Cándida ignorancia

Cándida ignorancia
Cándida ignorancia

No hay nada como el sedante de la cándida ignorancia,

que te guarece bajo la sombra protectora de la amnesia,

te ofrece las gafas oscuras que eclipsan la realidad

y te acuna en la placentera hamaca de la indiferencia.

El silencio, la insensibilidad y la apatía

son incompatibles con los sueños,

la cercanía de los corazones y su ternura,

el encuentro y la acogida.   

Porque, aunque no te lo creas,

el futuro de otro mundo más fraterno y sororal

se hace presente en el trabajo que realicemos juntos.

Está en tus manos, en nuestras manos.

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