"La principal novedad es la inclusión de temas clave del magisterio pontificio reciente" Esta es la lista de "graves violaciones" de la dignidad humana

Una familia de inmigrantes ante el muro con EEUU
Una familia de inmigrantes ante el muro con EEUU Barbara Zandoval

El documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe "Dignitas infinita" ha tardado cinco años en completarse e incluye el magisterio papal de la última década: de la guerra a la pobreza, de la violencia contra los inmigrantes a la violencia contra las mujeres, del aborto a la maternidad subrogada y a la eutanasia, de la teoría de género a la violencia digital

La principal novedad del documento, fruto de cinco años de trabajo, es la inclusión de una serie de temas clave del magisterio pontificio reciente que flanquean a los bioéticos

También es contundente el rechazo a la maternidad subrogada, "a través de la cual el niño, inmensamente digno, se convierte en un mero objeto", una práctica "que ofende gravemente la dignidad de la mujer y del niño...

La lista se completa con la "violencia digital", y menciona las "nuevas formas de violencia difundidas a través de las redes sociales, por ejemplo el ciberacoso"

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Tres capítulos sientan las bases de las afirmaciones contenidas en el cuarto, dedicado a "algunas graves violaciones de la dignidad humana": se trata de la declaración "Dignitas infinita" del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, un documento que conmemora el 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y reafirma "la ineludibilidad del concepto de dignidad de la persona humana dentro de la antropología cristiana".

La principal novedad del documento, fruto de cinco años de trabajo, es la inclusión de una serie de temas clave del magisterio pontificio reciente que flanquean a los bioéticos. En la lista "no exhaustiva" que se ofrece, entre las violaciones de la dignidad humana, junto al aborto, la eutanasia y la maternidad subrogada aparecen la guerra, el drama de la pobreza y de los emigrantes, y la trata de seres humanos.

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El nuevo texto contribuye así a superar la dicotomía existente entre quienes se centran exclusivamente en la defensa de la vida naciente o moribunda, olvidando tantos otros atentados contra la dignidad humana, y, a la inversa, quienes se centran sólo en la defensa de los pobres y los emigrantes, olvidando que la vida debe ser defendida desde la concepción hasta su conclusión natural.

Principios fundamentales

Las tres primeras partes de la declaración recuerdan los principios fundamentales. "La Iglesia, a la luz de la Revelación, reafirma y confirma absolutamente" la "dignidad ontológica de la persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios y redimida en Cristo Jesús" (1). Una "dignidad inalienable" que corresponde a "la naturaleza humana más allá de cualquier cambio cultural" (6) y es "un don recibido", por lo que está presente "por ejemplo, en un niño no nacido, en una persona inconsciente, en un anciano en agonía" (9).

"La Iglesia proclama la igual dignidad de todos los seres humanos, independientemente de su condición de vida o de sus cualidades" (17) y lo hace basándose en la revelación bíblica: la mujer y el hombre han sido creados a imagen de Dios; Cristo al encarnarse "confirmó la dignidad del cuerpo y del alma" (19), y al resucitar nos reveló que "el aspecto más sublime de la dignidad del hombre consiste en su vocación a la comunión con Dios" (20).

Dignidad de toda persona

El documento pone de relieve el malentendido que representa la postura de quienes prefieren la "dignidad personal" a la expresión "dignidad humana", "porque entienden por persona sólo "un ser capaz de razonar"". En consecuencia, argumentan, "el niño no nacido no tendría dignidad personal, ni tampoco el anciano no autosuficiente, ni nadie con una discapacidad mental".

Niños en un campo de refugiados
Niños en un campo de refugiados Julie Ricard

La Iglesia, por el contrario, insiste en que la dignidad de toda persona humana, precisamente por ser intrínseca, permanece más allá de toda circunstancia" (24). Además, afirma que "el concepto de dignidad humana también se utiliza a veces indebidamente para justificar una multiplicación arbitraria de nuevos derechos... como si se quisiera garantizar la capacidad de expresar y realizar cada preferencia individual o deseo subjetivo" (25).

La lista de violaciones

La declaración presenta a continuación la lista de "ciertas violaciones graves de la dignidad humana", a saber, "todo lo que atenta contra la vida misma, como todo tipo de homicidio, el genocidio, el aborto, la eutanasia y el propio suicidio voluntario"; pero también "todo lo que atenta contra la integridad de la persona humana, como las mutilaciones, las torturas infligidas al cuerpo y al espíritu, las coacciones psicológicas".

Y, por último, "todo lo que ofende a la dignidad humana, como las condiciones de vida infrahumanas, el encarcelamiento arbitrario, la deportación, la esclavitud, la prostitución, el mercado de mujeres y jóvenes, o incluso las ignominiosas condiciones laborales en las que los trabajadores son tratados como meros instrumentos de lucro, y no como personas libres y responsables". También se cita la pena de muerte, que "viola la dignidad inalienable de toda persona humana más allá de toda circunstancia" (34).

Pobreza, guerra y trata de seres humanos

Habla en primer lugar del "drama de la pobreza", "una de las mayores injusticias del mundo contemporáneo" (36). Luego está la guerra, "tragedia que niega la dignidad humana" y "es siempre una 'derrota de la humanidad'" (38), hasta el punto de que "hoy es muy difícil sostener los criterios racionales madurados en otros siglos para hablar de una posible 'guerra justa'" (39). Continúa con los "sufrimientos de los migrantes", cuyas "vidas corren peligro porque ya no tienen medios para crear una familia, trabajar o alimentarse" (40).

Trabajadores asiáticos
Trabajadores asiáticos Sujeeth Potla

A continuación, el documento se detiene en la "trata de seres humanos", que está adquiriendo "dimensiones trágicas" y se define como "una actividad despreciable, una vergüenza para nuestras sociedades que se dicen civilizadas", invitando a "explotadores y clientes" a hacer un serio examen de conciencia (41). Asimismo, llama a luchar contra fenómenos como "el comercio de órganos y tejidos humanos, la explotación sexual de niños y niñas, el trabajo esclavo, incluida la prostitución, el tráfico de drogas y de armas, el terrorismo y la delincuencia internacional organizada" (42).

También menciona los "abusos sexuales", que dejan "profundas cicatrices en el corazón de quienes los padecen": son "sufrimientos que pueden durar toda la vida y que ningún arrepentimiento puede remediar" (43). Continúa con la discriminación de las mujeres y la violencia contra ellas, citando entre estas últimas "la compulsión al aborto, que afecta tanto a la madre como al hijo, tantas veces para satisfacer el egoísmo de los varones" y "la práctica de la poligamia" (45). Se condena el "feminicidio" (46).

Aborto y maternidad subrogada

También hay una clara condena del aborto: "entre todos los crímenes que el hombre puede cometer contra la vida, el aborto provocado presenta características que lo hacen particularmente grave y deplorable" y se recuerda que la "defensa de la vida naciente está íntimamente ligada a la defensa de cualquier derecho humano" (47).

Embarazo
Embarazo Janko Ferlic

También es contundente el rechazo a la maternidad subrogada, "a través de la cual el niño, inmensamente digno, se convierte en un mero objeto", una práctica "que ofende gravemente la dignidad de la mujer y del niño... fundada en la explotación de una situación de necesidad material de la madre. Un hijo es siempre un don y nunca el objeto de un contrato". (48) La lista menciona a continuación la eutanasia y el suicidio asistido, definidos confusamente por algunas leyes como "muerte digna", recordando que "el sufrimiento no hace perder al enfermo esa dignidad que le es intrínseca e inalienable" (51).

A continuación habla de la importancia de los cuidados paliativos y de evitar "cualquier obstinación terapéutica o intervención desproporcionada", reafirmando que "la vida es un derecho, no la muerte, que debe ser acogida, no administrada" (52). Las violaciones graves de la dignidad humana también incluyen el "descarte" de las personas con capacidades diferentes (53).

Teoría de género

Tras reafirmar que debe evitarse "toda forma de discriminación injusta y, sobre todo, toda forma de agresión y violencia" hacia las personas homosexuales, denunciando "como contrario a la dignidad humana" el hecho de que en algunos lugares se encarcele, torture e incluso prive del bien de la vida a personas "sólo por su orientación sexual" (55), el documento critica la teoría de género, "extremadamente peligrosa porque borra las diferencias con la pretensión de hacer a todos iguales" (56).

La Iglesia recuerda que "la vida humana, en todos sus componentes, físicos y espirituales, es un don de Dios, que debe ser acogido con gratitud y puesto al servicio del bien. Querer disponer de sí mismo, como prescribe la teoría del género [...] no significa otra cosa que ceder a la antigua tentación del ser humano que se hace a sí mismo Dios" (57). La teoría de género "quiere negar la mayor de las diferencias que existen entre los seres vivos: la sexual" (58).

Teoría de género
Teoría de género Alexander Grey

Por tanto, "todos aquellos intentos que oscurezcan la referencia a la ineliminable diferencia sexual entre hombre y mujer" son "rechazables" (59). También es negativo el juicio sobre el cambio de sexo, que "por regla general, corre el riesgo de amenazar la dignidad única que una persona ha recibido desde el momento de la concepción", aunque "esto no significa excluir la posibilidad de que una persona afectada por anomalías de los genitales ya evidentes al nacer o que se desarrollen posteriormente, pueda optar por recibir asistencia médica para resolver estas anomalías" (60).

Violencia digital

La lista se completa con la "violencia digital", y menciona las "nuevas formas de violencia difundidas a través de las redes sociales, por ejemplo el ciberacoso" y la "difusión de pornografía y explotación de personas con fines sexuales o a través del juego" en la red (61). La declaración concluye instando a "situar el respeto de la dignidad de la persona humana, más allá de cualquier circunstancia, en el centro del compromiso por el bien común y de todo ordenamiento jurídico" (64).

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