"Yo creo que Dios está en el corazón de todos los seres humanos" Modesta Campo Valiña: "La vida religiosa es, a mi entender, la que nos ayuda a descubrir a Dios dentro de nosotros mismos"
Modesta Campo Valiña (Castro de Rei, 1950) abre esta serie de encuentros con la palabra y la vida que me gustaría empezar aquí
Ella es capaz de escuchar, acoger y alentar a tantos desde su casa y jardín a orillas del río Miño, muy cerca del puente que da nombre a su parroquia lucense de A Ponte de Outeiro
…Es puente para unir orillas y otero para contemplarlas desde la experiencia de sus años y la sabiduría de quien no ha perdido, con ellos, ni el asombro ni la curiosidad
"Yo siento la necesidad de volcarme en el cuidado de otro ser vivo: una planta, un animal o, por supuesto, una persona. Acompañar a una persona mayor tiene, para mí, un valor que está por encima de todos los demás..."
…Es puente para unir orillas y otero para contemplarlas desde la experiencia de sus años y la sabiduría de quien no ha perdido, con ellos, ni el asombro ni la curiosidad
"Yo siento la necesidad de volcarme en el cuidado de otro ser vivo: una planta, un animal o, por supuesto, una persona. Acompañar a una persona mayor tiene, para mí, un valor que está por encima de todos los demás..."
Modesta Campo Valiña (Castro de Rei, 1950) abre esta serie de encuentros con la palabra y la vida que me gustaría empezar aquí. Ella es una mujer bajita que ocupa muy poco espacio en el mundo y es, por ello, capaz de escuchar, acoger y alentar a tantos desde su casa y jardín a orillas del río Miño, muy cerca del puente que da nombre a su parroquia lucense de A Ponte de Outeiro. Ella es puente para unir orillas y otero para contemplarlas desde la experiencia de sus años y la sabiduría de quien no ha perdido, con ellos, ni el asombro ni la curiosidad.
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-Si pudiera volver a empezar...
-Si pudiera volver a empezar mi vida, creo que la viviría tal como la he vivido.
-Los mejores momentos de su vida...
-El día en que empecé a trabajar...
El día en que me casé...
El día en que nació mi primer hijo, muy deseado además...
El día en que falleció mi madre. Mi padre había fallecido unos años antes. A todos sus hijos nos dio la sensación de que la vida en el hogar donde nos habíamos criado tocaba a su fin. Pero, entre todos nosotros, seguimos manteniendo abierta aquella casa. Esto me ha deparado una gran satisfacción...Mi madre falleció hace ahora veinte años. Desde entonces seguimos manteniendo la vida en el hogar familiar, en A Barxela, como así llamamos a nuestra casa. Allí nos juntamos toda la familia, al menos una vez al mes...
-...y el peor momento, o el más difícil...
-Pues... las dos depresiones por las que he pasado creo que han sido los momentos más difíciles de mi vida hasta el día de hoy. La primera siguió a la muerte de mi padre, poco después. Llegaba agotada a ese momento. Durante la enfermedad de mi padre hube de acompañarle en sus frecuentes consultas al médico y en sus viajes a Coruña para someterse a radioterapia. Tenía que criar a mis hijos y trabajar a la vez. Me pasaba los días corriendo de un lado a otro. Llevaba una vida muy agitada.
La segunda depresión se me presentó al momento de la jubilación. Hube de someterme entonces a una operación para extirpar mi cáncer de colon. Mi marido empezó a tener problemas de salud...
-Algo que agradecer a la vida...
-Creo que la vida me ha dado todo cuanto me podía dar, todo... Nací en el seno de una hermosa familia. Tuve una abuela maravillosa, una santa mujer. Unos padres buenos y trabajadores, ejemplares. Siempre animaron a sus hijos en todo. Somos cinco hermanos y nos llevamos todos muy bien. Somos diferentes pero nos hemos querido siempre mucho. Tuve la oportunidad de estudiar. Me costó no poco, por cierto, dejar mi aldea y marchar a Lugo, acostumbrarme al ambiente de la ciudad. Pero los estudios me acabaron ofreciendo lo que yo buscaba: un trabajo estable y una seguridad en la vida.
"Creo que lo he tenido todo en la vida"
Y tuve un novio tal como soñamos todas cuando somos jóvenes. Y la familia que también soñaba...Pues sí...creo que lo he tenido todo en la vida
-¿Qué significa para usted ser padre o madre?
-La lección más grande que podemos aprender en este mundo es la de ser padres. Mucho le falta por aprender a quien no ha aprendido esta lección. Sólo desde ella, tal vez, somos capaces los seres humanos de entender ciertas experiencias. Como madre, me parece que la entrega a un hijo es total en este mundo. Mucho mayor que la entrega entre los miembros de una pareja, entre los amigos...Hay quien dice que por su propio hijo uno es capaz de hacer cualquier cosa, matar incluso.
-...y ¿qué ha significado para usted ser maestra?
-Creo que me hice maestra por necesidad. Cuando acabamos el bachillerato mi hermano y yo, que estudiamos siempre juntos, empezamos Magisterio porque era la carrera más corta que había. Teníamos que ponernos a trabajar lo antes posible porque venían detrás nuestros hermanos más pequeños, que también querían estudiar.
"Creo que ser maestra ha sido mi vocación y que no habría podido ser otra cosa..."
Antes de empezar Magisterio yo sentí muchas ganas de ir a la Universidad. Las matemáticas me gustaban mucho y se me daban muy bien. Mi profesora me animaba a seguir la carrera de Matemáticas porque me veía dotada para ella. Yo ni siquiera me atreví a planteárselo a mis padres, por supuesto. Tenía muy claro, en aquel momento, cuál era mi obligación: acabar Magisterio y empezar a trabajar. Creo que empecé a trabajar, por cierto, sin saber si tenía realmente vocación de maestra. La vocación se fue desarrollando en mí a través de los años. De hecho, mi primer día en el aula fue como el de quien trae una venda en los ojos y, al entrar, alguien le saca la venda. Yo no sabía qué era estar con los niños y, de pronto, me vi sola ante ellos.
Creo que ser maestra ha sido mi vocación y que no habría podido ser otra cosa...
-Hablemos de la vida religiosa...
-Ya de niña me parecía que la vida religiosa en la parroquia y el propio hecho de acudir a misa y a otras celebraciones como funerales o aniversarios era algo importante para todos, un lazo capaz de unir mucho a los vecinos de la parroquia. Aparte del significado que los oficios religiosos pudieran tener para cada cual, lo cierto es que nuestros abuelos, nuestros padres y maestros, aunque nos los presentaran como actos de asistencia obligatoria, nos hacían ver, en ellos, la importancia de una vida religiosa celebrada y vivida en comunidad.
Los sacerdotes, en el mundo rural, han sido siempre un referente muy grande para todos. Siempre hemos sentido un gran respeto hacia ellos. La gente era muy consciente de sus defectos y pecados pero ello no mermaba el respeto que sentían hacia su vocación y su entrega. De hecho, cada vez que los vecinos de esta parroquia recordamos a los curas que hemos tenido durante estos últimos años, ponemos de relieve todo el bien que han hecho. No recuerdan solo cómo reñía Don Gerardo, por ejemplo, a los vecinos que veía trabajar en el campo los festivos. Recuerdan también como animaba a los vecinos, a los niños a formarse, a sus padres a rezar por sus hijos...
A nivel personal, he tenido altibajos. He tenido momentos más tibios y otros más fervorosos. En todo momento, no obstante, la misa ha sido importante para mí. Aunque tardé mucho tiempo en encontrarle gusto. De hecho creo que nunca llegué a vivir la misa con un gusto especial hasta el día en que acudí a escuchar una meditación sobre la Eucaristía de labios de Juan Basoa, en el marco de la escuela de catequistas que tenía sus sesiones en Villalba. Desde entonces creo que descubro el gusto y el sentido de la Eucaristía día a día. Cada día me parece la misa algo diferente, no siempre lo mismo.
-¿Qué puede aportar nuestra sociedad a la vida religiosa y ésta, a su vez, a la sociedad?
-Yo soy optimista. Lo que cada generación hereda de las anteriores me parece que acaba dejando huella en ella. No debemos olvidar los errores y defectos de las instituciones religiosas, ávidas de poder en tantos momentos de su historia. Acaso las consecuencias de estos errores las estamos pagando nosotros. La primera de todas es, sin duda, el alejamiento de la práctica religiosa por parte de tantas personas.
"La vida religiosa es, a mi entender, la que nos ayuda a descubrir a Dios dentro de nosotros mismos … Yo creo que Dios está en el corazón de todos los seres humanos. La propia sociedad no nos deja verlo …"
La vida religiosa es, a mi entender, la que nos ayuda a descubrir a Dios dentro de nosotros mismos. A menudo pretendemos encontrarlo aquí o allí pero, tal vez, deberíamos buscarlo de otra manera, mucho más sencilla y natural. Yo creo que Dios está en el corazón de todos los seres humanos. La propia sociedad no nos deja verlo dentro de nosotros mismos. Incluso las personas religiosas podemos encubrir su presencia misteriosa, velando a los ojos de los demás la Bondad y la Ternura de Dios. Por eso es tarea de todos desvelarlas, para que puedan aflorar a la luz los sentimientos religiosos escondidos en el corazón de todos los seres humanos.
-Palabras para una vida
-La palabra gallega "vella" me gusta mucho. Y "velliña" me gusta mucho más aún. Una "velliña" feliz me parece la manera más hermosa de rematar una vida. !Yo quiero ser una vella feliz! Hacer balance de una vida, y un balance satisfactorio, y quedar a la espera de lo que venga es fuente de serenidad y alegría. A mí no me asustan ni la vejez ni la muerte. Claro que estoy pensando en ambas desde un momento de mi vida en el que me siento muy bien física y mentalmente ?Y si me viera postrada de repente? Pues intentaría mantenerme con el mismo ánimo de ahora. Creo que asumo con bastante naturalidad los desapegos, las "goteras" propias de la edad...
"La palabra gallega 'vella' (vieja, anciana) me gusta mucho. Y 'velliña' me gusta mucho más aún. Una 'velliña' (viejita) feliz me parece la manera más hermosa de rematar una vida"
-Últimas confidencias...
Yo siento la necesidad de volcarme en el cuidado de otro ser vivo: una planta, un animal o, por supuesto, una persona. Acompañar a una persona mayor tiene, para mí, un valor que está por encima de todos los demás...
El pensamiento de mi propio final en este mundo me acompaña con frecuencia.
Me gusta imaginar mi entierro, con los preparativos y el ornato de la iglesia para la ocasión. Quiero que la pongan muy linda en ese día...