"Extremadura no tiene patrona. Se la robaron 'manu militari' los primados de las Españas" El 'robo' de Guadalupe
"¿También en los ámbitos espirituales, Extremadura ha de estar a la cola, como lo está en los materiales -¡”no tiene tren”!- , de tan justas reivindicaciones, como la de “descastellanizar” a su patrona y conferirle con todas sus consecuencias, su condición de extremeña?"
"En vísperas de la fiesta mariana, su síntesis podrá ayudar a extremeños y a foráneos de la hoy Comunidad Autónoma, al menos, a tomar conciencia de tema tan grave e injusto"
"¿A favor de qué organismo o institución eclesiástica se “inmatriculó” el santuario-monasterio, por más señas “Patrimonio de la Humanidad”, regido hoy por los franciscanos, aunque con mentalidad y procedimientos no siempre coincidentes con los del papa Francisco?"
"¿A favor de qué organismo o institución eclesiástica se “inmatriculó” el santuario-monasterio, por más señas “Patrimonio de la Humanidad”, regido hoy por los franciscanos, aunque con mentalidad y procedimientos no siempre coincidentes con los del papa Francisco?"
Nota: (Si en vez de la preposición de propiedad o posesión “de” se hubiera empleado la de lugar “en”, es seguro que el título periodístico de estas reflexiones hubiera sido de mayor resonancia e interés, por su pertenencia explícita a la sección de “sucesos”. Esto no obstante, con todo lo de la “inmatriculación” en liza, la importancia del “de”, es superior a la del “en”, tal y como percibirán los lectores.)
Sí, en el monasterio-santuario de la Virgen de Guadalupe, extremeña por nacencia y por devoción, se sigue cometiendo un “robo”, que académicamente significa “apropiación indebida de algo ajeno contra la voluntad del poseedor”. La historia es larga, incomprensible, esperpéntica y no desconocida ya dentro y fuera de la Iglesia. No se exime de la condición sagrada, dado que sus protagonistas son en su mayoría miembros de la jerarquía eclesiástica. En vísperas de la fiesta mariana, su síntesis podrá ayudar a extremeños y a foráneos de la hoy Comunidad Autónoma, al menos, a tomar conciencia de tema tan grave e injusto.
Y la historia es que Extremadura no tiene patrona. Se la robaron “manu militari” los otrora todopoderosos guerreros arzobispos de Toledo, primados de las Españas, quienes desde sus tiempos gloriosos jamás dejaron de ejercer su dominio sobre los bienes del alma y del cuerpo, es decir, materiales y espirituales, de aquellos que, en su día, habrían de descubrir y evangelizar el Nuevo Mundo, que superaría, y superará, en cristianos a los del resto de Europa y a los de la Iglesia católica romana. Por inimaginable que resulte, Guadalupe pertenece administrativamente a la diócesis de Toledo, capital de Castilla La Mancha, y no a ninguna de las tres diócesis de Extremadura, cuya capital autonómica es Mérida, como si, por ejemplo, la Virgen de Monserrat perteneciera a Huesca, (Aragón), la de Covadonga a Lugo (Galicia) o la de Valvanera – La Rioja- a la de Pamplona-Tudela (Navarra) .
Canónicamente no existe razón alguna que justifique tamaño desafuero o “acción hecha contra la ley, la justicia o las costumbres establecidas”, tal y como rezan los diccionarios.
¿Pero no existe declaración alguna oficial de la Santísima Virgen de Guadalupe como celestial patrona de la región extremeña?. La hay, y además, pontificia, y con la excepcional y devota congruencia de haber sido referenciado tal patronazgo por las mismas autoridades civiles, democráticamente elegidas en tiempos ya autonómicos.
¿También en los ámbitos espirituales, Extremadura ha de estar a la cola, como lo está en los materiales -¡”no tiene tren”¡- , de tan justas reivindicaciones, como la de “descastellanizar” a su patrona y conferirle con todas sus consecuencias, su condición de extremeña? ¿Acaso en el Reino de Dios se registran y canonizan, excentricidades y desigualdades idénticas a las terrenales? ¿Es tan roma, romana y escasa la fuerza que encarnan legítimamente las “autoridades eclesiásticas y las civiles”, tal y como relatan y demuestran los hechos?
¿Es explicable que en los últimos tiempos del Nacional- Catolicismo, y en los posteriores, los eminentísimos purpurados Primados de Toledo ejercieran su poderío sobre la vida y los bienes del alma de los extremeños, siendo ellos los únicos “patronos” de su Virgen?. El listado de personajes tan ilustres, en la desconsoladora historia de la Iglesia española en los penúltimos tiempos, es este: Pedro Segura, Isidro Gomá y Tomás, Enrique Plá y Deniel, Vicente Enrique Tarancón, Marcelo González Martín, Francisco Álvarez Martínez, Antonio Cañizares y Braulio Rodríguez…(Ninguno de ellos fue beatificado, y todos lucieron capa magna y capelo –“sombrero rojo”-cardenalicio, a excepción del ya jubilado don Braulio)
¿Alguna esperanza para el futuro? Si la terna de candidatos que el ex Nuncio Fratini hubiera tenido, o tuviera, éxito “primacial” ante la curia romana, el panorama no sería halagüeño, con nombres como los de Juan del Río, Jesús Sanz Montes y Casimiro López Llorente, en los que el concilio Vaticano II no parece haber abierto caminos de renovación “franciscana”.
Los obispos extremeños, con mención religiosa y audaz para el emeritísimo don Antonio Montero, mostraron, y muestran, el “guadalupismo” extremeño con decisión, cordura y espíritu pastoral y en consonancia con el clamor popular y el autonómico. ¿Pero qué es lo que pasó en tiempos del cardenal Francisco Álvarez Martínez, cuando se llegó a asegurar que ya todo estaba resuelto”? ¿Qué refieren los archivos diocesanos pacenses en los que habrá –hay- constancia de ello?
Basta ya de comportamientos que ofenden a los más pobres
Con excepción de algunos sacerdotes extremeños, pero educados en el seminario de Toledo y, por tanto, con aspiraciones “imperiales”, que pastorean los 31 pueblos pertenecientes a su jurisdicción diocesana, el resto, es decir, la “inmensa mayoría” de la clerecía”, anhela que la Virgen Santísima de Guadalupe sea y ejerza de patrona del pueblo extremeño…¡Basta ya de comportamientos canónicos que ofenden a los más pobres, como en tan flagrante –“clara y evidente”- situación que vive y sufre la Comunidad Autónoma de Extremadura, también como “Provincia Eclesiástica”¡
¿Por qué la Conferencia Episcopal Española no participa de alguna manera en tan resonante fiasco? ¿Por qué su Presidente no se anima a pregonar en público y “coram pópulo”, lo que cuenta y confiesa en privado, con razonamientos “humanos y divinos”?
Plácemes y aúpas –“expresión que se usa para animar a alguien a levantarse”-, para los reivindicadores de la extremeñidad eclesiástica de Guadalupe, con reverencial reconocimiento a la dirección y organización de seglares de “Guadalupex”. A estos posiblemente habría que sugerirles, que, visto lo visto, ya se sobrepasó la hora de que las reivindicaciones y artículos en los periódicos regionales, junto con audiencias privadas, se conviertan en otras tantas manifestaciones masivas, con sus correspondientes eslóganes y amenazas huelguísticas, que incluyan la inasistencia a determinados actos litúrgicos. Se cuenta con el compromiso de las Casas Regionales Extremeñas sembradas con generosidad y afanes reivindicativos por todas las provincias de España y más…Si los señores obispos –arzobispos primados en este caso- no conocen más razonamientos que los del indecente – “non decet”- silencio, el “baculazo” o el burofax, “lo cortés no quita lo valiente”.
Por simple y limpia curiosidad, ¿qué obispo- arzobispo presidirá la concelebración de la Eucaristía en la ya próxima festividad “patronal”? ¿A favor de qué organismo o institución eclesiástica se “inmatriculó” el santuario-monasterio, por más señas “Patrimonio de la Humanidad”, regido hoy por los franciscanos, aunque con mentalidad y procedimientos no siempre coincidentes con los del papa Francisco?
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