"En favor de unas reformas que la Iglesia necesita y que todavía se quedan demasiado cortas" "Me uno a esta campaña en favor de Papa Francisco con alma, mente, palabra, oración y corazón"
"Siento mucho las manifestaciones públicas de algunos Cardenales de nuestra Iglesia, concretamente del Continente africano, en exceso "escandalizados" ante una Bendición de amor humano, que tanto necesita un colectivo homosex marginado, perseguido y denostado a lo largo de los tiempos"
"La sexualidad atada exclusivamente a la procreación resulta indignamente "animalizada" en el ser humano"
"Los argumentos que esgrimen estos Cardenales para justificar su postura se mueven en categorías teológicas-antropológicas desfasadas y obsoletas, que les cuesta remontar"
"Los argumentos que esgrimen estos Cardenales para justificar su postura se mueven en categorías teológicas-antropológicas desfasadas y obsoletas, que les cuesta remontar"
| Hna. M. Azucena ocd psicóloga
Solo decir que me uno a esta campaña en favor de Papa Francisco con alma, mente, palabra, oración y corazón. En favor de unas reformas que la Iglesia necesita y que todavía quedan demasiado cortas.
Siento mucho las manifestaciones públicas de algunos Cardenales de nuestra Iglesia, concretamente del Continente africano, en exceso "escandalizados" ante una Bendición de amor humano, que tanto necesita un colectivo homosex marginado, perseguido y denostado a lo largo de los tiempos. La mujer es otro colectivo subyugado y marginado en las culturas, pero, gracias a Dios, en sociedades avanzadas, va un poco por delante, en derechos y libertades, quedando todavía mucho por hacer.
Estos Cardenales afirman no ir en contra de Papa Francisco (y les creo), aunque sí contra esta disposición reciente, que resulta un pequeño regalo del cielo (aunque insuficiente) para esta realidad humana tan sufrida (pequeños queridos de Dios).
También entiendo que en el Continente Africano, sus culturas poco evolucionadas se mantienen muy atadas y arraigadas a costumbres y tradiciones ancestrales, configurando una cosmovisión endurecida, asociada a la religión, que les cuesta mucho trascender. Se entienden así reacciones tan viscerales, no lo pueden evitar, hace falta mucho trabajo reflexivo, mucho realismo sensato y una investigación antropológica espiritual muy seria para superar prejuicios entrañados, por muy teológicamente que se pretendan justificar. No tienen la menor idea de la nueva ley de Jesús, ley de amor, que todo lo revierte y lo transforma. No la entienden.
La sexualidad atada exclusivamente a la procreación resulta indignamente "animalizada" en el ser humano. Igual que los sentidos en el mundo animal sirven para el mantenimiento y defensa de la vida en un mundo hostil (la vista, el gusto, el tacto, el olfato...), pero en el ser humano, además de ayudar la vida, pueden tocar los mundos de Dios (una música, un paisaje... han convertido y catapultado almas a la eternidad), la sexualidad humana, que incluye los sentidos, puede tocar los mundos de Dios, independientemente de su papel biológico.
Por tanto, los argumentos que esgrimen estos Cardenales para justificar su postura se mueven en categorías teológicas-antropológicas desfasadas y obsoletas, que les cuesta remontar; dependientes de una escuela y enseñanzas que recibieron y que la Iglesia, como Institución -importantísimo decirlo también-, no ha sabido actualizar, convenientemente, al hilo de los tiempos: mantiene rígidamente un "marco de seguridad doctrinal" (infantil, a pesar de sus complejidades retóricas y mentales: el número de reglas y normativas es inversamente proporcional a la madurez), que troquela y esclaviza a muchos en cómodas estructuras de cumplimiento diametralmente alejadas de Jesucristo, insensibles por completo a su ley de amor.
El Jesús que testimonian, en realidad, vive solo en las hornacinas de sus templos, "honrándolo con los labios, pero completamente alejado y extraño en su corazón". Deberían aprender de Sta. Teresa, que supo tenerlo al lado y relacionarse como Amigo. Él sabría explicarles de amor.
Acabo como comienzo: me uno a esta campaña en favor de Papa Francisco con alma, mente y corazón, palabra y oración (rezo por Papa Francisco, pero sobre todo, por estos Cardenales, que lo necesitan todavía más). En favor de unas reformas que la Iglesia necesita y que todavía se quedan demasiado cortas, pero nos preparan, porque habrán de llegar muchas más, de más hondo calado... hacia el Reino de Dios que Jesucristo inauguró y crece de su mano.
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