5 años de Elizalde Elizalde: “¿Tenemos sed de vocaciones sacerdotales?, porque de lo que tengamos sed seremos fuente”
Un benefactor anónimo financia el cuadro que quería regalar la diócesis al obispo en su 5º aniversario
La obra es del artista Raúl Berzosa
El Seminario y los seminaristas protagonistas en el 5º Aniversario de Elizalde
El Seminario y los seminaristas protagonistas en el 5º Aniversario de Elizalde
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
Este 12 de marzo se cumplen cinco años de la llegada de monseñor Elizalde a la diócesis de Vitoria, de su toma de posesión y ordenación episcopal. Esta efeméride ha coincidido con la propuesta del Papa Francisco de una jornada de 24 horas de oración y adoración al Santísimo. Por eso la víspera ha tenido lugar la celebración que monseñor Elizalde ha decidido vivirla acompañado de los seminaristas de la diócesis, una de las grandes preocupaciones del obispo de Vitoria desde su llegada, y un pequeño pero suficiente grupo de fieles que representaban a toda la diócesis y completaban el aforo permitido para la capilla mayor del Seminario Dioesano.
Este jueves 11 ha tenido lugar la Eucaristía y posterior Adoración. Posteriormente, los seminaristas han presentado un vídeo recopilatorio de los cinco años de Elizalde al frente de la diócesis, y, en un sencillo acto, se ha mostrado el retrato que pasará a formar parte de la galería de los obispos, por lo que ya se encuentra en uno de los pasillos principales del Seminario Diocesano. Esta obra ha sido donada por un feligrés de la zona rural alavesa como regalo al Obispo por este quinto aniversario. El cuadro ha sido realizado por el reconocido pintor malagueño de estilo realista, Raul Berzosa, especialista en retratos y estampas religiosas, - quien ha debido comentar a la entrega de la obra que “no ha sido difícil, es muy sonriente - Este artista cuenta con exposiciones en varios países de Europa así como en Latinoamérica y Estados Unidos. Entre sus obras en techo y paredes, destacan las realizadas expresamente para templos en Estados Unidos, Guatemala, Italia o Reino Unido. La Santa Sede ha utilizado sus obras para ceremonias en San Pedro del Vaticano, ilustrar el sello del 80 cumpleaños del Papa Francisco o para el quinto centenario del nacimiento de San Felipe Neri y Santa Teresa de Jesús. Además, ha retratado a los Papas Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco.
Elizalde, tomando como base el pasaje del encuentro de Jesús en el pozo con la samaritana, ha vuelto, como hizo en su primera homilía, a lanzar alguna pregunta: “Tenemos sed de vocaciones sacerdotales?, porque de lo que tengamos sed seremos fuente”.
El 12 de marzo, y desde las 18 horas el Seminario será de nuevo el lugar escogido para la maratón de adoración propuesta por el Papa.
Debido al confinamiento y al toque de queda los turnos de adoración desde las diez de la noche hasta las seis de la mañana serán cubiertos por los seminaristas, ya que el acto se lleva a cabo en “su casa”.
Non solum sed etiam
Por seguir con las preguntas del obispo
«¿Os animáis, religiosos y religiosas de Vitoria, a reiniciar conmigo un camino de paz y reconciliación en nuestra tierra desde la oración y las iniciativas audaces?»
¿Os animáis a que sigan siendo los pobres, los parados, los inmigrantes, los marginados, los últimos, el corazón de la Iglesia de Vitoria?»
Estas dos frases forman parte de la homilía que D. Juan Carlos Elizalde pronunció hace cinco años, en su ordenación episcopal y toma de posesión de la sede de Vitoria.
Una invitación que, aunque personalizada en los consagrados, era lanzada a toda la feligresía.
Con la perspectiva de los años el análisis de las palabras pronunciadas gana en matices. Sin duda monseñor Elizalde era consciente de que su llegada abría una nueva etapa en la Diócesis de Vitoria, que tenía que marcar un claro “antes” y “después”; que se trataba de reiniciar un camino. Un camino que tenía que estar marcado por la oración y “las iniciativas audaces”, y no solo en el proceso de paz y reconciliación que protagonizaba el fin del terrorismo, sino paz y reconciliación en la vida diocesana.
Como espectador, y actor también, ya que soy parte de esta comunidad diocesana; y desde la libertad de dar libremente mi opinión en esta segunda parte que siempre encabezo con el “Non solum sed etiam”, creo que la diócesis sigue dividida, entre quienes decidieron sumarse al plan propuesto por Elizalde, más los que han ido llegando para sumarse a ese proyecto diocesano; y los que ni se les ve, ni se les espera. Algunos porque, como Elizalde no era su candidato ...., otros porque la inercia de los años no les permite, con los años, giros de cintura, y otros porque están convencidos de que “así no”.
El caso es que en el balance de resultados el Seminario vuelve a tener gente con vocación al sacerdocio, ¿Qué su estilo no sea el de aquel clero vasco y misionero que tantos frutos ha dado? ¡ya! ¿Y?; por otro lado, desde hace cinco años se han multiplicado exponencialmente las propuestas de encuentros de oración, retiros, ejercicios espirituales, vigilias de oración, … ¡A las que van siempre los mismos! dirán algunos, ¡Ya! ¿Y?
Oración e iniciativas audaces, más o menos acertadas, con mayor o menor repercusión, pero creo que, de momento está cumpliendo su palabra.
Las vocaciones al sacerdocio es una obsesión de Elizalde y se ha empeñado en que el Seminario de Vitoria no sea un edificio vacío. Y lo está logrando. ¡ pero no son vocaciones locales! ¡Ya! ¿Y? Acaso no somos Iglesia CA TO LI CA!!!!!, “usease”:¡ UNIVERSAL!
A mí tampoco terminan de convencerme el perfil de las nuevas vocaciones, lo digo con sinceridad y respeto. Pero es lo que tenemos, y muy probablemente lo que necesitemos.
Somos tierra de misión, creo que eso ya nadie lo duda. Y lo mismo que en su día el perfil del misionero o misionera era el de “hombre (mujer) blanco” en medio de negros y cobrizos; debemos aceptar que los tiempos cambien y las realidades de ayer se inviertan.
La segunda frase que he rescatado de la primera homilía de Elizalde como monseñor es la que propone poner a “pobres, parados, inmigrantes, marginados, los últimos”, en el corazón de la Iglesia de Vitoria.
El papel de Elizalde en la subcomisión episcopal de migración y trata de personas se ha visto acompañado por una tradicional vocación de acogida y lucha por los últimos que ya se venía haciendo en esta Diócesis, la primera Diócesis misionera de la historia de la Iglesia. La dimensión caritativa, con Cáritas Diocesana y el Programa Berakah como buques insignia de la misma, creo que pueden dar fe de que esa propuesta ha sido una continuidad de lo que ya se venía haciendo; quizá ha ganado algo de visibilidad mediática, en parte porque la realidad de necesidades a las que dar respuesta han crecido también en estos años.
Si bien es cierto que queda mucho camino por andar, que la juventud sigue siendo la asignatura pendiente de esta diócesis, que sigue habiendo mucho juanpalomo, y que siempre habrá quienes no comulguen ni con Juan Pablo II, ni con Benedicto XVI, ni con Francisco, … a pesar de eso la palabra “perseverancia “ creo que define a monseñor Elizalde, y la palabra “esperanza” sigue estando presente en la Diócesis de Vitoria. Mientras haya pastor habrá rebaño.
Felicidades D. Juan Carlos, felicidades Diócesis de Vitoria