Básicamente, estas tres palabras podrían bastar ¡NO al RN!

¡NO al RN!
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Básicamente, estas tres palabras podrían bastar. No hay nada que añadir, nada que quitar. Es un no firme, masivo, innegociable, sin "peros" ni excepciones. Y podríamos plagiar el Evangelio: "Que tu no sea no"

El próximo domingo, cada una de nuestras papeletas puede dar o negar la mayoría absoluta a RN. Y eso es lo único que tenemos que sopesar

Y para los que nos llamamos Testigos Cristianos, esta Francia es también la Francia de un cristianismo que ha fecundado su generosidad y su hospitalidad en nombre de la atención a los pequeños, a los vulnerables, a los heridos por la vida, a los abandonados en el camino

(Témoignage chrétien).- ¡NO al RN! Básicamente, estas tres palabras podrían bastar. No hay nada que añadir, nada que quitar. Es un no firme, masivo, innegociable, sin "peros" ni excepciones. Y podríamos plagiar el Evangelio: "Que tu no sea no".

Muchos objetarán: "¿Pero a qué estamos diciendo sí? Y es cierto que frente a este bloque terrible, que por el momento parece tan unido, tan uniforme, tan unívoco, están todos los matices y toda la diversidad de nuestras opciones y compromisos políticos.

Así que surgen las preguntas, de frente o insidiosamente: como alguien que lleva tanto tiempo en la izquierda, que tantas veces ha "puesto una barricada", ¿debo volver a votar a un candidato del centro o de la derecha?; ¿como moderado, debo dar mi voto a un histrión de izquierdas que va a ocupar un escaño en la Asamblea? Todas estas preguntas son legítimas, pero sólo hay una respuesta: el próximo domingo, cada una de nuestras papeletas puede dar o negar la mayoría absoluta a RN. Y eso es lo único que tenemos que sopesar.

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Luego, como habrá secuelas, haremos balance, ensayaremos alianzas, idearemos remedios... Pero para eso, el dique tiene que aguantar. Es una ola que barrería todo lo que hace de Francia la Francia heredera de la Ilustración y de la Revolución Francesa, aplastada por el desastre de 1940 y reconstruida con la sangre de la Resistencia y de los liberadores aliados. Es la Francia del frontón de nuestros ayuntamientos la que puede borrarse, la Francia de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, la Francia de la República de todos, generosa e integradora.

Es la Francia que amamos, la Francia por la que nuestros antepasados dieron su sangre, la que corre el riesgo de ser mancillada y violada. Y para los que nos llamamos Testigos Cristianos, esta Francia es también la Francia de un cristianismo que ha fecundado su generosidad y su hospitalidad en nombre de la atención a los pequeños, a los vulnerables, a los heridos por la vida, a los abandonados en el camino. Esta Francia es nuestra alegría, nuestro honor, nuestra gloria, nuestra esperanza.

No a la deshonra, no a la desesperación, no a la RN.

Marine Le Pen

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