'Guadalupipicidio' y Clerical-favoritismo Recomendaciones Clericales. (En sus más altos y "bajos" niveles)
"En mi incesante y pastoral ajetreo por averiguar las causas del 'Guadalupipicidio' que padece Extremadura en relación con su celestial Patrona, descubro que no hay razones para seguir dependiendo de Toledo"
"No hay ninguna, si alguna vez las hubiera habido. Ni de orden teológico. Ni histórico, ni pastoral, ni político, ni religioso y, por supuesto, mi mariológico. Es tan solo cuestión de recomendaciones"
"Entonces, señor arzobispo de Toledo, ¿cuál es la causa de su mutismo? ¿Por qué no dedica alguna de sus homilías televisivas a tal evangelización y adoctrinamiento de los extremeños y de los castellano-manchegos?"
"La 'callada por respuesta' ya no se lleva entre gente honrada, con mitra o sin ella. La advocación mariana de 'Nuestra Señora del Diálogo' primará sobre las otras"
"Entonces, señor arzobispo de Toledo, ¿cuál es la causa de su mutismo? ¿Por qué no dedica alguna de sus homilías televisivas a tal evangelización y adoctrinamiento de los extremeños y de los castellano-manchegos?"
"La 'callada por respuesta' ya no se lleva entre gente honrada, con mitra o sin ella. La advocación mariana de 'Nuestra Señora del Diálogo' primará sobre las otras"
Aquí y por ahora, prescindo de los “coronajetas” revestidos semi-litúrgicamente con el soberana o infeliz convencimiento de que habrían de conseguir -y lo consiguieron- ser los primeros en el reparto en la patente de salud y de vida que incluyen tan deseadas vacunaciones contra el Covid-19. Se trata de episodios-¡otros más!- de una falsa cultura clerical en la que los hábitos y la sacralidad incluían privilegios humanos y divinos, a favor de unos “poderosos” y en contra de los “pobrecillos” de siempre, avalados por aquello de “el poder, saber y gobierno” de los catecismos, dóciles y obedientes.
Las recomendaciones-recomendaciones de mi referencia son otras, siempre al dictado de su definición académica, que es la de “ventaja, influencia o trato de favor con la que cuenta una persona para conseguir algo”. Al pie de la letra y de la vida, de tan ajustada definición se deducen multitud de consecuencias que impiden la convivencia tanto individual como colectivamente en cualquier régimen que no sea el democrático.
Y es que, claro, con recomendaciones, ni siquiera uno puede considerarse “persona” por mucho que lo intente o pretenda. “Por” y “con” la recomendación, se dimite de la condición de persona y se super-personaliza y diviniza al recomendante, confiriéndole toda clase de poderes aún los inalienables.
Como para el desarrollo de estas ideas y perpetuación y consistencia hace falta el dinero, la recomendación, aunque en cierta y lejana justificación, la perdería encharcada en los viles manejos que conllevan el mercadeo y la compra-venta. El dinero es de por sí y su praxis, elemento despersonalizador, que descristianiza a los hijos, criaturas de Dios, y a instituciones que se dicen “religiosas”.
Este prefacio me viene como anillo al dedo, a cuenta de que, en mi incesante y pastoral -sí, pastoral- ajetreo por averiguar las causas del “Guadalupipicidio” que padece Extremadura en relación con su celestial Patrona, tanto civil como eclesiástica y canónicamente, descubro algún signo más de entre los que yo jamás pensara que pudiera responder a la realidad.
Razones-razones para seguir dependiendo Guadalupe de Toledo, no existen. No hay ninguna, si alguna vez las hubiera habido. Ni de orden teológico. Ni histórico, ni pastoral, ni político, ni religioso y, por supuesto, mi mariológico. Es tan solo cuestión de recomendaciones… De recomendaciones en la Curia Romana, con insolvente descuido del aforismo de que “De Roma viene lo que a Roma va, y si es con denarios -euros o dólares- más presto será”.
“Ah, pero entonces ¿siendo cuestión de recomendaciones, lo es de dinero…? Es de confiar que en el nuevo ambiente “franciscano” que comienza ya a respirarse en la referida Curia “y con la ayuda de algún extremeño recientemente nombrado para cargo de importancia en la misma, las gestiones a favor de la total “extremeñización” de la Virgen lleguen a buen puerto “
En evitación de “impíos”, a la vez que” piadosos” escándalos, huelga referir que de la compraventa de valores “religiosos” a cambio de euros, se sabe documentalmente una buena parte, aunque no toda, pero sí la suficiente como para no escandalizarse por ello, o escandalizarse, pero solo farisaica e hipócritamente, merecedor de todas y de más denostaciones y denuncias de las que día a día formula el papa Francisco, haciéndose fiel eco de las que antes Jesús, dejara constancia en los evangelios, en circunstancias simétricas.
Por tanto, el camino de las recomendaciones, por cristianos, por miembros de la Iglesia, por extremeños y extramuros, jamás debiera ser recorrido, y menos, practicado... Descartado el “ipso facto” y teniendo en cuenta las órdenes y decisiones judiciales registradas a favor de la Iglesia en la “franja” que une -desune- las Comunidades Autónomas de Aragón y Cataluña, solo pensar que los “ganadores” han sido los aragoneses , y que en la “franja” extremeño y la castellano-manchega siguen siéndolo los toledanos, tal vez por aquello del “primado”, proporciona elementos de juicio discriminatorio para los del Tajo y Guadiana, a cuenta de los criados, recriados y bautizados orillas del Ebro, con los ecos patrióticos de que “la Virgen del Pilar, dicen, que no quiere ser francesa, sino capitana de las tropas aragonesas”. Sin llegar a tanto, al menos por lo de “capitana”, por lo de “tropas”, por lo de “cuando los dioses nacían en Extremadura” y por lo del “¡chufla, chufla¡” mayúsculo de los baturros, vamos , ya y por fin, a intentar arreglar las cosas aunque sea a destiempo…
Y ahora, la pregunta de siempre, aun cuando no sea yo el culpable de su reiteración: Después de haberme declarado a mí y a los lectores de RD el señor arzobispo de Toledo, siendo obispo de Coria-Cáceres, la necesidad de que Guadalupe se integrara en la provincia eclesiástica de Extremadura, ahora que está en sus manos “primadas” contribuir definitivamente a llevarlo a cabo ¿por qué no lo hace?. ¿Cuál es la causa de su mutismo? ¿Por qué no dedica alguna de sus homilías televisivas a tal evangelización y adoctrinamiento de los extremeños y de los castellano-manchegos? ¿Es que a los baturros, la religión les confiere mayores índices de expresión y de libertad que a los extremeños?
Perdone estas sugerencias, y otras que quedan, pero por encima de todo, las normas de la convivencia -educación civil , tienen y tendrán prevalencia sobre las canónicas o litúrgicas. Ellas ,-las primeras- son y serán las verdaderamente religiosas, es decir, las constructoras de la convivencia. La “callada por respuesta”, ya no se lleva entre gente honrada, con mitra o sin ella. La advocación mariana de “Nuestra Señora del Diálogo” primará sobre las otras. Pero la patria es la `patria. Y más si ella es la más pobre.
“Al pan, pan y al vino, vino”, son productos con denominación de origen tanto en Castilla-La Mancha, como en Extremadura, lo quieran y profesen así, o no, los sucesores de los Jiménez de Rada, de los Mendoza o de don Pero Tenorio, que fuera Primado de Toledo y Canciller Mayor de Castilla.
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