BAGARA sale en defensa de la clase de religión Ante el "aquelarre montado por sindicatos, federaciones de AMPAs, alumnos, y algún profesor más para demandar la supresión de la asignatura de Religión "
Su ignorancia les hace proclamar la laicidad de los países, ignorando dos
temas muy importantes. Primero el derecho y libertad de los padres a dar
a sus hijos la educación que crean más conveniente, recogido en la
Declaración Universal de Derechos Humanos y que data desde diciembre
de 1948 y segundo la propia Democracia, que implica por una parte vivir
acatando las leyes que la rigen y por otra, respetar a los ciudadanos que
las cumplen
a sus hijos la educación que crean más conveniente, recogido en la
Declaración Universal de Derechos Humanos y que data desde diciembre
de 1948 y segundo la propia Democracia, que implica por una parte vivir
acatando las leyes que la rigen y por otra, respetar a los ciudadanos que
las cumplen
de 1948 y segundo la propia Democracia, que implica por una parte vivir
acatando las leyes que la rigen y por otra, respetar a los ciudadanos que
las cumplen
las cumplen
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
Una vez más la Asociación Bagara sale en defensa de la asignatura de religión como un derecho de padres y alumnos y como una aportación imprescindible en el curriculum formativo de las personas. A quienes orquestan campañas de desprestigio y eliminación de la asignatura de religión se dirige en estos términos: Estos “analfabetos comesopas oficiales, ignoran que en la Escuela no se catequiza, como hacen ellos en sus proclamas. Se trata de participar a todos sus pupilos, representados, descendientes o presentes, del conocimiento del Hecho Religioso, inherente a la raza humana.”
Texto íntegro
Estamos tan acostumbrados a mentar la Constitución de 1978 que cada
vez tiene más aspecto de papel sobado e incluso mojado. Sin embargo,
dependiendo de quien sea el que la invoque sigue siendo un argumento
válido. En primer lugar, porque no hay otra y, en segundo lugar, porque
para dirimir desacuerdos están los tribunales.
He tenido conocimiento a través del escrito de Juan Antonio (@elprofe
bati) del aquelarre montado por sindicatos, federaciones de AMPAs,
alumnos, profesores y algún profesor más para demandar, como siempre,
la supresión, por inconstitucional, de la asignatura de Religión en el
sistema educativo. Ahora ya la hacen extensiva a todas las religiones.
Sin miedo a llamarles analfabetos comesopas oficiales, ignoran que en la
Escuela no se catequiza, como hacen ellos en sus proclamas. Se trata de
participar a todos sus pupilos, representados, descendientes o presentes,
del conocimiento del Hecho Religioso, inherente a la raza humana. Desde
el principio de los tiempos los humanos han vivido conociendo el Derecho
Natural. Las diferencias entre las religiones principales son mínimas y
todas parecen indicar la necesidad de buscar el origen de esa fuerza que
les guía y aún con temor, buscan su protección. No se puede explicar la
Historia de nuestro mundo ignorando que el noventa por ciento de las
guerras que ha habido a lo largo de la historia de la Humanidad han sido
originadas por temas religiosos. Tratar de hacer la política del avestruz es
lo más cómodo.
Su ignorancia les hace proclamar la laicidad de los países, ignorando dos
temas muy importantes. Primero el derecho y libertad de los padres a dar
a sus hijos la educación que crean más conveniente, recogido en la
Declaración Universal de Derechos Humanos y que data desde diciembre
de 1948 y segundo la propia Democracia, que implica por una parte vivir
acatando las leyes que la rigen y por otra, respetar a los ciudadanos que
las cumplen. Añadiría el viejo refrán “Dime de qué presumes y sabré de
que adoleces” En cuanto les llevas la contraria te acusan de “Facha”,
aunque vayas vestido decentemente o de fascista. Ellos siguen anclados
en dos escritos de Karl Marx: Das Kapital (1867) y Das Manifest der
Kommunistischen Partei (1848). A pesar de lo ocurrido entre 1917 y 1989,
se autoproclaman como partidos de Progreso, pero su inmovilismo hace
que proclamas y demandas sigan siendo las mismas, siendo su única
evolución aprender a degustar el poder del dinero y figurar en la célebre
foto de Alfonso Guerra.
Los Sindicatos, ay, los sindicatos. Son necesarios, no cabe duda, pero
deben cambiar absolutamente, transformarse en una verdadera fuerza en
defensa del trabajador o asalariado por cuenta ajena. Para ello deben
olvidarse de ser sindicatos de partido. Recuerdo que en 1985 el sindicato
metalúrgico alemán, IG Metall, tenía más de ocho millones y medio de
afiliados y los miembros de su ejecutiva de gobierno se sentaban en los
consejos de administración de las grandes empresas siderúrgicas y
metalúrgicas de Alemania. Esa independencia les daba un valor añadido
que los empresarios tenían en consideración y respeto. En España, la paz
social depende del partido en el gobierno (conservador o “progresista”)
Los Presupuestos Generales del Estado contemplan cantidades
considerables para el mantenimiento de los sindicatos, al igual que
reciben subvenciones de regiones autonómicas y en algún caso, incluso de
los ayuntamientos. A la hora de la verdad siguen siendo sindicatos
verticales sin obligatoriedad de pertenencia como en la dictadura, sino
alimentados con el maná presupuestario. ¿A quién representan? A ellos
mismos con una fuerza dependiente del número de delegados elegidos
por los trabajadores, con participación que haría sonrojar a una persona
seria. ¿Más? Siguen con las sevicias heredadas del franquismo. No se
puede despedir a aun representante sindical, aunque no cumpla con sus
obligaciones laborales y su absentismo raye en lo estrambótico. ¿A
quienes tratan de engañar? A propios, que permanecen callados, y ajenos
que sufren las consecuencias de las múltiples huelgas y manifestaciones,
además de tener que pagarlas.
Volviendo a la Educación, son ignorantes supinos, pero insaciables.
Persiguen dos fines, uno político, porque se deben a su gran patrón, el
partido en el gobierno y otro práctico. La Red Pública es de iniciativa
gubernamental, desde el director hasta el último de la limpieza son
funcionarios o subcontratados, pagados por el Estado (los
contribuyentes), el mayor empleador de nuestro país. En 1975 había
medio millón de funcionarios, hoy hay más de tres millones y medio y
todos se quejan que son pocos, la burocracia, a pesar de la digitalización,
ha aumentado exponencialmente. Los centros escolares son municipales
con el mantenimiento a cargo de los presupuestos locales. Los
equipamientos dependen de los entes autonómicos. La Red Concertada
recibe un porcentaje de su coste a través del concierto que oscila entre el
25 y el 50%. El alumnado se compone en ambos casos del muestrario
variopinto que representa la sociedad española. Sin embargo,
equipamiento y mantenimiento para cumplir los requisitos exigidos por las
Consejerías de Educación en la Red Pública, son cubiertos por el dinero
público, parte del cual procede de los impuestos de los ciudadanos que
llevan a sus hijos a la Red Concertada. Esta cubre sus gastos con las
aportaciones “voluntarias” de las familias, porque no llega con el
concierto. ¿Qué dicen los sindicatos? Que pague el dueño del colegio y
vuelven la cara para que no se les note la risa que les entra.
Por último, una pequeña, pero fundamental, cuestión económica. Los
Presupuestos enfatizan en dos puntos muy del agrado del gran público y
objeto de grandes protestas: Sanidad y Educación. Las diversas
autonomías preparan las partidas de sus presupuestos disponen de su
dinero en un bloque o caja depositada en el Banco de España, por
ejemplo. Pero estos presupuestos no son finalistas. ¿Qué quiere decir
esto? Esas cantidades de cada partida no se dedican a los proyectos o
asuntos definidos. Como Sanidad y Educación son cantidades sustanciales,
admiten todo. Luego no hay dinero para material, etc.
En fin, que el asunto tiene una larga discusión y una casi imposible
solución.
Ramiro Pascual
Presidente de la Asociación Familiar BAGARA
bagaraelkartea@gmail.com
Non solum sed etiam
A poco listos que fuesen los “laicistas” tendrían que ser los primeros interesados en defender la asignatura de religión en la educación. ¿Por qué? Pues porque el hecho religioso ha condicionado al ser humano, para bien y para mal, desde los albores de su existencia. Y una justa educación en el hecho religioso ha de permitir a los alumnos descubrir que las religiones han jugado un papel, y siguen jugando, que ha determinado desde las acciones más sublimes hasta las más deplorables del ser humano. Que en la raíz de las creencias religiosas está la libertad, pero que en la práctica ha funcionado la imposición, y no solo me refiero a las épocas en las que la colonización y la evangelización iban de la mano. También se puede aprender que los esquemas de una religión se repiten en otros ámbitos humanos que derivan en considerar como religiones al fútbol u a otras actividades del ser humano que llegan a condicionar hasta la “fe ciega” en algo, o alguien.
Pero también es bueno que sepan que hay una dimensión humana de relación con lo trascendente que transforma al ser humano en alguien capaz de dar la vida por sus semejantes, eso también nace del hecho religioso.
Y con toda esa información a las nuevas generaciones se les puede presentar el abanico de opciones, desde la increencia hasta la militancia en una de las propuestas religiosas que tiene repartidas por el mundo el ser humano.
Pero quienes defienden la supresión de la asignatura de religión son siervos de quienes prefieren un pueblo ignorante y manipulable.