Junto al cardenal argentino Mario Poli Evangélicos y católicos reeditan en Buenos Aires su oración en común

(Virginia Bonard).- "Comencemos con una confesión, un sentimiento. Cuando me dijeron que tenía una misa con los carismáticos me pregunté "¿Qué me van a hacer?" (risas y aplausos de la asamblea). Y mejor: "¿qué me van hacer hacer?" (risas). Católicos al fin. Y alegres. Poner un poquito de alegría y movimiento en esta catedral hace bien."

Estas palabras le pertenecen al cardenal Mario Aurelio Poli en su homilía junto a la Renovación Carismática Católica (RCC) en su misa anual, que de manera habitual presidía el cardenal Bergoglio cuando presidía esta sede arquidiocesana.

En un clima de orante participación tanto la misa como el acto posterior organizado por C.R.E.C.E.S. (Comunión Renovada de Evangélicos y Católicos en el Espíritu Santo) y donde se invitó rezar por la Argentina, en el tiempo previo a las elecciones nacionales, se vivieron momentos emotivos y de mucha actualidad.

La hermana Guadalupe Rodrigo ──misionera argentina en Siria, animada por el Papa Francisco en su entrega en tierra de guerra y persecución── conmovió con su testimonio en el que resaltó la presencia del Espíritu Santo en los mártires de este tiempo.

La catedral de Buenos Aires vibró durante la misa al son de modernas y armoniosas guitarras eléctricas en su ritmo contagioso y animado, en tanto que cantantes coreanas (una pintora y una actriz) acompañaron la comunión retomando suaves canciones de su país y vestidas a la usanza tradicional.

Y casi en un gesto fundacional, el cardenal primado de la Argentina recibió la bendición del pueblo de Dios y de los sacerdotes en el templo: arrodillado y revestido, repitió una actitud que ya tuviera el cardenal Bergoglio con la comunidad carismática.

El papa Francisco hizo llegar su cariño al inicio de la celebración cuando se comunicó a través de una llamada telefónica en la que se unió espiritualmente, envió una bendición y recordó con "profundo afecto al padre Alberto". Se refiere al padre Alberto Ibáñez Padilla SJ, uno de los máximos promotores de la RCC en la Argentina, fallecido el miércoles 9 de septiembre pasado, y quien fuera evocado con ternura y admiración por varios referentes nacionales e internacionales de la Renovación Carismática.

Ya en la Plaza de Mayo, el acto ecuménico tuvo color, pasión, música y mucha oración por la Argentina. "¿Quién está sentado en el sillón presidencial de tu corazón? Jesús tiene que estar ahí, no vos. Invitá a Jesús a sentarse en el sillón presidencial de tu corazón", oraba junto a los miles de asistentes el pastor evangélico Jorge Himitian.

Bajo la consigna "Juntos oremos por la Argentina" y mientras ya caía la tarde en la plaza más famosa de la Argentina, alentados por laicos, religiosos, sacerdotes y pastores se rezó la oración por la paz de San Francisco de Asís, el padrenuestro y se cantaron alabanzas.

En primera persona

Obvio que no es demasiado profesional desde mi lugar de cronista, pero está bueno sacar un poco los pies del plato y comprometerse. Participo de estas convocatorias de C.R.E.C.E.S. desde el año 2006 en los actos en el Luna Park: lo que se vive hermanados por Jesús es de una fuerza contagiosa que perdura y, como decía el cardenal Poli en la misa, "hace el bien". Haber compartido oración y acción, testimonios de vida, elecciones personales, y tantas otras vivencias agranda el corazón y acompaña en lo cotidiano suavizando la mirada para entender más a los distintos, a los que "no son yo". Es una invitación explícita a salir del "me-mi-conmigo", en palabras de Francisco, y a entrar ya sin retorno a un nosotros que fraterniza y "cirenea".

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