¡Qué cunda el ejemplo de Sanz Montes!

Totalmente recuperado de una reciente intervención (algo de lo que puedo dar fe, porque pude saludar a monseñor Sanz Montes en la reciente entrega de la medalla de oro de Asturias al Padre Ángel), el obispo de Oviedo aprovechó la fiesta de la Santina para hacer un anuncio solidario: la archidiócesis entregará totalmente gratis las casas rectorales deshabitadas a las familias desahuciadas. Un bello gesto, la clásica iniciativa que entiende la gente y que llega al corazón del pueblo.

Un cura asturiano me llamaba por teléfono y me comentaba así la noticia: "Me da que nuestro obispo se ha caído del caballo tras su reciente operación y vuelve a su primigenio ser franciscano, dejando atrás su militancia cielina" (de Comunión y Liberación).

Sea lo que fuere, ojalá cunda el ejemplo. Y las diócesis comiencen a poner a disposición de los desahuciados sus rectorales abandonadas, sus seminarios desiertos o sus conventos vacíos. Miles de soluciones habitacionales para los pobres. Por ahora, sólo recuerdo la iniciativa de monseñor Piris, obispo de Lleida, que está haciendo apartamentos en el seminario, para ofrecérselos a los sin techo.

Caridad en acción. Gestos que son encíclicas y calan más que decenas de cartas pastorales. Demostraciones fehacientes de que la primavera está llegando también a la Iglesia española, que quiere dejar de ser aduana, para convertirse en hospital de campaña. Como le pide el Papa. Y a pesar de la resistencia numantina de algunos, que siguen esperando que "lo de Francisco sea una tormenta pasajera".

José Manuel Vidal
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