Comunicado del Grupo Cristiano de Reflexión y Acción "La oposición de la comunidad benedictina a la exhumación de Franco es un cúmulo de aberraciones"
"El prior de la Orden está desafiando al Tribunal Supremo, al Gobierno, al Parlamento y al Vaticano"
"Manifestamos que el cadáver de Franco no puede estar más tiempo en su sepultura actual"
"El cardenal Osoro, la Conferencia Episcopal y la Santa Sede coinciden en no poner ningún impedimento a la exhumación de Franco para dejar claro que la Iglesia no se identifica, como sí ocurrió por desgracia en el pasado, con el franquismo"
"El cardenal Osoro, la Conferencia Episcopal y la Santa Sede coinciden en no poner ningún impedimento a la exhumación de Franco para dejar claro que la Iglesia no se identifica, como sí ocurrió por desgracia en el pasado, con el franquismo"
| Grupo Cristiano de Reflexión y Acción y Comité Óscar Romero de Cádiz
Recibimos con estupor y vergüenza, como creyentes que nos consideramos de la Iglesia, las declaraciones del portavoz oficioso de la Comunidad Benedictina de la Basílica del Valle de los Caídos, cuando declara que la “Iglesia son los miles de españoles y también del extranjero que quieren que las cosas estén como están y como quiso Franco”, como si el hipotético consenso de “muchos españoles” respecto a mantener al dictador en su enterramiento actual fuese la nota principal de pertenencia a la Iglesia Católica.
Olvida el Sr. Joaquín Montull que, según el Concilio Vaticano II (cap.1º, apdo5), fue Jesús quien “fundamentó su Iglesia predicando la buena nueva; es decir el Reino de Dios…”. Por tanto, no Franco. Creemos que, en estas declaraciones del religioso benedictino hay un grave error teológico, cometido apresuradamente para defender sus tesis: que el cadáver de Franco no debe ser exhumado del Valle de los Caídos. Completa sus desafortunadas declaraciones diciendo taxativamente que “la Iglesia no es El Vaticano”, lo que viene a significar que el papa Francisco ni sus colaboradores tienen nada que decir, porque, incluso, los excluye de la misma Iglesia.
No se queda atrás Santiago Cantera, prior de la Orden, que desafiando al Tribunal Supremo, al Gobierno, al Parlamento y al Vaticano, advierte que “en su basílica no entra nadie y que la sepultura de Franco es un lugar sagrado (“Res Sacra)”. Llega a decir que la exhumación supondría una “vulneración de la libertad religiosa”, como si la consumación del hecho que rechaza fuese un ataque a las creencias fundamentales de los católicos. No están muy lejos las declaraciones de este señor, Doctor en Historia, de las canonizaciones de Franco y José Antonio por una Iglesia rebelde andaluza. Y para muestra de que no exageramos son las bodas permitidas en El Valle ante las tumbas de estos dos personajes, como testigos, donde los contrayentes juran su amor. Todo un cúmulo de aberraciones y disparates que sólo merecen nuestro rechazo.
Tanto el prior Santiago Cantera como el portavoz oficioso Joaquín Montull han manifestado, hasta el momento, de palabras su oposición y, por tanto, desobediencia, al Tribunal Supremo que ha ratificado su sentencia de hace unos días, desestimando el recurso de los nietos de Franco. También desoyen la votación del Parlamento a favor de la exhumación, la decisión del Gobierno y la ley en vigor de la Memoria Histórica.
Manifestamos que el cadáver de Franco no puede estar más tiempo en su sepultura actual, porque accedió a la Jefatura del Estado por un golpe militar contra el Gobierno de entonces, legítimamente constituido. También, por su siniestra actuación política al frente de la Jefatura del Estado firmando numerosas penas de muerte, encarcelaciones y depuraciones con la máxima impunidad. Por tanto, es un escándalo que sus restos permanezcan en una Iglesia.
Nos hubiese gustado una actitud más enérgica por parte de la jerarquía de la Iglesia, que si es verdad que no se opone a la exhumación, sin embargo, no ha concretado su postura ni ha dado su opinión doctrinal, como correspondería en este caso de tanta trascendencia. De todos modos, el cardenal Osoro, la Conferencia Episcopal y la Santa Sede coinciden en no poner ningún impedimento a la exhumación de Franco para dejar claro que la Iglesia no se identifica, como sí ocurrió por desgracia en el pasado, con el franquismo, como algunos desearían.
Queremos también manifestar nuestro rechazo a las declaraciones de la Comunidad Benedictina, como si fuese la única voz de la Iglesia, erigiéndose en portavoces de la “mayoría de los católicos” y dando una imagen de rancio nacional-catolicismo, que en nada beneficia a las numerosas comunidades de creyentes que quieren que el Evangelio de Jesús de Nazaret sea conocido sin interferencias ni aberraciones teológicas como las que estamos oyendo en estos días y sólo buscan la construcción de una sociedad y una Iglesia regidas por la justicia y la paz.