Hoy, sábado 10 de abril, a las 17 horas en la Parroquia San Juan Bosco, en la Obra de Salesianos del Paseo de Extremadura de madrid, el joven salesiano Sergio Huerta será ordenado sacerdote, y Sergio Oter y Guzmán Pérez, diáconos. Estos tres jóvenes salesianos serán ordenados como sacerdote y diáconos por Monseñor César Franco, obispo auxiliar de Madrid.

Este momento es un acontecimiento importante en la vida de estos jóvenes salesianos y en la vida, también, de toda su comunidad inspectorial (o provincial). Tras años de formación, concluyen un camino que comenzaron hace tiempo, cuando dieron su primer paso en la Congregación Salesiana al realizar sus primeros votos. Un camino que continúa ahora al recibir la ordenación para el ministerio sacerdotal y diaconal al servicio de la comunidad cristiana, especialmente al servicio de los jóvenes.

¿De dónde salen ahora estos nuevos ordenados? ¿Qué trayectoria siguen? Los tres han sido alumnos de colegios salesianos (Salesianos de Atocha en Madrid los dos Sergios y Guadalajara en el caso de Guzmán), y animadores en centros juveniles antes de hacerse salesianos. No han entrado en los seminarios de pequeños, como era la trayectoria habitual hace años, sino siendo ya mayores de edad.

El que escribe estas líneas ha tenido como alumno de bachiller a alguno de ellos y los ha conocido como animadores y catequistas. Mi impresión personal es que hay más calidad y autenticidad en la formación y en las decisiones que hace años.

Son tiempos difíciles para dar estos pasos. Saben bien que han de vivir con autenticidad lo único importante, el único tesoro de toda vocación cristiana: el seguimiento coherente de Jesús resucitado. Quizá que los tiempos no sean fáciles ayuden, paradójicamente, para la necesaria purificación y a desprenderse de todo lo que sobra: comodidad, arribismo, orgullo, sed de poder, deseo de prestigio...

¡Enhorabuena, Sergio(s) y Guzmán, y mucho ánimo para ser buenos servidores, como Jesús, al estilo de Don Bosco!