"No hubiera estado mal que hicieras mención a la acogida de las personas migrantes y refugiadas" Carta de un cura a Jesús Sanz: "Queda claro que en la homilía lo que haces es introducir expresiones de un mitin de la extrema derecha"

Leyendo la homilía que hiciste el otro día festivo en Asturias, Día de la Santina de Covadonga, me ha llamado poderosamente la atención algunas afirmaciones que realizas y que queda claro que  en  la homilía lo que haces es introducir expresiones de un mitin de la extrema derecha en contra de otros colectivos políticos y sociales.

Lo  primero es despotricar contra la Agenda 2030 asociándola a una especie de ecologismo malvado. Tengo la sensación que no se lee la Agenda 2030, porque los 17 objetivos y sus 169 metas son algo  que el mundo lo necesita si quiere generar futuro. Pero, además habláis, la extrema derecha, como si fuera una hoja de ruta de una mano negra que maneja el mundo, cuando esta declaración se queda en papel mojado, como la propia Declaración Universal de los Derechos Humanos.

De todas formas voy a reflejar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Fin de la pobreza.
Hambre cero.
Salud y bienestar.
Educación de calidad.
Igualdad de género.
Agua limpia y saneamiento.
Energía asequible.
Trabajo decente y crecimiento.
Industria, innovación e infraestructura.
Reducción de las desigualdades.
Ciudades y comunidades sostenible.
Producción y consumo responsable.
Acción por el clima.
Vida submarina.
Vida de ecosistema.
Paz, justicia e instituciones sólidas.
Alianzas por lograr los objetivos.

Cuando se despotrica contra la Agenda 2030, que por desgracia es papel mojado, hay que decir con qué objetivo no se está de acuerdo, en vez de arremeter de una manera genérica, aunque te ha faltado nombrar a Soros como culpable de todo. Por cierto,  estos objetivos sintonizan con la Doctrina Social de la Iglesia.

Hay una cuestión que me parece muy miserable y es utilizar el inmenso dolor de una mujer ucraniana, Irina, que ha perdido a su marido y a un hijo en un bombardeo en Kiev y que expresa dolor y el perdón y quiere sacar a su dos hijos pequeños hacia adelante con esperanza para justificar el beso de Luis Rubiales a Jennifer Hermoso y lo camuflas como que es algo sin ninguna transcendencia comparado con el dolor de Irina. Y, ya de paso hablas del feminismo manipulado.

Me decía el otro día una amiga: “Entonces, para vosotros que un hombre porque le da gana bese a una mujer sin su consentimiento o le toque el culo no es pecado.” Y ya de paso, sibilinamente, hablas del caso Rubiales como tapadera de cuestiones graves, me imagino que en referencia a la izquierda, claro y no a la derecha ni a la extrema derecha con su racismo, su xenofobia, su rechazo a los pobres y fu afán de acumular riquezas destruyendo el mundo que Dios creó y nos dejó para cuidarlo, junto a la vida humana.

Se entiende que la iglesia vaya en contra del aborto y de la eutanasia, pero, no se entiende que ante la muerte de millones de personas, muchos niños y niñas ya nacidos, seamos indiferentes y seamos cómplices con esos poderosos que fabrican guerras y muertes. No hubiera estado mal que hicieras mención a la acogida de las personas migrantes y refugiadas.

Podías haber unido el dolor de Irina con el dolor de tantas mujeres que sufren en el mundo por ser mujeres; podías perfectamente unir el dolor de Irina a esa violencia machista que ha matado este año a más de cuarenta mujeres en España, que han sido asesinadas por hombres que creen que la mujer es una propiedad suya y responden a “o para mí o para nadie”.

Hablas de “trincheras que nos enfrentan reabriendo heridas” y me imagino que te refieres a la memoria histórica, que recoge, entre otras cuestiones, enterrar dignamente a personas sepultadas en cunetas, en fosas comunes. ¿No te parece bien esto? No se abren heridas, sino se cierran heridas, porque hay mucha gente que quieren sencillamente dignidad, justicia y reparación, no venganza.

Puedo entender que en algún punto o en alguna actuación se esté en desacuerdo, pero, no podemos ser unos de los países del mundo con más personas  desaparecidas en fosas comunes o gente que tenga antecedentes penales por defender los derechos humanos o que exaltemos figuras, que después de la guerra, asesinaron a miles de españoles y españolas y aquí se incluye las torturas y las violaciones y el rapto de hijos e hijas.

En este sentido, la iglesia Católica también ha tenido su propia memoria histórica reconociendo a todas esas personas que fueron asesinadas por su fe a manos del bando republicano en su mayoría y, en mucha menor medida, a manos del  bando nacional. ¿Eso es abrir heridas? No, eso es reparación, justicia y dignidad.

Hay algunas cuestiones que sí me han parecido acertadas como la referencia a los incendios de Tenerife y Grecia o a la gente que no tiene trabajo o la petición de una llamada a la fraternidad, aunque utilizar pensamientos de la extrema derecha, con un carácter frentista, lo que haces es romper la fraternidad que anuncias y a las reacciones posteriores me remito.

Termino esta carta con tus propias palabras que me ha gustado:

“Ir al encuentro del otro para que lo mejor de él salte de alegría, como quien se sabe acogido y respetado sin señalamiento ni linchamiento alguno, como quien aprende a dialogar de veras sin expulsar a nadie de prejuicios excluyentes, como quien sabe reconocer la verdad del otro sin claudicar de la Verdad con mayúsculas que nos haces libres”.