"Dios y la existencia. El pensamiento de Rudolf K. Bultmann", de Xabier Pikaza Alfonso Pérez Ranchal: "Bultmann es uno de los teólogos más atacados y mal entendidos de cuantos han existido"
"Acusado de dañar seriamente la credibilidad del cristianismo, clasificado como teólogo liberal y considerado como un hereje, algunos leen a Bultmann con el propósito de realizar un listado de todas sus equivocaciones"
"En la Primera Guerra Mundial perderá a un hermano en el frente; en la Segunda a otro en un campo de concentración nazi"
"Es hora de explicar la fe a las personas que viven en medio de ese contexto histórico, el antiguo lenguaje mitológico debe ser puesto en claro para que tenga sentido entre sus contemporáneos"
"Es hora de explicar la fe a las personas que viven en medio de ese contexto histórico, el antiguo lenguaje mitológico debe ser puesto en claro para que tenga sentido entre sus contemporáneos"
| Alfonso Pérez Ranchal
Sin duda, estamos ante uno de los teólogos más atacados, denostados, mal entendidos y señalados de cuantos han existido. Al presente, para el sector más rancio del cristianismo, esta actitud para con Bultmann continúa.
Acusado de dañar seriamente la credibilidad del cristianismo, clasificado como teólogo liberal y considerado como un hereje que no tendrá parte en el Reino de los cielos, para no pocos fue, y sigue siendo, el enemigo a batir, y ello sin realizar el más mínimo esfuerzo por entender al hombre que hay detrás de sus ideas. Otros lo leen con el propósito de realizar un listado de todas sus equivocaciones (las que ellos creen, por supuesto) y en el mismo movimiento lo acusan de ser uno de los responsables más destacados de la descristianización de Europa.
Muchos se sorprenderían al conocer que en un momento de su vida se da lo que algunos han identificado como “conversión”. Ya arrastraba una crisis desde hacía años, conocía que la teología liberal estaba agotada y la cultura que se había erigido como un ídolo ahora yacía en tierra hecha añicos.
Todo se precipita, incluso de forma violenta, en su toma de contacto con la teología dialéctica, cuyo iniciador más destacado era Karl Barth. A partir de ahí se identificará como teólogo dialéctico, pero todavía le quedaba un paso esencial en la maduración de su pensamiento. Este se producirá cuando adopta el existencialismo de Heidegger, pasando así a ser identificado como teólogo existencial.
Bultmann cree en Dios, acepta que en Jesús se produce una auténtica revelación divina y es en la Cruz en donde el cielo y la tierra se tocan. Su método de interpretación y de estudio de las Escrituras será la desmitologización, lo que no le impidió sostener que en la Cruz el mito deja de ser, allí Dios realmente se reveló como salvador del ser humano. Esto significaba que la historia de la humanidad era un camino de fracaso, la cultura por sí misma no salvaba a nadie sino que, muy contrariamente, llevaba directamente a la muerte.
Este teólogo alemán vivirá los traumáticos tiempos de las dos guerras mundiales europeas. En la Primera perderá a un hermano en el frente; en la Segunda a otro en un campo de concentración nazi. Se opondrá al nazismo y en mitad de la guerra presentará su programa de desmitologización a una serie de pastores que eran parte de esos creyentes que se negaban a aceptar el intento nacionalsocialista de asimilar la fe en sus filas. En esa desmitologización también entraban los mitos nazis los cuales se encarga de derribar.
El neokantismo ya había saltado por los aires, la idea del progreso cultural y moral indefinido también. El liberalismo teológico ha errado ya que su labor no fue la de hacer teología, sino que la confundió con simple antropología. Es hora de explicar la fe a las personas que viven en medio de ese contexto histórico, el antiguo lenguaje mitológico debe ser puesto en claro para que tenga sentido entre sus contemporáneos. Es esto lo que piensa Bultmann.
Este genial pensador enlaza con Kant y Schleiermacher, pasando por H. Cohen, W. Herrmann, Karl Barth y el existencialismo de Heidegger. Tanto es así que en Bultmann se unen dos siglos de pensamiento teológico que hay que considerar y que sirven para articular esta obra en sus cuatro capítulos:
1. Punto de partida. Kant, Schleiermacher y W. Herrmann. Este capítulo es a modo de introducción, pero esencial para conocer el contexto teológico en el que se desenvolverá Bultmann.
2. Bultmann, teólogo liberal: Religión y exégesis científica. Este periodo abarca del 1908 al 1922 y es su primera etapa. Recibe un gran impacto con la Primera Guerra Mundial e hizo que quisiera superar su etapa “liberal” pero sin condenarla.
3. Teólogo dialéctico y existencial: Desmitologización. Este tiempo va del 1922 al 1928 y es cuando en Bultmann se produce un gran cambio, tanto que algunos incluso lo llaman conversión. Toma para sí la estructura del pensamiento teológico de Barth. “Bultmann será desde entonces un teólogo cristiano, en el sentido estricto de este término, manteniendo, en contra de sus muchos críticos, la identidad del Evangelio” (p. 10).
Es con este fin que ideó y desarrolló su programa de “desmitologización”. Se trataba de la interpretación existencial del Nuevo testamento.
4. Visión sistemática: Teología del Nuevo testamento. Este capítulo se ocupará de la madurez teológica de este erudito alemán.
Este esquema nos provee un panorama del libro de Pikaza que llega a ser una visión de la teología (especialmente protestante) de los siglos XIX y XX ya que también aborda la influencia de Bultmann en los últimos 40 años.
El autor escribe desde una perspectiva católica, pero con sumo respeto con la línea protestante de Bultmann, lo que hace que estemos realmente en una línea ecuménica. Pero hemos de destacar que Xabier Pikaza no es precisamente un recién llegado al pensamiento de Rudolf Bultmann: «He recreado y escrito –nos dice- totalmente de nuevo esta obra, en la segunda mitad del año 2012. Pero ella recoge cuarenta años de investigación sobre el tema, que comenzó con mi tesis doctoral en filosofía (sobre Bultmann y Cullmann) y continuó en varios trabajos que dediqué a su vida y obra» (p.11).
Aquí conviene que realice un paréntesis a modo de comentario más personal. Siempre que voy a realizar una reseña lo hago con un bolígrafo y un cuaderno al lado. De esta forma, voy apuntando las ideas principales, el hilo conductor del libro y las sensaciones que me produce su lectura. Pero lo que además me ha sucedido con este volumen es que finalmente he terminado por resumirlo. Tan interesante y provechosa me ha parecido su lectura. Cierro paréntesis.
Al leer este libro, sin duda, conocemos el pensamiento de Bultmann, pero también se va desplegando un panorama general –como ya he apuntado- de la teología europea protestante de todo el siglo XIX y buena parte del XX, y cómo la misma tendría su repercusión en teólogos católicos. Esta presentación de las líneas maestras de toda esta teología y autores, no es realizada desde la distancia, como mero hecho informativo, sino que también se somete a una crítica, tanto en sus aspectos positivos como negativos. De esta forma, Pikaza reconoce el valor o avance que supusieron determinadas propuestas y al mismo tiempo sus limitaciones. Parece que estos autores querían superar las estrecheces y puntos ciegos que existían en el momento histórico en el cual les tocó vivir sin ser conscientes de que ellos volvían a caer en otros.
Esto mismo realizará con Bultmann, especialmente en la parte final del libro. En esta reevalúa algunas posiciones esenciales del teólogo alemán y de sus seguidores a la luz de las aportaciones posteriores provenientes de diferentes disciplinas y que llegan hasta nuestros días. El panorama ha cambiado mucho desde que la teología existencial de Bultmann reinara, y esto es tenido en cuenta por Pikaza, que se ha mantenido al día al respecto. Dicho lo cual, esto no significa que Bultmann sea algo así como naftalina olvidada dentro de un armario. Bultmann apuntó y trató los temas esenciales sobre los cuales vuelve una y otra vez la teología cristiana, sus aportes siguen teniendo vigencia aun cuando algunos ya estén claramente superados.
En opinión de Pikaza, ya es hora de que se escriba una nueva Historia de la Tradición Sinóptica desde el enfoque de lo que se ha llamado el tercer período en la investigación de la historia de Jesús y del cristianismo.
Xabier Pikaza escribe francamente bien. Es capaz de condensar lo esencial en un solo párrafo que posteriormente pasará a explicar en detalle. Es, por así decirlo, una economía en el lenguaje que no es muy frecuente encontrar. Sabe qué decir y escoge las palabras adecuadas.
Su libro es de gran utilidad para dejar atrás miedos y sistemas de pensamiento cerrados en sí mismos y descubrir posturas más allá de las nuestras. Esto no significa ni renunciar a las propias ni socavar las bases de nuestra fe, sencillamente se trata de enriquecernos, madurar, dialogar y respetar a tantos otros que no piensa como nosotros. Si nos decidimos a ello aquí tenemos un magnífico libro por el cual comenzar y a un enorme teólogo cristiano al cual descubrir.