(Hilari Raguer).- Soy monje benedictino de Montserrat, licenciado en teología bíblica, y quiero aportar mi testimonio del bien espiritual que el P. José Antonio Pagola hizo a nuestra comunidad cuando hace dos años nos predicó los ejercicios espirituales y nos enfervorizó hablándonos de Jesucristo. Nos hacía vivir los pasajes evangélicos en los que aparecen su bondad y su compasión, no sólo como sentimiento humano sino también como "epifanía" divina, revelación de la misericordia del Padre del cielo.
En nuestros retiros anuales, hay predicadores que satisfacen a los monjes más sabios o intelectuales y otros que gustan a los más simples, unos satisfacen a los ancianos y otros a los jóvenes, pero el P. Pagola nos entusiasmó a todos. Llevo cincuenta y siete años en el monasterio y son los ejercicios más sólidos y a la vez más fervorosos que he vivido, y los he revivido leyendo Jesús. Aproximación histórica.
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