"Son expresión de una violencia difusa pero extensa, que subyace en la sociedad" Mario Iceta: "Los asesinatos de Bilbao nos han dejado conmocionados"

(Mario Iceta).- Los asesinatos, hace unas semanas de una persona en Bilbao y el viernes pasado en el barrio bilbaino de Otxarkoaga por parte de menores de edad, nos han dejado conmocionados y con un profundo dolor por la muerte de estas personas de modo tan injusto y violento. Antes que nada mi oración por ellos y mi cercanía, afecto y disponibilidad para sus familiares.

El que los actores de estos actos violentos sean menores es un hecho alarmante y nos obliga a una reflexión serena y profunda de las causas que nos llevan hasta aquí, y propuestas para que estas situaciones tan tremendas no vuelvan a repetirse.

Pienso que estos casos son expresión de una violencia difusa pero extensa, que subyace en nuestra sociedad y que no está siendo suficientemente atendida.

Asistimos a estos hechos brutales del asesinato de dos personas ancianas, con tanta frecuencia nos llega la terrible noticia del asesinato de mujeres a mano de sus parejas, y también de niños a manos de sus padres, madres o quienes les cuidan. La violencia verbal en redes sociales está a la orden del día, la agresividad en muchos ambientes sociales (vemos últimamente casos de esta agresividad en la carretera), agresividad en lugares de ocio, en lugares deportivos. O  la violencia contra la libertad sexual y el bullying en la escuela. Nos hemos hecho insensibles a la violencia en programas televisivos...

Un día cayó en mis manos una consola de los juegos de los adolescentes y los programas que estaban puestos en ese momento eran de una violencia inusitada que me dejó conmocionado... Es esto a lo que llamo violencia difusa pero muy lesiva que crea un caldo de cultivo donde crecen estas actitudes agresivas que culminan en hechos tan terribles. Pienso que tenemos que reorientar todas estas cuestiones al margen de demagogias, tomando las medidas necesarias.

Junto a esta realidad asistimos a lo que el Papa Benedicto XVI llamaba emergencia educativa, en un discurso a la comunidad educativa italiana. Esta cuestión fundamental es recogida y profundizada magistralmente por el Papa Francisco en el capítulo 7 de Amoris Laetitia que lamentablemente ha pasado muy desapercibido y me parece fundamental.

Efectivamente la educación es un pilar esencial de la sociedad. Lamentablemente está sometida a tensiones de todo tipo, a concepciones ideológicas que la presionan o a planteamientos incompletos. Por ejemplo, se habla de libertad, pero no de responsabilidad; de derechos pero no de deberes; de valores pero no de virtudes; de creatividad pero no de disciplina o de la autoridad necesaria.

Las disposiciones legislativas son insuficientes si no existe un trabajo profundo en el crecimiento y desarrollo adecuado de adolescentes y jóvenes basados en principios fundamentales. También las propias familias padecen dificultades en la educación y en muchas ocasiones se produce lo que podemos denominar una claudicación en la responsabilidad educativa.

Por ello, pienso que, ante esta violencia difusa, profunda y extensa, que brota con tanta frecuencia en estos hechos brutales y violentos con los que frecuentemente nos comunican los medios de comunicación, es necesaria una reflexión profunda, alejada de ideologías, demagogias, populismos y buenismos, y repensar los elementos fundamentales que configuran una verdadera educación para que se produzca un verdadero desarrollo de las personas, un crecimiento integrado y armónico de los niños, adolescentes y jóvenes, una sociedad verdaderamente madura basada en la verdad, el bien común, el respeto incondicional al ser humano, la cooperación y ayuda mutua, la solidaridad y fraternidad.

Esta es una cuestión que nunca está terminada. Cada generación tiene que aprender a asumir y desarrollar estas dimensiones. Es una tarea ardua pero necesaria y apasionante.

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