al cumplirse casi 50 años de la instauración de este día por Naciones Unidas, el obispo asegura que “la mujer ha demostrado con creces su energía y su capacidad en la sociedad y por supuesto en la Iglesia”.
En su carta dedica varias líneas a recordar “a todas esas mujeres que están cargando a sus hijos y a sus mayores huyendo del horror provocado por la invasión militar de la segunda potencia militar del mundo”. También invita a "mirar a estas mujeres valientes y heroicas de Ucrania” y llama a "seguir rezando por ellas”. En este mismo sentido, destaca el papel de la mujer en los conflictos bélicos como “un oasis de paz y esperanza donde las familias pueden descansar y ver luz en medio de tanta oscuridad”. Ante las imágenes que nos llegan del éxodo de ucranianos, “vemos mujeres al frente de sus familias desplazándose a Polonia, Hungría o Eslovaquia con el objetivo de no morir y salvar a sus hijos y a sus ancianos”. Por ello recuerda que “aquí en nuestra Diócesis serán también recibidas para impulsar esa esperanza de la que ellas son portadoras”.
Este sufrimiento lo ha ligado con el que padecen “mujeres víctimas de la trata, a las que la Iglesia no se cansa de ayudar para liberarlas y devolverles su dignidad”. Tampoco se olvida de la pobreza que afecta especialmente a las mujeres migrantes “a las que debemos seguir ayudando cada uno desde sus posibilidades”. Sobre la violencia contra la mujer “tanto de manera directa como vicaria”, rescata las palabras del Papa Francisco cuando denunció que “herir a una mujer es ultrajar a Dios”.
Finaliza su reflexión sobre el Día de la Mujer recordando que “desde la Santa Sede se está impulsando la presencia y voz de la mujer en estamentos eclesiales” y también aquí. “En nuestra Diócesis de Vitoria son muchas las mujeres que ocupan profesionalmente puestos de dirección con distintos grupos a su responsabilidad”, lo que demuestra que “la paridad es real entre las personas que trabajan día a día en la estructura del Obispado, colegios, delegaciones, servicios diocesanos y también entre nuestras parroquias”. En esta línea hace pública su intención de, en el proceso de renovación de la Diócesis, incorporar al gobierno eclesial “a laicos y por lo tanto a mujeres para que tengan voz y voto”.
https://diocesisvitoria.org/carta-del-obispo-de-vitoria-por-el-dia-de-la-mujer/
Non solum sed etiam
Me gusta el lema que, vinculado a la jornada del 8M, se está usando en la Iglesia por las mujeres de la Revuelta de mujeres, "Hasta que la igualdad se haga costumbre". Soy el primero en defender la trayectoria en la Diócesis de Vitoria en la ocupación de puestos de responsabilidad en cargos diocesanos, algunas pioneras en su puesto, dentro del ámbito diocesano, como Mari Carmen como secretaria del obispo ya en tiempos de Larrauri, o Catalina Sayas al frente de la delegación de medios, y como no a Cristina Fructuoso como primera abadesa en la historia de la Cofradía de la Virgen Blanca. Pero creo que estamos acercándonos un poco más cada día a no dar importancia tanto al número de mujeres que ocupen puestos de responsabilidad tanto en cuanto a qué sienten las mujeres que militan en la Iglesia. Al final ese es el verdadero objetivo, no tanto medir una paridad de número, sino una igualdad de sentimientos e identidad de ser Iglesia.
Etiquetas