"En España, salesianos y salesianas queremos seguir siendo fieles al carisma de Don Bosco" San Juan Bosco, "padre y maestro de la juventud"

San Juan Bosco
San Juan Bosco

"Un sueño a los 9 años, que él recordaría en varios momentos de su vida, que orientó su misión, su estilo pastoral y toda su acción en la vida"

“De la educación de la juventud depende la felicidad de las naciones”, decía Don Bosco

"Salesianos y salesianas trabajan al lado de los jóvenes conjugando un binomio inseparable en la pedagogía salesiana: educar evangelizando, y evangelizar educando"

"Las obras salesianas, presentes hoy en 134 países, han querido dar respuesta a las necesidades de los jóvenes para ayudarles a construir su propio futuro"

A unos 30 km de Turín se levanta el Colle Don Bosco. Es un suave altozano, coronado por una basílica dedicada a San Juan Bosco en el lugar donde nació en 1815. El santo fundador de la Familia Salesiana falleció en Turín en 1888. Cien años después, san Juan Pablo II, declaró a Don Bosco “Padre y maestro de la juventud” y, visitando esa colina, la definió como “el monte de las bienaventuranzas juveniles”. 

Y es que allí comenzó la historia de un niño, Juanito, que sería después sacerdote, que entregaría toda su vida a la educación y evangelización de los jóvenes, que fundaría una Congregación religiosa y daría origen a una gran familia en la Iglesia orientada a trabajar a favor de los jóvenes. Y comenzó, como empiezan las grandes historias, con un sueño. Un sueño a los 9 años, que él recordaría en varios momentos de su vida, que orientó su misión, su estilo pastoral y toda su acción en la vida. Una vida, una historia que, para el pontífice polaco, se convirtió en una bienaventuranza para los jóvenes.

Salesianos

Educar evangelizando

Desde aquel lugar del norte de Italia se ha ido extendiendo, por todo el mundo, la Familia Salesiana multiplicando las iniciativas para atender, de forma integral, a los jóvenes. Convencidos de la importancia de la educación –“De la educación de la juventud depende la felicidad de las naciones”, decía Don Bosco-, especialmente salesianos y salesianas trabajan al lado de los jóvenes conjugando un binomio inseparable en la pedagogía salesiana: educar evangelizando, y evangelizar educando.

Desde la experiencia de Don Bosco en la primera casa que abrió a las afueras de Turín, el Oratorio en el barrio de Valdocco, todas las obras que han ido naciendo después han querido repetir las intuiciones del Santo claves en su pedagogía: la confianza en los jóvenes, en sus posibilidades; el cuidado del ambiente de familia, la cercanía; la propuesta de una espiritualidad juvenil que quiere integrar el amor a Dios y al prójimo, que se vive en la sencillez de lo cotidiano y desde la alegría; el Sistema Preventivo, del que hablaba, que tiene como pilares la razón, la religión y el amor.

Desde esas raíces, las obras salesianas, presentes hoy en 134 países, han querido dar respuesta a las necesidades de los jóvenes para ayudarles a construir su propio futuro e insertarse en la sociedad de forma activa. Don Bosco lo resumía con una frase: hacer de ellos buenos cristianos y honrados ciudadanos. 

Don Bosco

Presencias salesianas

En nuestro país, salesianos y salesianas queremos seguir siendo fieles al carisma de Don Bosco, reconocemos también que con dificultades, con fallos porque no siempre hacemos las cosas bien. Pero queremos renovar nuestro compromiso de apostar por los y las jóvenes, ofrecerles todas las posibilidades para su educación y caminar con ellos para que descubran la alegría del Evangelio.

Y lo hacemos en 137 colegios con 92.000 alumnos y 6.500 educadores; en 64 centros de Formación Profesional, que es algo que nos distingue, con 16.000 alumnos y 1.360 profesores; en 136 centros juveniles, con más de 45.000 chicos y chicas y 5.000 animadores, que viven en grupo su fe, se educan también en el tiempo libre; en 58 parroquias que la Iglesia nos ha confiado; y en las plataformas sociales, que se han desarrollado mucho en estos últimos años, con 385 proyectos para jóvenes en riesgo de exclusión social, migrantes y refugiados, familias en situación de vulnerabilidad, atendiendo a unas 54.000 personas, acompañados por 2.600 educadores.

Auxiliadora

Esas cifras recogen el trabajo que la Familia Salesiana, dentro de la Iglesia, realiza en nuestro país para continuar siendo casa que acoge, iglesia que evangeliza, escuela que prepara para la vida y patio donde encontrarse con los amigos. 

Primero, Religión Digital
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