El oasis de oración del Padre Ángel San Antón, "ora pro nobis"

(Antonio Aradillas).- "Padres Ángeles", gracias sean dadas a Dios, hay muchos. Diríase que, además de los otros, todos los padres, sin exclusión pastoral canónica o cívica, - sacerdotes y laicos- , son de por sí "ángeles".

Pero en los últimos tiempos, en España, el "Padre Ángel" por antonomasia, sin más apellidos que los comunes de su filiación y actividad al servicio del pueblo, sin más aditamentos, está relacionado con la "Asociación de Mensajeros de la Paz", y más recientemente con la renovada y franciscana misión de la iglesia madrileña de San Antón - c. Hortaleza, número 63-, abierta en vigilia y vigilancia las 24 horas del día, como "casa de acogida" y "hospital de campaña", con dedicación especial para "quienes desean compartir tiempo, dinero y cariño" y para quienes " buscan consuelo a cualquier hora del día y de la noche" y sueñan con un mundo mejor...

La experiencia vivida entre sus muros, sus programaciones y las esperanzas de su inspirador -el Padre Ángel-, y colaboradores, es ciertamente laudable y en consonancia cabal con los proyectos pastorales del nuevo arzobispo de Madrid.

. El lema, contraseña, divisa, vocación, númen y misión de la "Asociación Mensajeros de la Paz" del P. Ángel, fue, y es, el de "solo ante Dios, un niño y un anciano debemos ponernos de rodillas..." Con teología, liturgia cristiana, humanidad, humanismo y realismo, el P. Ángel tradujo bien pronto, y llevó a la práctica, -antes de que argumentos artríticos impusieran sus inevitables razones-, lo "de rodillas", por dinamismo, disponibilidad, idoneidad, y colaboración, servicio, asistencia, organización y acompañamiento, y su obra extiende sus brazos de acogida hasta situaciones y lugares impensables, como en el caso de Nepal.

Y es que Dios no creó a los seres humanos para vivir de rodillas. Ni ante Él mismo, ni ante los demás, esta no es posición o actitud "religiosa, tal y como literal y satisfechamente traducen y viven algunos, sobre todos los "oficialmente buenos". Dios es dinámico, creador y re-creador, recabando para su obra la asistencia de quienes se consideran partícipes mediante el trabajo y la imaginación bajo su inspiración y gracia. En la creciente y fervorosa re-creación de la naturaleza en las etapas de su niñez y de la ancianidad desvalidas, gracias a la gracia de Dios, la feudal posición "de rodillas" y de abatimiento estático se interpretan y convierten necesariamente en servicio, como en la obra -las obras- del P. Ángel, y sus "mensajeros portadores de la paz"-, multiplicando ejemplarmente al máximo las posibilidades de adoración a la divinidad.

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