Tras su triunfo por 0-2 ante el Atlético de Madrid B, el equipo femenino del Deportivo Alavés ya está en 1ª División.  Las instituciones públicas les tributaron el merecido recibimiento en las instalaciones del Artium en la tarde del lunes, pero hay una tradición del deporte alavés que no se perdona, presentar los triunfos a los pies de la patrona de la ciudad, La Virgen Blanca. Así, a las siete de la tarde del martes 1 de junio, las Gloriosas han presentado su ofrenda floral en la hornacina de la balconada. Quizá un día este acto se pueda rememorar en compañía de la multitud gasteiztarra que tiene a la Plaza de su patrona como lugar de encuentro y celebraciones por excelencia. 

Miembros de la Cofradía de Ntra Sra La Virgen Blanca, con su Abad al frente, Ricardo Saez de Heredia, y el párroco de la basílica de San Miguel, Juan Carlos Aguillo, han arropado a las jóvenes deportistas que con respeto y emoción han cumplido con su ofrenda a la patrona. 

La coordinadora del equipo, Dafne Tribiño, reconocía que ese momento, como vitoriana, tenía mucha emoción para ella. “Algo que he visto hacer tantas veces a los chicos tenía ganas de que lo pudiéramos hacer nosotras también”. 

También recordaba las muchas veces que ha pedido con devoción a la patrona un empujón para lograr el sueño, que hoy es ya realidad, de estar en Primera División. 

Por su parte Vera, que juega de central en la escuadra albiazul, reconocía que “aun no siendo de aquí, (es nacida en Cantabria) he sentido una gran emoción en este momento”. Vera, que trabaja en el gimnasio de Zuzenak de la capital alavesa, es de las jugadoras que se santigua cada vez que entra en el campo, ese gesto forma parte de su identidad. 

El tiempo aguantó lo justo para la ofrenda floral y la lluvia se sumó a la fiesta con la foto de grupo. 

Non solum sed etiam 

Por más que algunos quieran tildar de anacrónico el gesto, por más de que muy probablemente la mayoría de las personas vinculadas al equipo sean bautizadas pero no practicantes, por más que en el gesto haya algo de tradición institucionalizada, … a pesar de todo ello diría, la ofrenda floral a la patrona trasciende lo religioso y lo institucional, es un acto del pueblo agradecido, y por eso lo respetan tanto los creyentes como quienes acuden por empatía con el grupo o por puro y simple respeto a una devoción que aún no se les ha descubierto. 

Todos vemos a las jugadoras y jugadores que se santiguan antes de entrar en el campo, pero lo que no vemos son gestos como la oración silenciosa y personal en el vestuario, o la visita a la iglesia o capilla más cercana antes del partido o después del partido, para compartir los triunfos y las derrotas. 

Gestos como esos también convierten a un equipo en Gloriosas