Inauguración del Archivo Musical Diocesano de Vitoria Susana Arechaga: "La música estuvo muy presente en el Seminario, seminaristas, sacerdotes, muchos de ellos han destacado como compositores, organistas y directores corales”
Un archivo con pequeñas historias como la de las 340 partituras llegadas desde Chile por barco
Durante el acto se recordaron las figuras de Rafaél Mendialdua (+2017) y Manu Sagastume (+2024)
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
Tras años, muchos años, de minucioso estudio y clasificación, por fin ve la luz un proyecto que sacerdotes y músicos como Rafael Mendialdúa soñaron, y no llegaron a verlo hecho realidad.
Este mediodía en el ala oeste del Seminario Diocesano se ha inaugurado el Archivo de Patrimonio Musical de la Diócesis de Vitoria.
La creación de este nuevo espacio responde a la necesidad de proteger la gran tradición musical de la Diócesis de Vitoria, la cual ha generado a lo largo del tiempo una documentación muy importante que se remonta a la antigua Colegiata de Santa María –luego Catedral de Santa María– así como al Seminario Diocesano en sus diferentes etapas históricas.
Al acto han acudido autoridades diocesanas como el obispo, Juan Carlos Elizalde que ha sido el encargado de bendecir las instalaciones, también el Vicario General, Carlos García Llata y el Rector del Seminario Unai Ibañez, responsables del patrimonio diocesano como su directora, Susana Aréchaga, representantes institucionales como la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Vitoria, Sonia Díaz de Corcuera y personas relevantes del mundo de la música como Sabin Salaberri.
Susana Arechaga, delegada de patrimonio, ha subrayado la importancia de este archivo. “La música estuvo muy presente en la vida del Seminario, de los seminaristas y sacerdotes donde muchos de ellos han destacado como compositores, organistas y directores corales, reconocidos incluso más allá de nuestro territorio”.
También ha afirmado que la creación del Archivo de Patrimonio Musical de la Diócesis de Vitoria, pretende “iniciar la labor de recopilación, custodia y conservación de un valioso y significativo patrimonio diocesano, para después poner en marcha el trabajo de difusión que facilite la investigación sobre esta materia”. “Conservación y difusión serán las tareas fundamentales del recién nacido archivo, los pilares para mejor valorar y proteger este legado histórico”.
Floren Unzueta ha sido una de las personas que más horas ha invertido en este proyecto. A su cargo se debe el estudio y organización de más de 4000 obras clasificadas por autores, con sus respectivas reseñas, por estilos musicales, … Unzueta hizo referencia y homenaje al sacerdote y músico Rafael Mendialdúa, fallecido en 2017 sin llegar a ver cumplido su sueño del archivo al que también le dedicó muchas horas. También en el acto ha sido recordado otro melómano de nuestra ciudad, Manu Sagastume, que falleció el pasado sábado. Era uno de los invitados a este acto. Su funeral se celebrará mañana martes a las siete y media en la iglesia de San Miguel, donde dirigió a su coro Araba, que recientemente dio su último recital.
Hacia el 2017 se logró desvelar el misterio de 340 obras que habían aparecido en la catedral y sobre las que nadie sabía de su procedencia. La historia resultó que un tal Manuel Arrieta, natural de Ochandiano, que había sido maestro de capilla de la catedral metropolitana de Santiago de Chile, a su regreso para morir en su tierra se trajo en el barco estas 340 partituras.
Otro trabajo ímprobo ha sido el de realizar el descarte de algunos ejemplares que estaban en malas condiciones.
Durante la Pandemia se percataron del deterioro que tenían muchos de los ejemplares guardados y se procedió a un expurgo conservando al menos un ejemplar de cada partitura, cuando había varios ejemplares por voces.
El archivo conserva obras de los siglos XVII, XVIII, XIX y XX con un amplio abanico de autores, muchos de ellos de la tierra.
Ahora la labor continúa en el proceso de digitalización de toda esta documentación, trabajo que ha sido encargado al musicólogo José Ignacio Pérez Purroy. Este trabajo permitirá su mejor conservación y la posibilidad de compartir este patrimonio sin que sean dañado sus originales.
El archivo recoge partituras, obras varias y documentación de varios compositores y músicos como Julio Valdés, Vicente Goicoechea y Jesús Guridi entre otros muchos.
Al finalizar el acto de presentación de esta mañana, la profesora musical y organista en la iglesia de San Miguel de Vitoria, Loli Zárate, ha interpretado una pequeña obra musical en el mismo piano en el que se preparó Julio Valdés, sacerdote y reconocido compositor alavés nacido en 1877 en Vitoria y sobrino del compositor alavés Vicente Goicoechea y del músico madrileño Sáinz Basabe.
Non solum sed etiam
Tengo el honor de haber formado parte del pequeño coro, luego otxote, del Seminario Diocesano. Teníamos los ensayos dos días a la semana después de comer. Recuerdo a Rafa Mendialdua con su puro en la mano (sí ya sé lo que estaréis pensando algunos, pero eran otros tiempos y hay que verlos en su contexto). Pero además a algunos nos “invitaba” a “bucear” en los desvanes del Seminario, lo que un día fue “Corea” y “Siberia” y rescatar algunas partituras.
Más tarde le recuerdo a Rafa hablar de ese proyecto de Archivo del Patrimonio Musical de la Diócesis. La mayoría rescatado del Seminario y de la Catedral de Santa María.
Salían a relucir historias del Coro de tiples de la catedral, de Don Dimas Sotes y de otros ilustres de la música local.
Como lo definió el periodista Txerra Díez Unzueta en Radio Vitoria el año 2012 en una memorable entrevista , Rafa era y será para siempre: “un hombre fundamental en la historia de la Música de Álava”. La “casualidad” ha querido también que unos días antes se fuera de este mundo otro referente de la música en Álava, Manu Sagastume.
Ahora, los melómanos tienen una fuente más de información de la música sacra. La que se conserva desde hoy en el Seminario Diocesano de Vitoria.
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