Un día de relativa tranquilidad en estos dientes de sierra en que se ha convertido la hospitalización del Papa Francisco en el Gemelli. Tras varios días alternando broncoespamos con recuperaciones, Bergoglio ha tenido un día de estabilidad. Que falta hace.
Así lo consigna el parte médico enviado esta tarde por la Sala Stampa: "En el día de hoy, el estado clínico del Santo Padre se ha mantenido estable", afirma el Vaticano, subrayando que "no ha presentado episodios de insuficiencia respiratoria ni broncoespasmo".
Tampoco ha tenido fiebre (algo muy positivo, y que se ha estabilizado desde hace más de una semana), y se encuentra "siempre alerta, colaborando con las terapias y orientado". Esta mañana, además, se le ha retirado la mascarilla, pasando a oxigenoterapia de alto flujo, "y ha realizado fisioterapia respiratoria", lo que muestra que sus últimas crisis no han tenido consecuencias negativas.
"Esta noche, como estaba programado, se reanudará la ventilación mecánica no invasiva hasta mañana por la mañana", culmina el parte, que añade que el pronóstico "sigue siendo reservado". Durante el día, el Papa "ha alternado el rezo y el descanso y esta mañana ha recibido la Eucaristía".
El cuadro clínico general "también es estable en lo que respecta al corazón, los riñones y los valores sanguíneos", añade Vatican News, que insiste en que "la frecuencia de broncoespasmos no es inesperada en el contexto de una neumonía como la del Papa".