Organiza una "Marcha por la paz" por las calles de Ámsterdam El Consejo Mundial de Iglesias celebra setenta años de vida con la mirada en los pobres
(Consejo Mundial de Iglesias).- Cientos de personas de todo el mundo se reunieron este jueves con motivo del servicio ecuménico de oración en la Nieuwe Kerk, una iglesia del siglo XV de Ámsterdam, para celebrar el 70º aniversario del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) en el mismo lugar en que se fundó la organización.
Bajo el tema "Caminar, orar y trabajar juntos", el servicio contó con música especial, el saludo del Consejo de Iglesias de los Países Bajos y una procesión de peregrinos del mundo entero. El secretario general del CMI, Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, pronunció el sermón y la Dra. Agnes Abuom, moderadora del Comité Central del CMI, dirigió las oraciones de la congregación.
Además, tuvo lugar una "Marcha por la paz" a través de Ámsterdam que comenzó en el Hoftuin de la Iglesia Protestante en Ámsterdam y finalizó en la plaza Dam. Durante la semana anterior al servicio, una peregrinación de jóvenes reunió a jóvenes holandeses y de otros países para una experiencia ecuménica.
Mirar al pasado, y al futuro
En su sermón, titulado "El amor de Cristo nos impulsa", Tveit volvió la vista atrás, a la I Asamblea del CMI celebrada en 1948 en Ámsterdam, reflexionando sobre las difíciles preguntas que hacían los delegados en aquel momento.
"El mensaje de la Asamblea de Ámsterdam muestra que los delegados fueron valientes al hablar de la realidad del mundo", dijo. "Su fe era una esperanza, contra las realidades de muchas de sus experiencias recientes".
Ellos creían juntos que Dios todavía amaba al mundo, reflexionó Tveit. "Damos gracias por las contribuciones que las iglesias pudieron hacer juntas por la paz", dijo. "Vieron que ellos -ellos mismos- estaban llamados a ser una señal del cumplimiento de la promesa de Dios".
Sabían que la necesidad de reconciliación era urgente, pero difícil, continuó. "Sabían que estaban llamados a ser pacificadores", dijo. "Estaban convencidos de que vencer a las fuerzas que dividían a la humanidad y superar también las relaciones amenazantes en el seno de las iglesias y entre ellas requeriría que ellos mismos estuvieran unidos en el amor".
Abrir los corazones y las puertas
En una oración, Abuom lamentó la situación en muchas partes del mundo actual, pero manifestó que confiaba en la capacidad de la comunidad del CMI para unir a las personas en paz. "Me duelen los ojos cuando veo el maltrato y el uso indebido que se hace de la Creación que tanto amas y atesoras", oró. "Puedo oír los lamentos de hombres y mujeres; de niños y niñas desde los mercados de esclavos, huyendo de la violencia; gritando: '¿Dónde está Dios?'".
Pidió perdón por nuestra negativa a ver en los extraños a nuestros prójimos. "Dios Todopoderoso, ayúdanos a abrir nuestros corazones y nuestras puertas para compartir tu amor con quienes sufren la pobreza material, para decir la verdad con humildad a los ricos que son pobres, para acompañar a las personas mayores y a las que están solas", oró. "Dios Creador, escucha nuestra oración y ten piedad".