Los belenes evocan una tierra sin males
Los Belenes, en casa o en el Templo, en las calles o en las plazas, en el Hospital o en la cárcel, se levantan como signos, cargados de emoción y entrañamiento humano, y de significados solidarios y transcendentes. Es la presencia de un NIÑO, que revoluciona la historia y nos enseña a amar. Es como estrenar la nueva humanidad, poblada de Mujeres y Hombres Nuevos.
Los BELENES, memoria agradecida y recuerdo provocador del PRIMER BELÉN, expresan la mejor teología, ENMANUEL, DIOS CON NOSOTROS, y también compañero de camino; recoge las mejores esencias de la humanidad samaritana y nos provoca vivir una NAVIDAD, SIN MALES.
Y al montar el belén, en este año del 2017 soñamos la navidad, la tierra sin males.
Montar el belén nos sirve de excusa y motivo de encuentro para que no sigan sumando los desencuentros, y, se encienda una lucecita de esperanza, de vida, en estos tiempos recios, sombríos y duros.
Necesitamos de BUENAS NOTICIAS: “Os ha nacido el salvador”, “Feliz portal, mansión de paz que alberga a Dios”.
Agraciados en el HIJO, nos sobrepasa el derroche de su gracia (EF. 1, 3-6). Y en consecuencia, debemos ser dichosos, felices y bienaventurados. Y si no lo somos algo no funciona en nosotros, en el entorno, en la sociedad, en la Iglesia.
Ahí está la sociedad “con males”. Reina un clima de desesperanza y falta de confianza en la política que se agrava con la crisis actual y las situaciones de penuria personal y familiar y de corrupción. Se intensifica aún más por las irregularidades y escándalos que padecemos.
Un NORTE, amenazado, en crisis, insatisfecho, carente de sentido de vida y un SUR, convulso que se desangra entre pobreza, drogas, corrupción, extorsión, injusticias.
No conseguimos en “la aldea global” un mundo integrado, interdependiente, intercultural, interreligioso, con visiones nuevas, plurales, ene l marco institucional democrático de las libertades y derechos fundamentales.
¿Por qué existe tanto miedo o vivimos asustado en un mundo que tenemos denominación de origen, el sello del Espírito Santo, la alborada de los nuevos signos de los tiempos y el impulso creador de las nuevas tecnologías?. ¿Por qué nos puede la fiesta aburrida, vacía, del consumo, y no brilla la luz, la vida, la esperanza del recién nacido?
El montar el belén y eso imaginario navideño con sus símbolos, mitos, ritos religioso, costumbres populares, solidarias, entrañables, sin evadirse del consumo, nos lleva a otro belén e imaginario social de las culturas más originarias: “EL BIEN VIVIR EN LA TIERRA SIN MALES”.
“EL BIEN VIVIR” era compartido por todos los pueblos originarios. Los pobres de la tierra intentaron, en otros lugares, LA – TIERRA- SIN – MALES, que forma parte de su lucha y cultura.
“La Tierra sin Males” pertenece a la mística Guaraní, es una especie de éxodo hacia esa tierra posible, una historia humana de igualdades comunitarias, de alegría compartida en fiesta, de esperanza ciertas, de un cielo y una tierra nueva, que el PADRE ha comprometido dar a sus hijos.
Podemos hacer realidad, montar el belén y ese imaginario sociocultural de “Vivir bien en la Tierra sin Males”, concretado en una acción solidaria. Por ejemplo, evitar que mueran al año en Bolivia 14.000 niñas y niños por muertes evitables. FELIZ Y SOLIDARIA NAVIDAD.