"Llora la paz, aplastada por las bombas y los tanques" ¡Qué locura es la guerra!
"Llora la paz, pues los niños son condenados a conocer sólo la guerra. Llora la paz, pues ha sido ahogada en sangre. Llora la paz, agonizante y malherida, odiada y despreciada, olvidada por una humanidad que va perdiendo su propio nombre. ¡Qué locura es la guerra!"
| Fr. Dionisio Báez, O. de M.
Desde la soledad de la capilla de mi comunidad religiosa, escucho a lo lejos el canto de los que están en oración ante el Santísimo en el templo parroquial, es jueves Eucarístico. Los parroquianos de Ntra. Sra. de la Paz son arrullados por el sonido orante de la música y de la lluvia que nos acompaña en la noche. Estamos ante la presencia de Jesús Pan de Vida y dador de paz.
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El silencio, los cantos, la lluvia, la noche, hacen que en mi corazón y mente resuenen con fuerza imágenes, noticias, voces que rondan desde hace tiempo, y que traigo a la oración, es el grito angustioso de uno de los flagelos más devastadores que sufre la humanidad, la guerra.
Según el último informe del 23 de septiembre del año actual, se mantienen activos 56 conflictos armados. Lamentable, el mundo se desangra, se mata en guerras fratricidas, impulsadas por odios, discriminaciones, intereses económicos, expansionismos, diferencias políticas e ideológicas, causas religiosas e históricas, búsqueda de poder. Todo ello produce: hambre, pobreza, migración, violencia, miedo, pérdidas, destrucción y muerte.
Duelen los titulares de un mundo en conflicto: “Al menos 55 muertos por ataques israelíes en el centro de Gaza”; “La difícil decisión de Irán ante los ataques de Israel”; “Japón y la UE abren diálogo de seguridad ante el auge de China”; “Las tropas de Putin asesinan prisioneros ucranianos”; “Un mundo en guerra contra las mujeres: las fallecidas en conflictos armados”; “Los selfis de los crímenes de guerra en Gaza”; “Guerra entre Israel, Irán y Líbano en directo hoy: bombardeos y muertos”; “Rusia ha perdido 600.000 hombres en dos años y medio de guerra”; “ Casi 2000 niños muertos en la guerra de Ucrania”; “Sudán, el conflicto empeora y hasta los misioneros deben huir: la situación es aterradora”; “El Papa: La guerra es innoble, es el triunfo de la mentira y del propio interés”.
Cifras de escándalo: en el año 2023 el gasto militar llegó a 2,44 billones de dólares. Alemania espera gastar en defensa en el 2024, 97 mil millones de dólares. China destinó el año pasado 296 mil millones de dólares. Estados Unidos 916 mil millones de dólares. Para comparar: la FAO necesita $ 1,800 millones para salvar más de 40 millones de vidas por el hambre. Hay un faltante anual de $ 2,300 millones para erradicar la malaria. Unos 700 millones de personas en pobreza extrema, viven con menos de 2.15 dólares al día. Gastamos millones y millones en producir máquinas de muerte y no invertimos lo suficiente para proteger la salud, la educación, el medio ambiente y la vida.
Detrás de los fríos números encontramos los rostros de las víctimas de la guerra: son los miles de niños ucranianos llevados a Rusia lejos de su familia; son las mujeres utilizadas como esclavas sexuales; son las familias rotas por los extremismos salvajes de grupos como los Hamás, Talibanes, Al Qaeda, Boko Haram, Isis y otros; son los inocentes asesinados por tanques israelíes; son los miles de mutilados por la guerra en Yemen; son los millones de personas que viven en los campos de refugiadosafricanos huyendo de los conflictos; son las vidas fragmentadas en Siria; son los pequeños atacados por las bombas en escuelas y hospitales; son los que tienen hambre, sed, sin hogar, desnudos y enfermos, cautivos por las guerras…
"Detrás de los fríos números encontramos los rostros de las víctimas de la guerra"
Llora la paz, aplastada por las bombas y los tanques. Llora la paz, pues los niños son condenados a conocer sólo la guerra. Llora la paz, pues ha sido ahogada en sangre. Llora la paz, agonizante y malherida, odiada y despreciada, olvidada por una humanidad que va perdiendo su propio nombre. ¡Qué locura es la guerra!
Maldita la guerra enemiga de la paz,
constructora de pueblos y ciudades cementerio.
Te emborrachas de sangre, muerte y destrucción,
revolcándote en una orgía infernal de violencia y devastación.
(fragmento del poema: ¡Cese la guerra!)