"Usted juega con la política como si fuera un tablero de ajedrez, pero aquí las piezas son vidas humanas" Carta abierta a Donald Trump: "Usted podría detener todo esto, pero no lo hace"

Vladimir Zelenski, Donald Trump y J. D.Vance
Vladimir Zelenski, Donald Trump y J. D.Vance

"Le escribo desde el kilómetro cero de la guerra, desde donde la vida se ha convertido en un acto de resistencia, donde cada amanecer es una ofensa porque aún respiramos mientras otros ya no pueden ni siquiera despertar"

"He visto a niños mirar al cielo con terror porque saben que las cosas que caen de allí no traen bendiciones, solo muerte"

"¿Qué clase de victoria cree que está consiguiendo? No hay gloria en las ruinas ni en los miles de tumbas de soldados, población civil, hombres, mujeres y niños. No hay honor en las lágrimas de una madre que abraza el cuerpo frío de su hijo. No hay triunfo en los gritos de las mujeres que han sido ultrajadas y desechadas como trapos sucios"

Señor Trump: Le escribo desde el infierno. No desde la distancia cómoda de los titulares o de las frías pantallas, sino desde el barro empapado de sangre, desde el hedor de la carne quemada, desde el grito interminable de las madres que entierran a sus hijos en fosas improvisadas porque ya no queda nadie para cavar tumbas. Le escribo desde el kilómetro cero de la guerra, desde donde la vida se ha convertido en un acto de resistencia, donde cada amanecer es una ofensa porque aún respiramos mientras otros ya no pueden ni siquiera despertar.

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He visto cuerpos abiertos como carne de matadero, niños arrancados de los brazos de sus madres, soldados jóvenes llorando como niños, y otros postrados en los hospitales con sus rostros destrozados y sus cuerpos triturados. He visto jóvenes sujetando las armas, con el alma rota, pero firmes en su misión de servicio.

Sor Lucia con soldados en Ucrania
Sor Lucia con soldados en Ucrania

He visto también mujeres que se sienten despojadas de su dignidad y humilladas porque han sido vilmente violadas por hombres, a los que describen como bestias que apestaban a sudor, alcohol, miseria y con sus ojos enrojecidos de furia y sus manos cargadas de violencia: auténticos depredadores que habían perdido cualquier rastro de humanidad. He escuchado el relato de ancianos que recuerdan a sus vecinos, también ancianos a los que vieron morir de hambre, sentados en los escombros de lo que una vez fue su hogar, mientras el eco de los misiles retumbaba en sus oídos por última vez.

He oído la súplica de los heridos que me pedían, con lágrimas en los ojos, que alguien terminara con su dolor. He visto a niños mirar al cielo con terror porque saben que las cosas que caen de allí no traen bendiciones, solo muerte. He sentido el temblor de las manos de una madre que me decía que ya no tiene fuerzas para correr cada noche al refugio llevando a su bebé para salvarle la vida porque teme que un ataque les mate. Y la he sentido gemir porque pasan horas sin agua, sin luz, y días y días sin alimentos. Me decía aquí solo hay estruendos, humareda y muerte.

Y usted, señor Trump, usted podría detener todo esto. Pero no lo hace.

La reunión entre Trump y Zelensky en la Casa Blanca
La reunión entre Trump y Zelensky en la Casa Blanca EFE

Usted juega con la política como si fuera un tablero de ajedrez, pero aquí las piezas son vidas humanas: Son personas que tienen derecho a vivir en paz y con dignidad. Y cuando caen, no se levantan.

Usted, Sr Trump, tiene el poder de detener esta irracionalidad, pero parece que el peso de su ego es más grande que el peso de la sangre derramada. ¿Qué clase de victoria cree que está consiguiendo? No hay gloria en las ruinas ni en los miles de tumbas de soldados, población civil, hombres, mujeres y niños. No hay honor en las lágrimas de una madre que abraza el cuerpo frío de su hijo. No hay triunfo en los gritos de las mujeres que han sido ultrajadas y desechadas como trapos sucios.

La verdadera fuerza no está en la violencia, sino en la capacidad de detenerla. La verdadera victoria es la paz y la paz justa, duradera y estable. La verdadera valentía es sentarse con las víctimas y extenderle la mano para dialogar. Si hay una victoria que el mundo necesita, es la de la paz. Y esa victoria aún está en sus manos

¿Qué clase de hombre quiere ser? ¿El que será recordado por las ruinas que dejó atrás o el que tuvo el coraje de construir cuando todos elegían destruir? La verdadera fuerza no está en la violencia, sino en la capacidad de detenerla. La verdadera victoria es la paz y la paz justa, duradera y estable. La verdadera valentía es sentarse con las víctimas y extenderle la mano para dialogar. Si hay una victoria que el mundo necesita, es la de la paz. Y esa victoria aún está en sus manos.

Deje de esconderse detrás de discursos vacíos y decisiones cobardes disfrazadas de prepotencia todopoderosa.

Ponga fin a esta masacre y al martirio del pueblo de Ucrania. Deje de escribir su nombre con sangre. No hay vuelta atrás una vez que la historia le coloque en el lado de los verdugos. Usted todavía tiene una oportunidad de ser recordado como alguien que tuvo el valor de reconstruir, de pacificar, de elegir la bondad sobre la fuerza.

Natalia Tarabalka, madre de luto en Ucrania
Natalia Tarabalka, madre de luto en Ucrania

Mire bien las ruinas. Escuche el llanto de los niños que han pedido a sus padres. Sienta el frío de las tumbas abiertas y escuche el silencio de las ciudades que han sido arrasadas. Y luego, si aún le queda algo de humanidad, haga lo correcto, tome la mejor de las decisiones que usted hoy puede tomar.  Porque si no lo hace, la historia lo recordará como otro nombre en la larga lista de carniceros que disfrazaron de política la peor cara de la barbarie.

Haga lo correcto. Haga historia.

Está en sus manos. La paz o la sangre. Elija bien.

Porque hay demasiada sangre ya.

Por favor, provoque la gran revolución de la bondad y grite al mundo “que callen las armas y que hable el amor”

Y recuerde, al final de la vida, usted, como todos los mortales será examinado en una única materia: la del amor.

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