El Equipo Itinerante del CIMI recorre España para ofrecer el encuentro con los interlocutores de la Amazonía Fernando López, jesuita coordinador del CIMI: “La Amazonía Sur está perdida”
Recorren España para trasladar la lucha por la supervivencia de los pueblos indígenas y su repercusión global
El Equipo Itinerante del CIMI lleva 25 años trabajando en diversos puntos de la Amazonía brasileña, algunos lindantes con la frontera de otros países como Venezuela, Perú, Colombia
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
Escasamente una docena de personas acudimos a la convocatoria de Alboan en el Centro Loyola de la capital alavesa. La invitación era a conocer algo más sobre el trabajo que la Iglesia en la Amazonía está llevando a cabo. Pero, quienes acudimos nos encontramos algo más, un regalo, el necesario encuentro con los interlocutores necesarios para buscar los caminos que salven el planeta y a la humanidad.
El palmeño Fernando López, sacerdote jesuita, junto con las brasileñas Arizete Miranda y Raimunda Paixao, conforman la punta de lanza del Equipo Itinerante que, desde la Amazonía ha viajado a España para recorrerla dando un mensaje “si no es por sabiduría acabará siendo por biología, o hacemos algo por recuperar el equilibrio con la Tierra o estamos jodidos”.
En un rápido análisis de la situación actual de la Amazonía, Fernando sentenció en uno de los momentos: “ La Amazonía Sur está perdida”.
En 1998 el sacerdote Claudi Perani impulsó la creación del Equipo Itinerante del CIMI, Consejo Indigenista Misionero. Este órgano está ligado a la Conferencia Episcopal brasileña, fundada por Pedro Casaldáliga y Tomás Balduino en 1972. Su labor es la lucha por la supervivencia de los pueblos indígenas y el apoyo a sus reivindicaciones para el respeto de sus derechos humanos, políticos y territoriales.
Una de las grandezas de este equipo, como se reconocía en el encuentro, es la pluralidad del mismo, pluralidad de personas, de procedencias, tanto geográficas como de vínculos con órdenes religiosas y vocaciones consagradas y laicales, y una gran presencia de la mujer.
Arizete y Raimunda reivindicaron la sabiduría de sus pueblos, la humildad de unos pueblos que piden permiso a la Naturaleza para tomar de ella solo lo necesario, el respeto ancestral que ha ido pasando de generación en generación para cohabitar con el entorno, respetando sus ciclos naturales que garantizan los bienes de la tierra, evitando la depredación.
Fernando López, de formación académica científica reconoció su conversión en el contacto con los pueblos de la Amazonía, la armonía entre la teología y la ciencia, la trinidad expresada en la “Unidad-Diversidad-Relación” eso es la Amazonía en estado puro.
El Equipo Itinerante del CIMI lleva 25 años trabajando en diversos puntos de la Amazonía brasileña, algunos lindantes con la frontera de otros países como Venezuela, Perú, Colombia, … A lo largo de este año tienen previsto desplazarse a nuevas zonas donde seguir desarrollando su labor, tierras donde las grandes mafias explotadoras de los recursos naturales están acosando a los pueblos indígenas, en muchos casos con la connivencia de los gobiernos y autoridades locales, o al menos con su inoperancia ante la violación de los derechos humanos de estos pueblos.
A Fernando, Raimunda y Arizete les quedan aún varias semanas de peregrinar por España. Desde Vitoria-Gasteiz tomaban rumbo a León, para seguir posteriormente por Galicia.
Sin duda una gran oportunidad para quienes puedan acudir al encuentro con ellos.
Non solum sed etiam
Muy probablemente las futuras generaciones nos juzguen, y condenen severamente, por no haberles dejado un mundo mejor. De hecho ya lo están haciendo.
Acompañar a los niños y niñas, hacerles partícipes del cuidado de la tierra y del entorno, no privarlos de realidad, por dura que esta sea, garantizar el trato y contacto con sus mayores, sus abuelos, … todo esto, que antaño se hacía en nuestras culturas occidentales, lo saben y siguen haciendo los pueblos indígenas de la Amazonía.
Son tantas las cosas que tenemos que aprender de ellos, es tan necesario el encuentro y el diálogo con estos interlocutores a los que pidió el Papa Francisco que ayudarán a la Iglesia a encontrar los caminos para una nueva humanidad, para el proyecto Laudato Sí.
Los niños de la Amazonía saben que a las crías del chancho que se han comido las tienen que cuidar hasta que son fértiles para seguir el ciclo de la vida, y entonces, soltarlas en libertad.
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