Fiesta de San Juan Bosco

Hoy es la fiesta de San Juan Bosco. Una de la canciones del Movimiento Juvenil Salesiano (MJS) sobre el santo le llama “padre, maestro y amigo”.

Don Bosco fue un gran Maestro de jóvenes porque primero tuvo él buenos maestros y maestras, como su madre Margarita, y "la otra" Madre, María. Además, en un momento clave de su vida, recién ordenado sacerdote, eligió otro buen maestro que le guiara: el sacerdote José Cafasso, hoy también santo. Y éste le invitó a tomar también como MAESTRA la vida, la realidad, lo que pasaba en las calles. Os dejo un trozo de sus Memorias del Oratorio que narra esa etapa de su vida. Fíjate cómo sabe “VER” lo que pasa, y “DECIDIR” cómo hay que actuar

"Cuando tenía 26 años, recién ordenado sacerdote, elegí a un sacerdote como guía y maestro, llamado Don José Cafasso. Si he hecho algún bien en la vida, a él se lo debo. Puse en sus manos todas mis aspiraciones, todas mis decisiones y todas mis actuaciones.

Empezó primero por llevarme a las cárceles, en donde aprendí en seguida a conocer que a veces es grande es la malicia y la miseria. Me horroricé al contemplar cantidad de muchachos, de doce a dieciocho años, sanos y robustos, inteligentes, que estaban allí presos, ociosos, atormentados por los insectos y sin alimento espiritual y material. Algunos incluso condenados a muerte.

En estos pobres jóvenes encarcelados estaban personificados el hundimiento moral de nuestra ciudad y el fracaso de sus familias y de ellos mismos. Pero lo que más me asombró y me sorprendió fue que muchos salían de prisión con propósito firme de llevar una vida mejor, y que al cabo de pocos días volvían a robar, a ser detenidos y volvían a sus celdas.

Me di cuenta de que volvían a la cárcel porque estaban abandonados y nadie hacía nada por cambiarles o educarles. Y yo pensé: «¡Quién sabe, a lo mejor si estos muchachos tuvieran fuera un amigo que se preocupase de ellos y los atendiese, y les educase en las buenas costumbres y en la religión los días festivos, a lo mejor se reforman y se reduce el número de los que vuelven a la cárcel!».

Comuniqué mi pensamiento a don José Cafasso y, con su consejo y su luz, me puse a estudiar la manera de llevarlo a cabo, dejando el éxito en manos del Señor, sin el cual resultan vanos todos los esfuerzos de los hombres.


Ojalá aprendamos a leer la VIDA, como Don Bosco, desde la realidad que nos habla, y no desde nuestros prejuicios y tópicos. Mejor nos iría.

¡FELIZ FIESTA DE SAN JUAN BOSCO!
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