Cartas desde el Sínodo (II): un 'diario' desde el aula Pablo VI El 'Gandalf' del Sínodo de la Sinodalidad, nuevo cardenal

Timothy Radcliffe, con el Papa
Timothy Radcliffe, con el Papa Austen Ivereigh *

Radcliffe es de Yorkshire, en el norte de Inglaterra, que se conoce como ‘el condado de Dios’ por el orgullo que sus habitantes tienen por él. El único cardenal inglés en Roma, el prefecto del Dicasterio por el Culto Divino, también es un Yorkshireman. Cuando le comenté que ahora habrá dos cardenales de Yorkshire que pueden votar por el nuevo papa, bromeó al tiro: «¡me extraña que no haya más!”

Hollerich: "Estamos buscando pasos para para hacer operativa hoy la perspectiva eclesiológica esbozada por el Concilio"

Otra tentación es entrar en la conversación deseando ganar algo, buscando persuadir a otros, lo que suele generar push-back

Lo que necesita una Iglesia sinodal ahora es ampliar el espacio para una presencia más incisiva en la Iglesia

El segundo módulo de la asamblea final del sínodo sobre la sinodalidad se arrancó el lunes con un pedido fuerte por parte del relator, el cardenal de Luxemburgo Jean-Claude Hollerich SJ, por concretezza. Es que el primer módulo se había quedado algo nebuloso, como los días aquí de llovizna y viento leve otoñales. Las 36 mesas de ‘conversaciones en el Espíritu’ – diez por mesa, más un facilitador -- fueron amenas y serenas, y fácilmente se suscitaron convergencias,  sobre todo en los grupos hispanos, donde los  latinoamericanos están  acostumbrados a la sinodalidad y hay  evidente congruencia cultural y de mentalidades. Pero faltaba la concretezza. Al entrar ahora en el los tres módulos centrales, el cardenal fue contundente. “El pueblo de Dios espera de nosotros indicaciones y sugerencias sobre cómo hacer que esa visión sea experimentable en la práctica,” nos dijo, poniendo fuerte énfasis en el cómo.

Boletín gratuito de Religión Digital
QUIERO SUSCRIBIRME

Se refería a la visión de las relaciones eclesiales descritas en el documento de trabajo (el Instrumentum Laboris, o IL) de la asamblea. (El italiano fluído del cardenal – un hombre grande de un país muy chico – goza de una ‘r’ francesa, otorgando a su uso de la palabra Relazioni un toque más fino.) Las relaciones de las que la asamblea trata son con Dios, entre los hermanos y las hermanas en la Iglesia, y entre las Iglesias. Las relaciones “sostienen la vitalidad de la Iglesia de un modo mucho más radical que sus estructuras,” nos aseguró el cardenal, lo no resta importancia a las estructuras. Pero la idea es enfocarse primero en lo que las anteceden --  la iniciación cristiana, carismas y ministerios, reciprocidad sacerdote-laico – para después imaginar los cambios que las relaciones sinodales exigen.

El cardenal Hollerich se dirige al Papa en la catedral de Luxemburgo
El cardenal Hollerich se dirige al Papa en la catedral de Luxemburgo RD/Captura

Citando el IL, el cardenal identificó la pregunta precisa para el discernimiento de la asamblea: «¿Qué nos invita el Espíritu Santo a hacer para pasar ‘de un modo piramidal de ejercer la autoridad a un modo sinodal'?» nos interpeló. “Como imagino que ya están intuyendo,” agregó, “estamos buscando pasos para para hacer operativa hoy la perspectiva eclesiológica esbozada por el Concilio”. Nada menos.

***

El método para lograrlo es ignaciano: el discernimiento apostólico en común, con la  Conversación en el Espíritu (C.E.) su herramienta principal. La C.E. es un intercambio disciplinado, asegurando que todos hablen y se escuchen. La idea es, primero, que todos se expresen libremente; y segundo, que se preste atención a las ‘resonancias’, es decir las reacciones en el corazón a lo que se oye, de modo que te haces consciente del movimiento de los espíritus buenos y malos. Después de este primer paso, en la tercera o cuarta ‘ronda’, el facilitador invita a los presentes a un intercambio más libre, en el que se recogen los frutos de la convergencia y se acuerdan propuestas. Es un proceso guiado por el facilitador de cada mesa, y que sigue las pistas marcadas por el Cardenal Hollerich como relator, y por el mecánico-en-jefe de la asamblea, Padre Giacomo Costa SJ. Los dos jesuitas no sólo enseñan el camino, pero advierten sobre las tentaciones y obstáculos en ella, por ejemplo señalando los riesgos de un exceso de abstracción por una parte (pecado italiano) y el exceso de pragmatismo (pecado anglo-sajón) por el otro.

Círculo menor en la Asamblea Sinodal
Círculo menor en la Asamblea Sinodal

Otra tentación es entrar en la conversación deseando ganar algo, buscando persuadir a otros, lo que suele generar push-back. Es delicado esto, porque es normal – es un don – sentir una pasión o deseo para algo, o ver algo con mucha claridad. Pero en la C.E. uno aprende a ofrecer esta pasión como un aporte, un regalo que se ofrece sin expectativas. Es notable cómo, en palabras de la hermana irlandesa Mary Teresa Barron, presidenta de la UISG, «estamos creciendo en la capacidad de escucharnos» comparado con el año pasado. Ya «no nos apresuramos tanto a intentar convencer al otro». Es señal de que la asamblea se está convirtiendo en un órgano de discernimiento espiritual, pasando del yo al nosotros.

Como siempre insiste el otro jesuita aquí, el Sucesor de Pedro que preside la asamblea, lo que se está construyendo estas semanas en Roma no es un parlamento ejecutivo sino una «escuela de comunión y de discernimiento», en la que se abre al Espíritu Santo a través de la mutua escucha, con el fin de ayudar al Papa a ejecutar decisiones para el bien de la misión de la Iglesia

Es importante explicar esto, porque como siempre insiste el otro jesuita aquí, el Sucesor de Pedro que preside la asamblea, lo que se está construyendo estas semanas en Roma no es un parlamento ejecutivo sino una «escuela de comunión y de discernimiento», en la que se abre al Espíritu Santo a través de la mutua escucha, con el fin de ayudar al Papa a ejecutar decisiones para el bien de la misión de la Iglesia. El sínodo es su herramienta. Es para él. «El ministerio petrino es el eje de la sinodalidad católica y el proceso sinodal tiene como objetivo ayudar a Pedro en su discernimiento para toda la Iglesia», nos recordó el cardenal maltés Mario Grech (secretario general del sínodo) al abrir la asamblea la semana pasada. Y como garante del proceso, el Papa puede – más bien, él debe – decidir la mejor forma, por ejemplo, de tratar un asunto particular.

El Papa, en la primera sesión del Sínodo
El Papa, en la primera sesión del Sínodo

Primado papal, sinodalidad y serenidad

A veces esto crea una tensión entre lo que los eclesiológicos llaman primado papal y sinodalidad. En la primera semana, no obstante la serenidad, hubo turbulencia en torno a cómo se ha tratado la cuestión del diaconado femenino. Fue decisión de Francisco en enero de este año de crear diez grupos de estudio para acompañar la asamblea y sobre todo para alimentar la fase de su implementación en 2025. Cada grupo, apoyado pero no controlado por los dicasterios en Roma, tiene una variedad de expertos reclutados de las Iglesias locales, y  -- a pedido de la secretaría del sínodo -- un procedimiento ‘sinodal’, o sea transparente, inclusivo y dialogante.

Pero el grupo 5, considerando cuestiones teológicas y canónicas en torno a formas ministeriales específicas, tiene otro modo de proceder. El cardenal ‘Tucho’ Fernández, un colaborador cercano del Papa por muchos años anteriores a su nombramiento al capo del dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) el año pasado, es el coordinador. Y los responsables de «profundizar sobre la cuestión del puesto de la mujer en la Iglesia» son nada menos que su staff en en el DDF, y los teólogos miembros del dicasterio en la llamada Asamblea Ordinaria.

Tucho Fernández
Tucho Fernández

Hubo bastante indignación en la asamblea por esta forma ‘poco sinodal’ de proceder, aunque entre los partidarios de un diaconado femenino se mezcla con la decepción por la declaración contundente de Tucho – refieriéndose a lo que ha dicho el Papa -- de que el momento no es maduro para considerarlo. Pero no es cierto que el modo de proceder del Grupo 5 sea ‘poco sinodal’. Al Papa, como garante del discernimiento en la sinodalidad católica, le corresponde decidir la mejor manera de discernir determinadas cuestiones. Y para este Papa la cuestión urgente es cómo declericalizar los ministerios para hacerlos florecer, reconociendo el Espíritu está derramando dones en este momento (carismas) que necesitan ser reconocidos y expresados por la Iglesia (ministerios).  De ahí la «amplia reflexión sobre la potestad sacramental, sobre los ministerios eclesiales y sobre la dimensión carismática de la Iglesia» que llevará a cabo el grupo de Tucho.

El año pasado, la propuesta de abrir el diaconado a la mujer se polarizó dentro de la asamblea y se politizó fuera de ella. Para Bergoglio, la polarización es una clásica distracción de mal espíritu, evadiendo el verdadero discernimiento que se necesita; en vez de abrirnos a la escucha del Espíritu, nos repliega en nosotros mismos, aferrándonos cada vez más a ‘nuestras’ posiciones, haciendo difícil que se disciernan los horizontes que el Espíritu nos abre. En este caso, la propuesta de abrir el clero a las mujeres – para lo cual, hay que decir claramente, no existe ningún consenso en la asamblea – va en sentido contrario de este discernimiento necesario, porque refuerza la confusión clero-ministerio. O sea, lo que necesita una Iglesia sinodal ahora es ampliar el espacio para una presencia más incisiva en la Iglesia, como pide Evangelii Gaudium. Después se verá.

En torno a esta cuestión, siempre recuerdo el sínodo sobre la Amazonía en octubre del 2019. A los que lo cubrimos nos impactaron mucho los testimonios de las mujeres – laicas y religiosas  -- que día a día gestionan las comunidades católicas de la Amazonía. Cuando en las conferencias de prensa nos describieron los ministerios que ejercían, muchos periodistas les preguntaron si no deseaban que la Iglesia las ordenara. A lo cual muchas contestaron, más o menos: «No queremos ser curas. Lo que queremos es que la Iglesia reconozca lo que hacemos, nos dé la autoridad para hacerlo, y nos apoye con formación y recursos para realizarlo.»

Padre Radcliffe en la Sala de Prensa
Padre Radcliffe en la Sala de Prensa

***

De los 21 nuevos cardenales anunciados por el Papa el domingo nueve están aquí en la asamblea, entre ellos el ‘Gandalf’ del sínodo sobre la sinodalidad, Timothy Radcliffe OP. El predicador y escritor inglés, un modelo de alegría humilde y sabiduría, nos cautivó en sus cuatro reflexiones en el retiro pre-asamblea. El dominicano, famosamente informal y despeinado, nos hizo reír en su segunda reflexión al referirse a “este mundo del Vaticano, con sus títulos grandiosos y sus ropajes extraños”. Ahora que tendrá que poner las dos cosas, ¿qué nos dirá cuando tiene dos más oportunidades de dirigirse a nosotros, esta semana, y al final de la asamblea?

Radcliffe es de Yorkshire, en el norte de Inglaterra, que se conoce como ‘el condado de Dios’ por el orgullo que sus habitantes tienen por él. El único cardenal inglés en Roma, el prefecto del Dicasterio por el Culto Divino, también es un Yorkshireman. Cuando le comenté que ahora habrá dos cardenales de Yorkshire que pueden votar por el nuevo papa, bromeó al tiro: «¡me extraña que no haya más!”

*El último libro de Austen Ivereigh es "Lo primero es pertenecer a Dios" Grupo Loyola

Volver arriba