Mensaje de la CEE para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos La Iglesia admite "un confesionalismo lleno de prejuicios", que "niega identidad cristiana a los bautizados de otras confesiones"
(Jesús Bastante).- La Iglesia española admite vivir con "ataduras que nos mantienen esclavos de un confesionalismo lleno a veces de prejuicios, cerrado y excluyente, que desconfía de los que no pertenecen a la propia confesión, que niega identidad cristiana a los bautizados de otras confesiones cristianas".
En su mensaje para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, los obispos constatan las dificultades, pero también las posibilidades de un futuro en unidad.
Los materiales de este año, a nivel mundial, han sido preparados por las iglesias cristianas del Caribe, y hacen hincapié en la trata de esclavos durante los siglos de colonización. Tomando este tema como base, la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales constata la necesidad de "no olvidar la historia". "No desfallezcamos en las pruebas que hemos de pasar camino de la unidad deseada de la Iglesia".
"Los cristianos necesitamos de aquella unidad que haga visible el amor de Dios por el mundo", apunta el comunicado, que sostiene que "los pueblos esclavizados solo llegan a la libertad rompiendo las cadenas de la esclavitud".
Recordando el V Centenario de la Reforma protestante, los obispos indican que "tenemos que ser conscientes tanto de lo mucho que hemos avanzado hacia la unidad visible de la Iglesia, como de las oposiciones que persisten entre la Iglesia católica y las Iglesias y Comunidades eclesiales protestantes".
"Hemos conmemorado juntos esta fecha histórica y hemos hecho evaluación de cuánto camino hemos recorrido juntos hacia la meta de la unidad, al mismo tiempo que tenemos clara conciencia de cuánto nos falta", añaden, mostrándose "convencidos de que tenemos mucho más en común con nuestros hermanos de las Iglesias y Comunidades de la Reforma que discrepancias que nos separan".
Esta semana, pues, "es ocasión propicia para que conozcamos mejor el diálogo de la Iglesia católica con las Iglesias y Comunidades eclesiales sobre la doctrina de la fe", al tiempo que subrayar "la caridad de Dios que ya nos une y se puede testimoniar en algún acto social conjunto".
"Así iremos rompiendo unas cadenas invisibles que nos mantienen en tantas ocasiones esclavos de prejuicios y sin voluntad para poner de nuestra parte lo que Dios nos pide: un corazón arrepentido de nuestras faltas y pecados y abierto a llegada de su gracia reconciliadora, culmina el mensaje.