¡Dichosos los ricos porque tienen al BCE!

El sistema económico actual, ese del que dice el Papa Francisco que mata, está organizado como oposición radical al Reino de Dios anunciado por Jesús en el que los dichosos son los pobres, los que sufren, los que pasan hambre, los que trabajan por la justicia o por la paz. En el imperio de este mundo los dichosos son siempre los ricos, los que están hartos, los que ríen, los que se corrompen, los que día y noche velan por su dinero, los que lo poseen y harán lo necesario por mantenerlo, los que juntan casas con casas y campos con campos, los que ordenan asesinar a los defensores de los pobres, los que persiguen a los que trabajan por la justicia y los que pagan a los medios para que llamen terroristas a los que trabajan por la paz.

Las medidas que recientemente ha tomado Mario Draghi como presidente del Banco Central Europeo, van encaminadas a que los ricos sigan dichosos. Así lo prueba que de forma automática, la especulación hiciera subir las bolsas. Se trata de una señal inequívoca de que la barra libre especuladora seguirá un tiempo más. Algunos ya andaban tambaleándose ante la falta del chute correspondiente de liquidez del BCE. Ahora se han vuelto a levantar para seguir con su orgía especuladora para llenar aún más sus cuentas en paraísos fiscales. Bajar la tasa de interés al 0%, como hizo en su día el Banco de Japón y la FED americana. Además, va a comprar deuda soberana por valor de 20.000 millones al mes y comprará emisión de deuda de empresas no financieras. Se trata de una estrategia encaminada a mantener la riqueza de los ricos a costa de la miseria del resto. Es mentira que pretenda reactivar la economía inyectando dinero en ella. Es mentira porque no lo hace. Basta con ver cómo funciona: El dinero del BCE va a los bancos y a la refinanciación de deudas de las empresas directamente. Eso produce que los bancos limpien sus balances sin poner ni un euro en la economía real. De la misma manera, las empresas utilizan este dinero para especular, no para invertir. Los economistas ya nos han explicado el misterio de que los bancos centrales no dejen de meter dinero en la economía y no haya inflación, sino deflación. El misterio está en que si en la economía hay el doble de dinero pero su velocidad de trasnferencia es de la mitad, es como si no hubiera crecido la masa monetaria. Y la velocidad es la mitad porque el dinero no va a la gente y la gente no puede comprar, lo que haría subir los precios. El dinero va a las cuentas de los súper mega ricos y ahí queda varado. Por eso hay deflación y no la inflación que prevé la teoría económica.

Si el BCE quisiera inyectar dinero en la economía, lo tendría fácil: basta con dar el dinero directamente a los Estados, sin la intermediación de los bancos, y prestar a los bancos de forma condicionada, es decir, para préstamos a PYMES y consumidores. Pero no lo hace así, pues lo que quiere es que los Estados queden sometidos a la lógica del capital bancario. El dinero lo produce el BCE para los bancos y estos gestionan el patrimonio de los ricos. Por eso, el BCE no deja de dar dinero a los ricos a costa de todos. Si la gente comprendiera esto, mañana mismo expulsábamos a todos los banqueros del país. Pero no, preferimos creernos las mentiras de los medios. Este mundo está organizado para que los pobres acepten el discurso de los ricos y se lo crean. Y así hacen, así hacemos.
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