El
asunto Pagola ha generado inquietud y preocupación en los ámbitos progresistas de la Teología, que consideran «un paso atrás» el que se vuelva a los tiempos de la censura previa. En algunos medios se destaca que los tribunales de las comisiones de censura, adormecidos durante mucho tiempo en las diócesis, «han sido puesto en pie» para reforzar los mecanismos de control de todo lo que se publica en el ámbito de la Iglesia.
«Ya no se estilaba eso», dice con pesar un profesor universitario sobre el
'imprimatur', la bendición oficial que concede la jerarquía a las obras literarias que no contienen «errores» en materia de doctrina y moral católica.
Un firmante habitual de trabajos de teología en las revistas especializadas asegura que el sistema de control se ha vuelto más riguroso. «
En Madrid, hasta las recensiones de libros necesitan el 'imprimatur'», se lamenta.
(El Correo)