Apertura del año del 50 aniversario de Thomas Merton Rafel de Pascual: "La contemplación no tiene sentido sin la compasión"

(Antonio Aradillas).- "El sábado de la primera semana de Adviento" -9 dic. 2017-, se celebró la misa-homilía de la apertura del "Año del 50 aniversario de la muerte de Thomás Merton". La ceremonia estuvo presidida por el Padre-Rafael de Pascual, de la Abadía cisterciense de santa María de Viaceli, en Cóbreces, Cantabria.

A la misma asistieron devotos y admiradores del monje-escritor universal, a quien el mismo papa Francisco mencionó en el Congreso de los Estados Unidos, junto con otros notables estadounidenses, afirmando que "apostaron por forjar un futuro mejor , a la vez que, con sus vidas plasmaron valores fundamentales que viven para siempre en el alma de todo el pueblo... Honrar su memoria nos ayuda a recuperar en el hoy de cada día nuestras reversas culturales".

"Merton fue sobre todo un hombre de oración, un pensador, que desafió las certezas de su tiempo y abrió horizontes nuevos para las almas y para la Iglesia: fue también un hombre de diálogo y un promotor de la paz entre los pueblos y las religiones". Por supuesto que el papa Francisco no se ahorró reseñar la cantidad y "calidad" de agresiones de todo tipo que el cisterciense monje-escritor- pensador tuvo que afrontar , e intentar solventar, en sus cortos años de vida, siendo esta tan relevante y tan conocida, también por su condición de activista por la paz, y místico, de las grandes personalidades literarias de su tiempo.

A lo largo del Año del Cincuentenario se celebrarán diversos actos, de los que nos comprometemos a tener convenientemente informados a los lectores de RD. En la citada homilía de apertura, el Padre Francisco-Rafael destacó la idea "mertoniana" de que "la contemplación no tiene sentido para alguien que no intente cultivar la compasión por los demás", debiendo poseer este "un dinamismo ecuménico, por lo que no se extenderá solo a los que son de mi clase, profesión, raza o país, sino también a los que sufren y pertenecen a otros grupos, aunque nos sean hostiles. La comprensión no es tampoco tan solo algo bueno que ofrezco, si tengo ganas de hacerlo. Es un elemento esencial de nuestro compromiso con Dios".

Dado que este acto de apertura del que hago referencia tuvo lugar estratégicamente en el "Monasterio de monjas cistercienses calatravas" de Moralzarzal, en Madrid, no desaproveché la oportunidad para hablar con su Reverenda Madre Abadesa, Crescenta, de cuya conversación entresaco las reflexiones siguientes:

"La vida contemplativa tiene hoy en la Iglesia idéntica, y aún superior importancia, a la que tuvo a lo largo y ancho de su historia. Religión sin contemplación -desierto, silencio, vida interior, clausura, oración...-, no es religión. Esta es de por sí relación con Dios, al servicio de las necesidades espirituales y humanas del prójimo, quien, en realidad, es el destinatario de nuestra vocación, actividad y actividades... Fieles a nuestra vocación contemplativa, vivimos la realidad de ser, y de suplir, la falta de retiro, silencio y contemplación de tantos cristianos no llamados -vocacionados- a una vida como la nuestra".

"¿Vocaciones? En la actualidad la comunidad roza la docena de monjas, pero algunas chicas están ya llamando con insistencia a las puertas del monasterio y esperamos que estas se les hayan de abrir pronto. La oración litúrgica -"lectio divina" y la silenciosa y personal- , es nuestro principal quehacer vocacional, que completamos con la atención a la hospedería y con el trabajo ascético y redentor de la elaboración de dulces, que apenas si precisan ser publicitados. Lo es también el cultivo de nuestra vida de comunidad con el adoctrinamiento y ejercicio en la práctica y como aspiración y signo de vida de Iglesia"...

Añado por mi cuenta que, poder contar a tan solo 40 kilómetros de Madrid de la posibilidad de convivir con estas monjas en su vida de retiro en la hospedería, es una auténtica gracia de Dios. Esta -la hospedería- es mixta y está abierta todo el año, dotada con las panorámicas más espléndidas, magníficas, espectaculares y bellas que ofrece la Sierra de Madrid, cuya sola contemplación ecológica es un libro de salmos bíblicos y litúrgicos.

Para quienes estén interesados en la historia de este monasterio y de su actual emplazamiento en tan prodigioso lugar, les será de utilidad saber que la Comunidad fue fundada en Pinilla de Jadraque en la provincia de Guadalajara, en 1218, instalándose posteriormente, gracias a la labor de su abadesa doña Jerónima de Velasco, sucesivamente, en las calles madrileñas de Atocha, Alcalá, barrio de Fuencarral, Pintor Rosales, calle de Hortaleza y Dolores Povedano, hasta que el día 1 de febrero del 1980 comenzó su vida regular en el monasterio nuevo de Moralzarzal, siendo consagrada su iglesia el 3 de noviembre de 1989, por el cardenal don Ángel Suquía, arzobispo de Madrid.

Insisto en que, como no podía ser de otra manera, las solemnes conmemoraciones del cincuentenario de la muerte de Thomás Merton, iniciadas fervorosamente con la celebración de la misa-homilía su protagonista fue el principal promotor de su figura en España, el padre Rafael de Pascual, de su misma Orden contemplativa, entregado a "la causa" con fe, devoción, ánimo y paciencia santa y sabiamente monásticas...

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