"Monseñor Parrilla la expulsó de la parroquia que ella misma había construido" En memoria de María José Abad, misionera de la sonrisa presta y la acogida fraterna, secretaria del profeta Proaño

María José (con jersey de rayas) y amigos
María José (con jersey de rayas) y amigos

"El domingo 19 de septiembre de 2021 celebramos la eucaristía de la vida, la muerte y la resurrección de María José en la Capilla del Espíritu Santo"

"Tuvimos un gran maestro, al profeta Proaño. Disfrutamos esa parte de la historia de la iglesia de Riobamba donde nos crecían las alas y aterrizábamos sin estridencias"

"A la jerarquía actual no le interesa el contenido del VI Sínodo que es comprometedor y cambiaría de plano su comportamiento, que, de momento, sólo está interesado en celebrar rituales estériles, por los que cobran un dineral"

"Incrustaron el clásico crucifijo en medio del mural realizado por la comunidad para afirmar la sacralidad en el mural. Una verdadera aberración"

Nombre oficial: Asunción Abad, nombre para el pueblo: María José, la de la sonrisa presta y la acogida fraterna.

Tuvimos un gran maestro, al profeta Proaño. Disfrutamos esa parte de la historia de la iglesia de Riobamba donde nos crecían las alas y aterrizábamos sin estridencias; porque los pobres, las comunidades, las CEBs, estaban ahí para recordarnos nuestra misión: Llevar y ser “buena noticia” en medio de ellos.

Cuántas anécdotas y experiencias anidadas en tu corazón siendo secretaria del profeta. Algunas las compartías, otras se quedaron reposando en lo más profundo de tu ser.

Compartir la vida desde la simplicidad de los pobres. Aprendíamos juntos en aquellos talleres y encuentros que nos comprometían a protestar y manifestarnos contra el Tratado de Libre Comercio (TLC) y a rechazar las imposiciones del FMI que ahogaban las esperanzas del pueblo.

Proaño

Largo el recorrido desde tu llegada al Ecuador desde España y empezar a trabajar con los misioneros vascos, luego, en Riobamba: La Dolorosa, San Luis y terminaste aterrizando en la vía a Penipe – Baños. Aquello era un basurero.

Empezó a construirse un nuevo espacio habitacional, en las afueras, de Riobamba y de Dios. Donde nacen las cosas buenas, en las afueras. En las afueras de Belén nació Jesús, en las afueras de Jerusalén fue asesinado y en las afueras resucitó.

Del nacimiento de la comunidad Espíritu Santo y el centro comunitario, al cual diste vida con tus recursos y los de amigos solidarios, tengo el grato recuerdo de unos inicios tímidos pero fuertes. La construcción de la capilla y del centro comunitario dieron visibilidad a una cantidad de gente que hasta entonces eran desconocidos hasta para ellos mismos.

Y todo se puso en marcha.

La base en la que se asienta la comunidad tiene dos pies: la iglesia viva y la sociedad nueva (Proaño no se cansaba de repetírnoslo).

Mural de la capilla del Espíritu Santo antes de la inrtroducción del crucifijo
Mural de la capilla del Espíritu Santo antes de la inrtroducción del crucifijo

Ese Marco Teórico de la iglesia de Riobamba, legado de Mons. Proaño, “nos muestra el camino a recorrer en la acción pastoral de todos los servidores del pueblo de Dios e indica el ideal que debe sustentar toda estrategia pastoral y el método para lograr este ideal, recogiendo las semillas de Cristo liberador. Lleva dentro una espiritualidad de encarnación en el pueblo del Chimborazo” (VI Sínodo de la iglesia de Riobamba. Pág. 83).

El camino emprendido en la comunidad Espíritu Santo y su centro comunitario, lleva la marca de esa iglesia viva y esa sociedad nueva que nos hace afirmarnos con los dos pies para la construcción del Reino de Dios, que es la finalidad última de nuestra tarea evangelizadora.

Me llega a la memoria que, precisamente, este año deberíamos haber celebrado 25 años del VI Sínodo de la iglesia de Riobamba. Creo que sólo unos pocos hemos tenido el recuerdo a flor de piel. La iglesia jerárquica ni se acuerda de estos detalles, a pesar de que deberíamos celebrarlo como un gran acontecimiento de la iglesia de Riobamba, ni le interesa el contenido del VI Sínodo que es comprometedor y cambiaría de plano el comportamiento de esta iglesia jerárquica, que, de momento, sólo está interesada en celebrar rituales estériles, por los que cobran un dineral. No se me aleja del pensamiento el Arcipreste de Hita y su poema “El poder del dinero”, al que puso música Paco Ibáñez y que tantas veces cantamos en nuestros encuentros y celebraciones.

El mural de la capilla del Espíritu Santo, después de la introducción del crucifijo
El mural de la capilla del Espíritu Santo, después de la introducción del crucifijo

Los símbolos, que según la real academia de la lengua española no es otra cosa que: “los signos que establecen una relación de identidad con la realidad, generalmente abstracta, a la que evocan o representan”, están presentes en la capilla del Espíritu Santo, con una fuerza formidable. Ahí está la representación perceptible y sensible de las ideas, de los trabajos, de la comunidad, porque, además, los símbolos son colectivos, no individuales.

El mural formidablemente pintado por Pablo Sanaguano con los miembros de la comunidad, en “minga”, refleja no solamente la realidad de la comunidad, sino que también incluye sus sueños, su fe, sus relaciones, sus alegrías y todo ello en torno a un joven Jesús resucitado.

El domingo 19 de septiembre de 2021, cuando celebramos la eucaristía de la vida, la muerte y la resurrección de María José en la Capilla del Espíritu Santo me sorprendí, horrorizada, al contemplar un crucifijo de madera con una talla de cerámica, bien pintadita de rojo: manos, pies, costado, todo bien chorreadito, de supuesta sangre, en el centro del mural. De no creer. No es el daño estético que provoca al contemplarlo, es la terrible teología que se esconde detrás del cristito doliente y, sobre todo, del cura que lo haya colocado allí.

Detalle del mural 'rebautizado'
Detalle del mural 'rebautizado'

En otra comunidad, San Vicente Ferrer, los moradores del sector habían realizado un mural en cerámica, de una fotografía de Mons. Proaño recorriendo el sector con los moradores del mismo. Los vecinos lo colocaron en el centro de la pared del altar mayor, a modo de retablo. Los vecinos decían: ahí está bien, él nos está invitando como lo hacía cuando recorría nuestra comunidad, así es como lo hacía Jesús.

El curita les dijo que eso no era litúrgico. Este otro curita del Espíritu Santo ha debido pensar lo mismo al incrustar el clásico crucifijo en medio del mural realizado por la comunidad para afirmar la sacralidad en el mural. Una verdadera aberración.

Hablé con algunas personas de la comunidad para que sugirieran al cura que quite ese absurdo de la frescura del mural. No sé si lo harán. María José hubiera estado muy sufrida, ella tenía pasión por su Comunidad Eclesial de Base.

Otra perla de Parrilla. Cuando era obispo de Riobamba, te sacó de la parroquia, a pesar de que tú misma habías construido la capilla y el centro comunitario, como dicen por acá, con plata y persona. Y creyó dejarte en el aire, sin quehacer, sin sueños, y se equivocó porque siempre viviste con los pobres, mujer pobre, misionera pobre, en las afueras de Dios Padre y Madre, y allí se han forjado algunos líderes comunitarios, ecologistas y misioneros para el Reino.

Parrilla

Sólo me queda decirte: gracias María José por tu vida.

Este poema que monseñor Proaño le dedicó, refleja perfectamente la vida de María José

SOLIDARIDAD

Mantener siempre atentos los oídos, al grito de dolor de los demás,
Y escuchar su llamada de socorro,
Es solidaridad

Mantener la mirada siempre alerta, y los ojos tendidos sobre el mar,
En busca de algún naufrago en peligro,
Es solidaridad

Sentir como algo propio el sufrimiento, del hermano de aquí y del de allá,
Hacer propia la angustia de los pobres,
Es solidaridad

Entregar por amor hasta la vida es la prueba mayor de la amistad,
Es vivir y morir por Jesucristo,
Es solidaridad

María José, recién llegada a Ecuador
María José, recién llegada a Ecuador

Llegar a ser voz de los humildes, descubrir la justicia y la maldad,
Denunciar al injusto y al malvado,
Es solidaridad.

Convertirse uno mismo en mensajero del abrazo sincero y fraterna,

Que unos pueblos envían a otros pueblos
Es solidaridad

Compartir los peligros en la lucha por vivir en justicia y libertad,
Arriesgando en amor hasta la vida,
Es solidaridad.

Mons. Proaño

Proaño

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