(Antonio Aradillas).- Lamento tener que reconocer que la noticia que fundamenta este comentario a algunos les parezca escandalosa. Ciertamente lo es. Pero, por favor, piensen que no lo es la publicación de la misma. Lo son los hechos y su constatación, dado que si ellos no se hubieran registrado, tal noticia no existiría, por lo que satisfactoriamente me hubiera ahorrado reflexionar sobre ella.
No pocos sacerdotes jubilados lo pasan económicamente mal. Lo que se dice mal. La Iglesia -"Mater et Magistra"- no siempre se aplica a sí misma y a sus "serviciarios" lo que exige a los demás, por supuesto que también en materia laboral. La letanía de los casos vividos por los sacerdotes y sus familiares mayores justifica multitud de "ora pro nobis" doloridos y llorosos, hasta que por fín el "requiescat in pace, Amén" uniforma a todos ante la presencia de Dios.
Ocurre que, pudiendo todavía la mayoría de ellos celebrar diariamente la santa misa, lo que le reporta una ayuda pastoral al clero en efectivo, no siempre, es decir, casi nunca disponen de la posibilidad de que ellas -las misas- estén refrendadas con la ofrenda económica -"estipendio" o tasa pecuniaria- al uso y que más o menos y "a voluntad" puede rondar los 20 ó 25 euros ofertados por los feligreses en sufragio del alma de un ser querido, o en acción de gracias por la concesión de algún favor del cielo.
Para leer el artículo completo, pincha aquí: