Un trabajo que coloca a las víctimas de pederastia eclesiástica en el lugar que merecen, y a las personas en el lugar de las víctimas Juan Cuatrecasas: "El documental Todos Lo Sabían debiera formar parte de un manual de empatía"

Alguien dijo en el preestreno del documental Todos Lo Sabían (Iratxe Pérez Barandalla, 2025, Simetría Producciones) tras la proyección de los fotogramas, que era la primera vez que se hacía una idea aproximada de lo que supone un delito de pederastia en una víctima, de las vidas truncadas, de las graves secuelas y del valor que tienen quienes denuncian los delitos, pese a que en este último punto no se tendría que requerir ninguna dosis extrema de valentía, porque denunciar un delito en un Estado de Derecho acreditado como tal es un derecho, no un acto heroico. Aunque solo fuera por ello, el trabajo concienzudo de Iratxe Pérez durante cuatro años ya ha merecido la pena. Pero más allá, la estructura del relato, la carga emocional que refleja, son ingredientes que deben valorarse.

En cierta ocasión, el director francés François Truffaut explicó que “no hago mis películas pensando en un público intelectual, son películas para todo el mundo, creo. Son películas que pretenden ser populares, intentan interesar al espectador por cosas pertenecientes al ámbito de los sentimientos, de las emociones y de la afectividad".En Iratxe esta reflexión no es una declaración expresa de intenciones y sin embargo queda plasmada a la perfección.

Todos Lo Sabían puede acreditarse como un recurso a la memoria, una herramienta pública y social en el reconocimiento de víctimas y supervivientes de violencias sexuales contra la infancia. Un documental brillante en donde los efectos de la rotoscopia, trazos de tiza ejecutados con eficacia y oportunidad, percuten en nuestras retinas, sentenciando y adornando el relato en su conjunto. La música a cargo del compositor pamplonica Gorka Pastor, sin duda, cumple también con creces, en el conjunto de la obra.

Los precedentes de Spotlight (Thomas McCarthy, 2015), Grâce à Dieu (François Ozon, 2018) o Examen de Conciencia (Solé,2019) marcaron un rumbo en la visibilización de esta causa social que nos afecta a todas y todos. Todos Lo Sabían recoge el testigo y mantiene el pulso de la reivindicación frente a quienes  aún pretenden encubrir, negar y minimizar tanto secuelas como porcentajes.

"Conocer a una víctima de abusos te cambia la vida", dice Iratxe. Es posible que así sea. O al menos te cambia el método con el que te aproximas al drama, a la tragedia y al dolor. Se llama empatía, algo que hay que ir trabajando a diario para hacerte más humano. Todos Lo Sabían debiera formar parte de un manual de empatía para enseñar en los colegios, de un catálogo de derechos, no de opciones, de un manifiesto de lo que debería ser y no es en cuanto a los principios y valores que deben presidir el concepto de libertad, igualdad y solidaridad. Una espita más en la lucha de los seres humanos agredidos y maltratados en la infancia y la adolescencia, lucha por ser reconocidos, reparados y acompañados.

Un gran documental que coloca a las víctimas de pederastia eclesiástica en el lugar que merecen, un espacio seguro de acogida, algo más que un guiño, un ladrillo más en el muro de sus reivindicaciones. Su visión es inexcusable, créanme.

El director de Seminci, Javier Angulo, colocó la cultura, y por ello también el cine, como “un bien que los poderes políticos deben mantener porque es parte del Estado de bienestar”. Todos Lo Sabían, desde luego, va en esa dirección: un aporte bien expresado y estructurado, sin amarillismos al Estado de Bienestar y a la Memoria Colectiva.