Francisco, el perdón, los indígenas y la 'Doctrina del Descubrimiento' ¿Por qué no pensar en la canonización de Fray Bartolomé de las Casas?
¡Papa Francisco, siga usted siendo valiente, no deje de “meterse en líos” y busque un hueco entre los que les queden libre, en el Santoral -Año Cristiano, que no tendrá más remedio que reformar lo antes posible…!
¿Tendrían alguna pizca de validez los razonamientos presentados -o predicados- por los descubridores-conquistadores, ante los jefes “indios” de las respectivas tribus, lugares, países o continentes, , expuestos en las “Bulas Sagradas”, tituladas “Romanus Pontifex”, firmada en Roma por el papa Nicolás V el día 8 de enero del año 1455, o el de la “Inter Caetera”, de Alejandro VI del día 4 de abril de 1493, también firmada en la Ciudad Eterna?
Con terminología propia de prefacio litúrgico, aseguro ser “verdaderamente justo, equitativo y saludable”, que con urgencia inesquivable se planteen y afronten problemas que llaman ya a las puertas de cuantas personas e instituciones se sienten responsables en la sociedad actual. Vivir ”en mañana” es vivir el “hoy” , después de haber vivido el ” ayer “ y haber experimentado cómo nos fue a nosotros y cómo les fue a los demás .
Y uno de los problemas de mañana -o pasado mañana- , es decir “ya”, será la noticia de que , por fin se llegó a la conclusión científica de la existencia de otros mundos habitados , con la posibilidad casi a plazo fijo de la fecha de tal acontecimiento.
Entonces, de decir, ahora, con referencias a recientes noticias generadas por el papa Francisco a propósito de su importante visita a Canadá y en anteriores declaraciones “indígenas”, problema de relieve excepcional en el planteamiento de la Iglesia será, entre otros, y de inmediatez más precisa y esencial, haber encontrado ya respuesta adecuada a la pregunta de, a quién o a quienes pertenecieran las tierras” que descubrirían precisamente los extra “terrícolas”.
¿Serían de utilidad las ideas e interpretaciones, y los comportamientos que en pasadas circunstancias históricas se vivieran en nuestro planeta ante hechos similares al hipotético, aludido en esta referencia?. ¿Es que lo del” nihil novum subsole” (“nada nuevo bajo el sol”), seguirá teniendo vigencia y de alguna manera, con repercusiones legales en los ordenamientos , al menos hoy democráticos, y no regios y pontificios,, absolutistas por naturaleza y definición y “caiga quien caiga”?.
¿Sería factible el día de mañana- hoy- ,la solución impuesta como única e irreversible , con argumentos divinos y humanos, que las tierras -gentes, propiedades, e instituciones por descubrir - habrían de ser, de ahí en adelante, de absoluta pertenencia de sus conquistadores o descubridores y de quienes financiaban las empresas, “en el nombre de Dios” o en el del rey o emperador de turno?
¿Tendrían alguna pizca de validez los razonamientos presentados -o predicados- por los descubridores-conquistadores, ante los jefes “indios” de las respectivas tribus, lugares, países o continentes, , expuestos en las “Bulas Sagradas”, tituladas “Romanus Pontifex”, firmada en Roma por el papa Nicolás V el día 8 de enero del año 1455, o el de la “Inter Caetera”, de Alejandro VI del día 4 de abril de 1493, también firmada en la Ciudad Eterna? ¿ Qué querían decir los representantes del ”Único y Verdadero Dios”, con términos tales como que” a ellos por su condición pontificia los definía el derecho dedominio y de señorío a ejercerlos en todo el mundo, obligados todos los demás a “reconocer la potestad universal del Papado , con plena convicción de tener que aceptar la subyugación y esclavitud, o, de lo contrario, la condena a muerte en esta vida y también en la otra”?
A cualquier aspirante a “teólogo de a pie”, en tiempos de los Descubrimientos o de la Conquista , por muy doctrinalmente que a ellos mismos se les presentaran tales argumentos, con dificultad se les hubiera ocurrido rechazarlos, aunque de vez en cuando y por la misericordia de Dios , predicadores como el dominico Fray Bartolomé de las Casas y pocos más, levantaran su voz en contra de la doctrina “oficial” imperante , encarnada en no pocos laicos, obispos, y ejecutores de la “Catequesis de la doctrina cristiana”, tan rentable para sus intereses propios y los de sus Órdenes Religiosas respectivas, tan beneficiadas por las citas de Santos Padres y las firmas de Romanos Pontífices.
Pese a que aquellos tiempos y sus circunstancias eran otras, por lo que en el juicio que de ellas sea dictado tenga que aparecer la misericordia, de la doctrina “oficial” de la Iglesia y de los Estados que la auparon e impusieron, es obligado asegurar que no tenían nada- absolutamente nada- ni de Iglesia ni tampoco de cristianos. El papa Francisco ha hecho bien -muy bien- en reconocerlo, a la espera por parte de muchos, “indios” o no, de su pública y solemne reprobación, aun siendo él mismo sucesor de Nicolás V y de Alejandro VI.
¿Y por qué no pensar ya efectivamente en la canonización de Fray Bartolomé de las Casas, el dominico sevillano, “defensor de los derechos de los indígenas , desde los inicios de la Colonización y de los que asevera que “eran gente buena , que vivían bajo costumbres cristianas, aún antes de conocer el Cristianismo””, tal y como personalmente tuvo ocasión de informarle al Emperador Carlos V?
¡Papa Francisco, siga usted siendo valiente, no deje de “meterse en líos” y busque un hueco entre los que les queden libre, en el Santoral -Año Cristiano, que no tendrá más remedio que reformar lo antes posible…!
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