El que fuera capitán del equipo babazorro Manu García recaló la pasada semana en la Sede de la Cofradía de la Virgen Blanca para formalizar unos lazos que le vienen uniendo a la patrona de su ciudad desde siempre. 

Manu ha sido de esos deportistas que ha confiado los triunfos y fracasos de su vida deportiva a la Virgen Blanca, patrona de su ciudad. Y a la Iglesia de San Miguel, basílica de la patrona, ha acudido también Manu para celebrar otros acontecimientos de su vida como su matrimonio.

Ahora, y arrancando una campaña de captación de nuevos cofrades por parte de la Cofradía, Manu formalizó sus vínculos en una visita al Museo de los Faroles y con la cumplimentación de su ficha de cofrade. 

Con este acto la Cofradía de la Virgen Blanca ha dado la salida a la campaña de captación de nuevos cofrades bajo el lema “Yo con mi Cofradía/ Ni nire Kofradiarekin”.  Se pretende que personas con relevancia pública formalicen sus vínculos con la Cofradía de la Patrona de Vitoria. Para algunos será un paso que llevaban deseando hacer hace tiempo, como le sucedió en su día al actor Txema Blasco, quien soñaba con portar un farol en la procesión y sus compromisos con el séptimo arte a veces se lo impedían. Para otros será un descubrimiento nuevo, o una forma de mantener los lazos con su tierra aunque les toque ahora estar lejos. 

El primer paso lo ha dado el deportista Manu García, que aunque hoy está fuera de las filas albiazules, desde Chipre sigue vinculado a su tierra natal, y este año la Revista Hornacina le dedica una de sus páginas, la que recoge el testimonio de vitorianos en la diáspora. 

El nuevo cofrade dejó escrito en el libro de visitas “es un placer poder compartir nuestro sentimiento de ciudad haciéndome partícipe de nuestra querida Cofradía de la Virgen Blanca”. 

El Abad de la Cofradía Ricardo Sáez de Heredia acompañó al futbolista que acudió acompañado de su madre, transmisora de esa devoción a la patrona de la ciudad. Como el mismo Abad ha señalado en repetidas ocasiones: “la transmisión es una de las cuatro patas de nuestra labor en la Cofradía. Debemos cuidar la “pata” de la Cultura, la del Patrimonio, la de la devoción y la de la transmisión. Queremos que la gente nos conozca para que nos quiera, y que conociéndonos conozcan y quieran también a la Virgen Blanca.”

(fotos de Blanca Aguillo cedidas por la Cofradía de la Virgen Blanca )

Non solum sed etiam 

No cabe duda que uno de los efectos de la secularización, y también una de sus causas, ha sido la ruptura de la transmisión de generación a generación. En aras de un supuesto progreso y de unas supuestas libertades hemos cedido y perdido por el camino la comunicación de padres a hijos, de abuelos a nietos, de mayores a jóvenes. Y así es como se ha perdido la transmisión de valores, devociones, tradiciones e incluso conocimientos de oficios, de técnicas naturales, de modos del cuidado de la Tierra, de sabiduría popular, … hemos claudicado ante lo artificial, hasta el punto de admitir la inteligencia artificial como un logro en la evolución humana, y no como un simple descubrimiento tecnológico pendiente de demostrar sus beneficios a largo plazo aún. 

En definitiva, que apostar por la transmisión, en este caso de una devoción popular, me parece un acierto, una decisión inteligente y nada artificial. Yo con mi Cofradía es un lema que lo podemos hacer extensible a todas aquellas dimensiones positivas que creamos merecen la pena sean heredadas por las nuevas generaciones.