Experiencia de apoyo a los afectados por la DANA Es tiempo de que afloren las sensibilidades personales y las empatías de cada uno
Hay cancha para todos, apoyemos la recuperación de la protectora de animales, de la clínica veterinaria, del equipo de futbol juvenil, del club de esgrima, de yudo, y el de bádminton; que se recuperen los bares, las carnicerías y pescaderías, las fruterías, los estancos y también las iglesias. Porque todos forman parte de la vida de la comunidad
Este fin de semana nos calzamos las botas y nos ponemos los guantes
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
Este fin de semana me encuentro en la localidad de Picanya (Valencia) una de las afectadas por la DANA. Todo empezó cuando me llegó la convocatoria de la Asociación Ucrania-Euskadi para la recogida de alimentos, productos de limpieza, botas, guantes mascarillas, bueno todo lo que se pudiese recoger para reponer a los afectados por la DANA. Este proyecto estaba liderado por Rubén y sus amigos del Centro Asturiano de Vitoria-Gasteiz.
Decidí colaborar en lo que pudiese y de una cosa se pasa a otra y al final te lías más de lo pensado.
Cuando hablé con Rubén una de las primeras localidades a la que pensaban llegar era Picanya, después se ha ampliado el número de municipios a los que se ha ido entregando la ayuda.
El caso es que me quedé con el nombre de Picanya, desconocido para mí. Y, a través de un amigo músico catolico de aquellas tierras valencianas, Jose Villanueva, conseguí el teléfono de contacto con el párroco de aquella localidad.
Cuando logré hablar con D. Joaquín, párroco de Ntra. Sra. de Montserrat, le dije: “hoy todo el mundo está centrado en conseguir palas, botas, alimentos y ropa para vosotros, pero ¿no sé si nadie te ha preguntado por lo que necesitaría la parroquia? ¿Qué habéis perdido?” Su respuesta fue simple: “Todo, lo hemos perdido todo”.
Así que fuimos haciendo una lista de aquello que podríamos intentar llevarle: formas para consagrar, vino de misa, ropa litúrgica, libros para la liturgia, una guitarra, y luego también material de limpieza para una vez eliminado el barro empezar a limpiar con más detalle.
Y eso es lo que hemos cargado, amén de alguna otra cosilla que nos ha caído del cielo como unas camisetas, que desde las parroquias del Casco Viejo de Vitoria nos han donado junto con libros para la liturgia y un alba para el cura que mide 1 '90.
Non solum sed etiam
Es el tiempo de sacar las sensibilidades personales. Sí, la DANA ha provocado una catástrofe que ha afectado a muchos sectores, a muchos servicios, a muchas realidades. Y ahora cada cuál tiene que pensar con cuál empatiza más y volcar su ayuda en ello.
Hay gente que siente una mayor sensibilidad con el tema de las mascotas, por ello nadie mejor que ellos para canalizar, potenciar y respaldar toda la ayuda de alimentos para perros y gatos y otro tipo de mascotas; en cuanto las actividades puedan volver a ponerse en marcha aquellos que sientan una mayor sensibilidad por el tema del deporte son los que tienen que ayudar a que los equipos recuperen sus indumentarias, sus elementos para practicar el deporte que venían haciendo, para que se recuperen los gimnasios, los polideportivos, para recuperar la vida de los grandes deportes y de los deportes minoritarios; aquellos que empaticen con las actividades comerciales de uno u otro sector que los apoyen con iniciativas concretas; los belenistas ya se están organizando para apoyar a las asociaciones y tiendas de belenismo que se han visto afectadas, cuyo material duerme ahora en el fondo de la Albufera.
Pues bien, en esta misma línea algunos, que nos sentimos sensibles con la dimensión espiritual del ser humano entendemos que es importante recuperar cuanto antes la vida de los templos, de todos los templos y de todas las religiones. Por eso, nosotros hemos escogido una parroquia a la que prestar nuestra ayuda concreta, desde sus necesidades concretas, y eso es lo que vamos a empezar a realizar este fin de semana.
Este fin de semana nos calzamos las botas y nos ponemos los guantes.
Porque recuperar la vida de las parroquias es muy importante, ayuda a la sensación de recuperar la normalidad, ofrece un espacio de paz, de esperanza, de oración.
Sí ya sé que hay gente que no lo precisa, que no le interesa, que su empatía conecta con otras realidades, otros sectores, que ellos tendrán que cubrir. Pero nosotros hemos escogido volcar nuestra cooperación con este mundo de la dimensión religiosa, del hecho religioso que para otras muchas personas es fundamental.
Hay cancha para todos, apoyemos la recuperación de la protectora de animales, de la clínica veterinaria, del equipo de futbol juvenil, del club de esgrima, de yudo, y el de bádminton; que se recuperen los bares, las carnicerías y pescaderías, las fruterías, los estancos y también las iglesias. Porque todos forman parte de la vida de la comunidad.
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