Carta de Elizalde que marca el fin de curso pastoral para el 30 de junio El Obispo de Vitoria incorporará tres mujeres  al Consejo de Gobierno Diocesano

El Obispo de Vitoria incorporará tres mujeres  al Consejo de Gobierno Diocesano
El Obispo de Vitoria incorporará tres mujeres  al Consejo de Gobierno Diocesano DV

En su carta de final de curso, el responsable de la Iglesia alavesa ha hecho público  este anuncio como un paso más en su proyecto de remodelación y renovación de  la Diócesis de Vitoria. 

Finaliza la carta pidiendo perdón “a todas las personas que han podido sufrir por  sus equivocaciones como responsable de la Diócesis”

El Obispo de Vitoria, D. Juan Carlos Elizalde, ha  publicado, en el marco de la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, su mensaje de  final de curso dirigido a toda la Diócesis. En ella hace un repaso de los momentos  más importantes de estos meses donde, entre otros, ha subrayado la importancia del  Sínodo y el haber recuperado la presencialidad en las misas y en los principales actos  de la Iglesia tras dos años difíciles. 

Monseñor Elizalde ha recordado el punto en el que se encuentra la Diócesis con las  conclusiones tras el más del centenar de aportaciones elaboradas por las más de 1.200  personas que han participado en este proceso de consulta, escucha y reflexión. Así, ha  asegurado que este tiempo “está siendo una gracia” pues, “la labor realizada por laicos,  sacerdotes, religiosas, familias y por el conjunto de bautizados ha sido inmensa”. En este  sentido ha afirmado que “somos un buen equipo donde no sobra nadie”, ha agradecido  a todos ellos su tarea por querer se parte activa en el futuro de la Iglesia y ha recordado  los temas más tratados como han sido "la labor social de la Iglesia, el papel de la mujer  y de los laicos –hombres y mujeres no consagrados–, la formación, los alejados de la  fe, la espiritualidad, el diálogo y la comunicación, la corresponsabilidad, la comunidad y  las celebraciones”. Al hilo de esto, ha subrayado que “trabajaremos todo esto además de  lo tratado en la Asamblea Presinodal en Madrid”. 

El Obispo de Vitoria ha deseado que este verano sirva para, entre otros, “descansar y  desconectar, estar tranquilos y rezar” si bien ha advertido que también podemos ir  programando muchas cosas pues “en periodos de tranquilidad servirá para que vayan  madurando”. Por ello, ha querido hacer público que “en actitud sinodal y con espíritu de  escucha, en septiembre daré a conocer el nuevo Consejo de Gobierno Diocesano, que  por primera vez contará con la presencia de la mujer en este órgano asesor del Obispo”.  Juan Carlos Elizalde ha detallado que serán “tres mujeres y un hombre quienes  formarán, junto a los miembros del Consejo Episcopal formado por los vicarios, el  nuevo Consejo de Gobierno Diocesano”. Serán elegidos “tanto por su profesión, como  por su compromiso y experiencia al servicio de la Iglesia”. A quienes lo forman –ha  escrito– “les encomendaré el asesoramiento máximo en aquellas cuestiones que  afecten a la vida de nuestra Iglesia”. En esta parte ha querido agradecer también a sus  vicarios “la difícil tarea que les he encomendado y su ayuda y acompañamiento cuando

debo tomar decisiones importantes, como por ejemplo son los nuevos nombramientos  sacerdotales”. 

En su misiva también dedica una parte a alegrarse por recuperar la presencialidad. “Lo  estábamos deseando. La Diócesis quiere seguir albergando y organizado iniciativas  abiertas a todos para favorecer el encuentro y para celebrar la fe con los hermanos”. Así,  ha recordado “hemos retomado las procesiones de la Semana Santa y la del Corpus tras  dos años sin salir y con mucha afluencia de gente, las peregrinaciones diocesanas que  vuelven a la agenda, las bodas sacerdotales como se hacía antes, la reapertura de la  Capilla de la Adoración Perpetua, se reactivan retiros y ejercicios para laicos y para  sacerdotes, los campos de trabajo, voluntariado y campamentos y muchos otros  proyectos que impulsan a la comunidad”. Pese a ello, el Obispo ha pedido “no bajar la  guardia donde no hay que bajarla” y ha recordado que “tampoco nos despreocupemos  de la guerra de Ucrania que estalló a últimos de febrero, donde la Diócesis ha acogido y  acompañado a refugiados”. En este punto ha pedido que “sigamos rezando por la paz  en todo el mundo y siendo colaboradores de ella y teniendo en nuestra oración a los  fallecidos durante los meses más duros de la pandemia y a sus familias”. Asimismo ha  agradecido a todos por su “incalculable tarea en parroquias, zonas pastorales,  comunidades, centros de estudio, de salud, residencias, servicios, delegaciones y en  vuestras familias”. 

Ha finalizado su escrito pidiendo “perdón a todas las personas que han podido sufrir por  sus equivocaciones como responsable de la Diócesis” y ha recordado que ser Obispo es  “ser garante de un saludable desarrollo de la vida de esta Iglesia en la liturgia, en la  pastoral, en el anuncio del Evangelio y en la caridad”. Antes de terminar ha afirmado  “más que nunca su compromiso y confianza en el Señor, pidiendo oraciones, apoyo y  sugerencias para seguir trabajando corresponsablemente por todos y sin ningún tipo de  exclusión”.

Non solum sed etiam

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Finaliza un curso cargado de emociones, pero eso es agua pasada que ya no mueve molino. Con el paréntesis de las fiestas patronales de la Blanca a primeros de agosto, ahora se abre un periodo vacacional durante el que relajadamente se podrán madurar proyectos para el próximo curso. Un nuevo curso que tendrá que empezar a dejar ver los efectos de las conclusiones sinodales, porque lo del nombramiento de tres mujeres para el órgano asesor del Obispo no son un efecto, sino una consecuencia. Los efectos se aprecian a más largo plazo.

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